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contra la eterna corrupción


[Edward Cody] Chinos se escandalizan con la perpetua corrupción de los funcionarios locales.
Pekín, China. El escándalo empezó con el descubrimiento de más de quinientos trabajadores inmigrantes que habían sido obligados a trabajar en condiciones similares a la esclavitud en remotas canteras de ladrillos. Las autoridades locales del Partido Comunista, dijeron aquí los medios controlados por el gobierno, habían hecho la vista gorda.
Luego estalló la noticia de que los gobiernos locales todavía estaban malversando los fondos públicos para construirse oficinas palaciegas, pese a los intentos del gobierno del presidente Hu Jintao de poner fin a esa fastuosidad. Finalmente, se rumoreó que un magnate de los negocios detenido recientemente, conocido como un dudoso comerciante y notorio por conducir un todoterrenos blindado, era también miembro de la asamblea local que asesora a las autoridades de Pekín.
La acumulación de informes sobre malversaciones oficiales en las últimas semanas, ha provocado la indignación pública y llamados a un mejor control de parte del gobierno central de Pekín. El tono enfadado en la prensa oficial, tolerado por los censores del partido, sugiere una creciente impaciencia entre la opinión pública china ante la incapacidad del gobierno para contener la corrupción que se ha extendido por todo el país durante veinticinco años de reformas económicas.
Los trabajadores de las canteras acosados por la prensa, fotografiados en las primeras planas de los diarios con sus caras empolvadas, magulladas y quemadas, provocan las reacciones más vehementes. La miseria de su destino -algunos eran custodiados por hombres armados y pastores alemanes- se resume para muchos en el pobre tratamiento otorgado a noventa millones de campesinos que en los últimos años han emigrado para trabajar en la construcción o en cocinas de restaurantes.
"Esta es realmente una tremenda humillación como sociedad civilizada", dijo Jia Fenyong, columnista del sitio en la red de la agencia de noticias oficial china, Nueva China.
"Esto demuestra que las autoridades del gobierno central no son lo suficientemente fuertes y que el gobierno central carece de la determinación de castigar a los malos funcionarios", dijo un comentador que se identificó a sí mismo como Ye Zhiqui, en el Foro China Fuerte, una página afiliada al Diario del Pueblo oficial del partido. "A ojos de nuestra opinión pública, el gobierno central tiene la mayor autoridad. ¿Quién se atreve a olisquear sus órdenes? Pero, de hecho, no es verdad. El poder del gobierno central ha sido siempre rechazado por las autoridades locales".
Kang Xiaoguang, sociólogo de la Universidad Popular de China, observó que los líderes locales han resistido durante siglos al gobierno de Pekín, "quizás desde la fundación misma de China". Pero el problema se ha hecho particularmente agudo en los últimos años, agregó, debido a la proliferación de tramas para hacer dinero ilegalmente, de hombres de negocios deshonestos coludidos con funcionarios locales corruptos.
"Una de las principales razones de que las políticas del gobierno central no se lleven a la práctica a nivel local es que esas políticas son perjudiciales para los intereses de esos funcionarios y hombres de negocios de la zona", dijo Kang.
Reaccionando ante el escándalo, el gobierno anunció que Hu y el premier Wen Jiabao habían ordenado una completa investigación del escándalo de la cantera de ladrillos. En la misma línea, la Oficina de Seguridad Pública dijo que se detuvo a más de 150 personas y 20 estaban siendo buscadas en la provincia de Shanxi, donde se encontraban la mayoría de las canteras, y en la vecina provincia de Henan.
La Federación de Sindicatos de China del partido anunció que el secretario del partido de un pueblo de Shanxi fue expulsado por permitir esos abusos -en una cantera a unos metros de su casa y de propiedad de su hijo. El premier Wen, en una reunión de gabinete el miércoles, ordenó castigar severamente por "abandono de deberes e irregularidades" a los funcionarios de Shanxi.
