Blogia
mQh

acabar con al qaeda antes de marcharse


[Julian Barnes] A la espera de lo que se fije un pronto calendario de retirada, los militares se concentran en al Qaeda de Iraq.
Bagdad, Iraq. Comandantes norteamericanos preparan una campaña ofensiva acelerada contra al Qaeda en Iraq mientras definen una estrategia sobre la base de su expectativa de que el Congreso fijará pronto un calendario de retirada de las tropas norteamericanas allá.
El énfasis en al Qaeda, comentado en entrevistas por los comandantes aquí esta semana, marca un cambio y deja de concentrarse en las milicias musulmanas y escuadrones de la muerte chiíes en Bagdad. Refleja la creencia de algunos altos oficiales en Iraq de que las milicias probablemente reducirán sus ataques una vez que quede claro que la retirada norteamericana está en progreso. En contraste, cree que al Qaeda en Iraq podría envalentonarse con el plan de retirada y el grupo debe ser reducido antes de que se formule este plan.
Cuando el gobierno de Bush empezó a enviar tropas adicionales a Iraq, los comandantes estadounidenses mencionaron frecuentemente la amenaza que representaba la milicia de Al Mahdi, y emitieron veladas amenazas contra su líder, el clérigo radical chií Muqtada Sáder. Aunque los jefes militares dicen que la milicia sigue siendo una prioridad, Sáder ha colaborado tácitamente con la concentración de tropas norteamericanas, pidiendo a sus partidarios que eviten confrontaciones con ellas. También es un partidario clave del gobierno del primer ministro iraquí Nouri Maliki, que respalda Estados Unidos.
Ahora que han llegado a Iraq las últimas tropas de la campaña norteamericana, los militares están concentrando su potencia de fuego en el lado musulmán sunní de la guerra civil iraquí, especialmente en al Qaeda en Iraq.
"Estas operaciones van dirigidas contra al Qaeda porque... ellos son los que están usando camiones bomba y coches bomba... que están afectando a la población", dijo el teniente coronel del ejército Raymond T. Odierno, jefe de las operaciones, en una entrevista esta semana. "Así que atacaremos los refugios que les han permitido hacer estas cosas sin demasiada interferencia".
Al Qaeda en Iraq es uno de los varios grupos árabes-sunníes de la resistencia ante las tropas norteamericanas e iraquíes. Se cree que entre sus combatientes se encuentran un número significativo de extranjeros. Pese a su nombre, no está clara la profundidad de los vínculos del grupo con Osama bin Laden.
Oficiales norteamericanos, advertidos por reclamos de progreso previos que salieron mal, sólo ofrecen las previsiones más cautelosas sobre las ofensivas actuales.
"Nos enfrentamos a un enemigo muy diabólico. Nunca vi algo así", dijo en una entrevista el jefe de las tropas militares aquí, el general de ejército David H. Petraeus.
"Es de lejos la situación más compleja en la que he estado en toda mi vida como militar", dijo. "He pasado por otros dos períodos aquí, y este es de lejos el más complejo".
El objetivo de la misión actual, dijo David Kilcullen, el principal asesor en contrainsurgencia de Petraeus, no es ayudar a Iraq a pasar la página que permitiría que Estados Unidos pudiera dejar el país en una situación de paz. En lugar de eso, los estrategas estadounidenses esperan golpear lo suficiente a los grupos militantes para dar al gobierno chií de Iraq una posibilidad de alcanzar algún grado de estabilidad.
"No sé cuántas veces altos personeros de Estados Unidos han dicho que hemos llegado a un punto crucial en Iraq. Hemos pasado la página tantas veces que tenemos vértigo", dijo Kilcullen, ex oficial en el ejército australiano.
"No hemos revertido la marea. No hemos pasado la página, y no hay luz al final del túnel. Pero lo que hemos hecho es tomar una empresa fracasada y le hemos dado una sólida base de largo plazo".
Agregó que las fuerzas norteamericanas serán reducidas. "Nos reduciremos. Absolutamente", dijo. "Pero lo que estamos tratando de hacer es poner la operación sobre fundamentos sólidos que los iraquíes puedan manejar, y que dejemos un país suficientemente estable".
