dormir en una cama
[Rodrigo Salas] La recurrente pobreza urbana en Temuco.
No cabe duda de que a nadie le gustaría vivir a centímetros de la línea férrea, soportando continuamente el ruido del paso de las locomotoras y palpando el riesgo de perder la vida por un paso en falso. A todas luces un panorama que no es sano ni agradable, pero que empeora cuando quienes deben vivir en esta condición lo hacen en una precaria vivienda que no supera los cinco metros cuadrados.
Lo anterior es sólo para describir la vida que lleva Luisa Torres junto a sus cinco hijos, residiendo a menos de 10 centímetros de la línea del tren situada al final de calle O'Higgins, en nuestra capital regional.
Subsistencia
Esta familia subsiste gracias a la donación que recibe por parte de restaurantes y pubs, que una vez que cierran sus puertas le dan a la señora Luisa los envases y latas de bebidas que posteriormente venden a muy bajo costo, alcanzando sólo para comprar pan y unas cuantas bolsas de té.
Aparte de esto, con la llegada del invierno la situación empeora, ya que la mediagua construida por ellos mismos se inunda y las pocas cosas que han logrado reunir, como colchones y frazadas se mojan por completo, quedando inutilizadas
"Es una cruda realidad la que estamos viviendo en esta parte de Temuco. Ahora que llegaron las lluvias se hace casi insoportable estar aquí, más para los niños chicos que viven enfermos. Prefiero que estén en la escuela que acá", sostuvo esta jefa de hogar, quien avergonzada por su realidad, se emociona.
Sus hijos no sobrepasan los siete años de edad, y pese a ello tratan de ayudar con el sustento familiar vendiendo autoadhesivos o cualquier utensilio en el radio central de Temuco, para suplir sus necesidades o tratar de ayudar a la sobrevivencia diaria de todo el grupo familiar.
Esta necesidad les prohíbe, por ejemplo, cumplir con sueños tan fundamentales pero inalcanzables para ellos como dormir en una cama, su propia cama, para lo cual piden ser parte de la campaña "Un niño, una cama".
"Me gustaría tener un camarote, creemos que entraría lo más bien, y sería súper bueno porque podríamos dormir todos un poco más cómodos", sostiene una de las niñas, cuyo mayor deseo es dejar de dormir amontonada con sus hermanos en un gastado colchón que por las noches tiran en el suelo.
Lo anterior es sólo para describir la vida que lleva Luisa Torres junto a sus cinco hijos, residiendo a menos de 10 centímetros de la línea del tren situada al final de calle O'Higgins, en nuestra capital regional.
Subsistencia
Esta familia subsiste gracias a la donación que recibe por parte de restaurantes y pubs, que una vez que cierran sus puertas le dan a la señora Luisa los envases y latas de bebidas que posteriormente venden a muy bajo costo, alcanzando sólo para comprar pan y unas cuantas bolsas de té.
Aparte de esto, con la llegada del invierno la situación empeora, ya que la mediagua construida por ellos mismos se inunda y las pocas cosas que han logrado reunir, como colchones y frazadas se mojan por completo, quedando inutilizadas
"Es una cruda realidad la que estamos viviendo en esta parte de Temuco. Ahora que llegaron las lluvias se hace casi insoportable estar aquí, más para los niños chicos que viven enfermos. Prefiero que estén en la escuela que acá", sostuvo esta jefa de hogar, quien avergonzada por su realidad, se emociona.
Sus hijos no sobrepasan los siete años de edad, y pese a ello tratan de ayudar con el sustento familiar vendiendo autoadhesivos o cualquier utensilio en el radio central de Temuco, para suplir sus necesidades o tratar de ayudar a la sobrevivencia diaria de todo el grupo familiar.
Esta necesidad les prohíbe, por ejemplo, cumplir con sueños tan fundamentales pero inalcanzables para ellos como dormir en una cama, su propia cama, para lo cual piden ser parte de la campaña "Un niño, una cama".
"Me gustaría tener un camarote, creemos que entraría lo más bien, y sería súper bueno porque podríamos dormir todos un poco más cómodos", sostiene una de las niñas, cuyo mayor deseo es dejar de dormir amontonada con sus hermanos en un gastado colchón que por las noches tiran en el suelo.
26 de junio de 2007
©austral de temuco
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