La promesa de tomar medidas duras, sin embargo, esquivó lo que algunos expertos chinos y partidarios de la reforma han descrito como uno de los principales obstáculos para acabar con la corrupción en China. Aunque Hu y Wen ha condenado repetidas veces la corrupción y prometido castigar a los funcionarios comprometidos, el partido descansa en sus propios inspectores para investigar y disciplinar a miembros corruptos. Además, el partido sigue controlando el poder judicial, observaron, así que no existe un poder autónomo que actúe como control de los nombramientos políticos.
"El partido no se puede reformar a sí mismo", dijo un especialista en corrupción que se negó a que se mencionara su nombre debido a la sensibilidad del tema.
Mientras Hu y Wen prometieron golpear a la corrupción local, por ejemplo, hay informes de que tres funcionarios de gobierno de la provincia de Shandong que acusaron de corrupción al secretario del partido de la comuna, fueron ellos mismos arrestados, detenidos durante tres meses y luego condenados por difamación a un año de cárcel en sentencia suspendida.
You Nuo, columnista del China Daily oficial, sugirió de una solución para cerrar lo que llamó "lagunas en el sistema" sería el periodismo investigativo. Señaló que el escándalo de la cantera de ladrillos de Shanxi había salido a la luz en parte mediante las noticias en los canales de televisión locales del periodista Fu Zhenzhong.
"Las cosas se han puesto tan malas debido a la colaboración entre algunos funcionarios locales y la mafia que controla el comercio del ladrillo", escribió You. "Una vez más, esto refleja la enorme tarea de dirigir el gigantesco servicio civil chino y mantenerlo libre de corrupción. Para hacer eso, tarde o temprano el país empezará a apreciar la utilidad del periodismo investigativo".
En su columna, You evitó tratar la estricta censura del partido que es un importante factor que explica porqué los reportajes investigativos u otras noticias desfavorables no son publicadas en la prensa china, incluyendo el China Daily. La censura es particularmente severa a nivel local, donde los censores de la ciudad y los provinciales pueden hacer o quebrar la carrera de un editor.
Por ejemplo, la prensa de la ciudad de Tangshan de la provincia de Hebei no publicó ninguna noticia sobre las presuntas actividades criminales de Yang Shukuan, el empresario y funcionario de gobierno que fue detenido por cargos de posesión ilegal de armas y vehículos militares. Los vecinos dijeron a periodistas que Yang usó amenazas y sobornos a la policía para construir un imperio; un funcionario local dijo que su detención podría resultar en el caso más bullado con armas y tácticas mafiosas en la historia de Hebei.
Yang fue detenido hace tres meses, pero sólo hace unos días fue despedido de la Conferencia Consultiva del Pueblo de la municipalidad, un cuerpo asesor del partido. Los funcionarios actuaron contra ellos, observaron los vecinos, después de que el secretario local del Partido Comunista, Zhang He, fuera reemplazado por un desconocido en noviembre.
El gobierno de Pekín ha estado tratando durante casi veinte años de mantener bajos los costes de los edificios de los gobiernos locales. Extravagantes torres de oficinas -una en la provincia de Anhui fue construida a semejanza del Capitolio de Estados Unidos, incluyendo su cúpula- han empezado a surgir en todo el país a medida que los gobiernos locales perciben ingresos por concepto de impuestos más altos en el rápido crecimiento económico de China. Muchos de esos edificios fueron financiados con dinero destinado para otros propósitos, se quejaron funcionarios en Pekín.
Liu Xirong, subsecretario de la Comisión Central para la Inspección de Disciplina del Partido Comunista, anunció el lunes que su oficina está preparando una inspección nacional y castigará a los funcionarios responsables de edificios caros o particularmente ostentosos. Pero el Legal Daily observó que campañas similares fueron anunciadas en 1988 y 1997, en vano.
"Esta no es la primera vez que el partido ha ordenado poner fin a los lujosos edificios oficiales", observó el diario de Pekín. "Cuando termina la campaña, continúa la desobediencia".

25 de junio de 2007
21 de junio de 2007
©washington post
©traducción mQh
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