La campaña contra al Qaeda en Iraq, incluyendo la ofensiva de las últimas dos semanas en Baqubah al norte de Bagdad, ofrece varias ventajas potenciales para las tropas norteamericanas.
La campaña utilizará operaciones de alta intensidad que juegan a favor de las tropas estadounidenses. Coloca a las tropas contra un rival que la opinión pública norteamericana considera enemigo, y proporciona una ‘métrica' clara de medición de los triunfos.
Después de haber evitado durante largo tiempo llevar la cuenta de las bajas de insurgentes en Iraq, oficiales norteamericanos han empezado hace poco a informar sobre el número de militantes caídos en operaciones contra al Qaeda.
Más allá de estas ventajas inmediatas, la estrategia se basa en la creencia de altos oficiales de que este verano podrán acabar con las actividades de al Qaeda antes de que se fije un calendario de retirada.
Los ataques de al Qaeda contra sitios chiíes civiles y religiosos, puso en problemas a las milicias chiíes el año pasado, dijo Petraeus. La reducción de la amenaza de al Qaeda reducirá la amenaza de las milicias, agregó.
"Al Qaeda les da una excusa. Al Qaeda es su razón de ser", dijo Petraeus. "Así que realmente tenemos que reducir la capacidad de al Qaeda de realizar ataques a gran escala".
Si Estados Unidos pudiera mostrar progresos definitivos contra al Qaeda, otros piezas del puzzle iraquíes caerán en sus casilleros, dijo Petraeus. Por ejemplo, Petraeus predijo que reducir a al Qaeda en lo que considera el desarrollo más promisorio de los últimos meses, ayudará a la decisión de algunos líderes tribales sunníes de volverse contra los militantes de al Qaeda.
"Estamos tratando de capitalizar este desarrollo", dijo Petraues. Los jeques, agregó, "se dan cuenta ahora de que ellos se están jugando un montón más en el nuevo estado iraquí. Se dan cuenta de que no van a gobernar Iraq, pero quieren lo que les corresponde. Quieren participar, contribuir verdaderamente, y sin embargo el gran desarrollo es que reconocen que al Qaeda representa la violencia bárbara".
Esa estrategia fue sacudida el lunes cuando explotó un bomba en un hotel en el centro de Bagdad, matando a cinco jeques aliados de Estados Unidos, que se estaban reuniendo ahí.
Con las operaciones contra al Qaeda desarrollándose en toda la periferia de la capital, lo que los oficiales llaman los Cinturones de Bagdad, Odierno dijo que las tropas norteamericanas estaban empezando a ver progresos en la reducción de los atentados suicidas con camiones y coches.
"Y queremos que continúe así", dijo. "Queremos que siga bajando".
Ahora los generales dicen que por primera vez tienen fuerzas suficientes para erradicar a los combatientes de al Qaeda, entrando en territorios donde las tropas estadounidenses no habían estado en años.
Esta semana, Odierno visitó una de esos sitios -Salman Pak, un pueblo sunní en la ribera sur del río Tigris en Bagdad. Habló con los soldados cuando entraban en barrios dominados por sunníes donde las tropas estadounidenses e iraquíes no se habían aventurado en dos años.
En una patrulla en las afueras de la ciudad, el teniente coronel Ken Adgie, comandante del Batallón No.1, Regimiento de Infantería 30, Tercera División de Infantería, dijo que los combatientes extranjeros de al Qaeda habían reclutado a matones de la localidad proporcionándoles fondos y adiestramiento.
"Los de al Qaeda llegaron y dijeron: ‘Aquí hay dinero', así que se pasaron a al Qaeda, pero todavía son la misma banda de matones de antes", dijo Adgie.
Adgie y sus soldados están tratando de ganarse la confianza de los vecinos, para convencerles de que Estados Unidos y sus aliados iraquíes no entregarán la zona a los militantes.
Pero para asegurarse de que el ejército iraquí pueda controlar la zona, dijo Adgie, las tropas estadounidenses deben aplastar completamente tanto las fuerzas nacionales como extranjeras de al Qaeda.
"Se han pasado al lado oscuro. Son de al Qaeda", dijo. "Ahora los vamos a matar".

julian.barnes@latimes.com

29 de junio de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
rss

0 comentarios