obispo defendió a cura demoníaco
Ex párroco de El Quisco enjuiciado por crímenes cometidos en Argentina. Christian von Wernich ejerció labor pastoral por cerca de un año en el balneario.
A más de cuatro años de su última aparición pública en la parroquia de El Quisco, la figura del sacerdote Christian von Wernich (69) vuelve a generar controversia. Por casi doce meses y con el nombre de Cristian González, el cura argentino encabezó la iglesia del balneario, hasta que a fines de abril de 2003 un reportaje de la desaparecida revista ‘Siete más Siete', dio conocer su verdadera identidad y que estaba prófugo de la justicia de su país acusado de tortura y secuestro.
Tras permanecer escondido, Von Wernich fue capturado y procesado por su participación en siete homicidios, 31 torturas y 42 secuestros en cinco centros de detención de la provincia de Buenos Aires.
Juicio Oral
Esta semana se inició el juicio oral en su contra en la ciudad de La Plata. Se trata del primer proceso en América Latina en contra de un sacerdote por violaciones a los derechos humanos.
Los hechos que se le imputan habrían ocurrido cuando el cura ocupó el cargo de capellán de la policía argentina, durante la dictadura militar entre 1976 y 1983.
La fiscalía consideró como probado que Von Wernich fue un "represor itinerante" en el "circuito de centros clandestinos" y añadió que hubo "complicidad primaria" del religioso con el terrorismo de Estado.
De acuerdo al relato de los sobrevivientes de los centros de detención, después del golpe de Estado de 1976 el imputado recorría como capellán esos recintos e intentaba obtener confesiones a detenidos sometidos a tortura o convencerlos de colaborar con el régimen.
A comienzos de 2003 la justicia argentina pidió su captura y, tras ser encontrado por un periodista, fue detenido y extraditado a mediados de ese año.
La Iglesia Católica chilena negó haber escondido al ex capellán y aseguró que ingresó al país bajo la autorización de su obispo argentino.
Diácono
El diácono de la Parroquia de El Quisco, Carlos Cid, compartió labor pastoral con el religioso en su estadía en el Litoral Central.
Precisó que durante los últimos años "no me he comunicado con él. Supe de las acusaciones y que el 99.9% son cosas inventadas. El se hacía llamar González porque era mucho más fácil para que lo recordara la gente, ya que su apellido era difícil".
Acotó que sobre el cura se efectuaron una serie de acusaciones, como que "cobraba $60 mil por matrimonio, lo que no era así".
Cid recuerda que Von Mernich "nunca estuvo escondido", ya que un par de veces viajó a Buenos Aires sin mayores inconvenientes y también lo hacía a Valparaíso. Detalló que se trataba de un individuo "afable, buena persona y alegre".
Precisó que una vez que se publicó el reportaje "fue una bomba que se desparramó inmediatamente. Aparecieron defensores y detractores, unos daban las cosas como verdades y otros las negaban".
Lo cierto es que con esta situación la comunidad local tomó partido, aunque el obispo Gonzalo Duarte lo defendió con vehemencia.
Tras permanecer escondido, Von Wernich fue capturado y procesado por su participación en siete homicidios, 31 torturas y 42 secuestros en cinco centros de detención de la provincia de Buenos Aires.
Juicio Oral
Esta semana se inició el juicio oral en su contra en la ciudad de La Plata. Se trata del primer proceso en América Latina en contra de un sacerdote por violaciones a los derechos humanos.
Los hechos que se le imputan habrían ocurrido cuando el cura ocupó el cargo de capellán de la policía argentina, durante la dictadura militar entre 1976 y 1983.
La fiscalía consideró como probado que Von Wernich fue un "represor itinerante" en el "circuito de centros clandestinos" y añadió que hubo "complicidad primaria" del religioso con el terrorismo de Estado.
De acuerdo al relato de los sobrevivientes de los centros de detención, después del golpe de Estado de 1976 el imputado recorría como capellán esos recintos e intentaba obtener confesiones a detenidos sometidos a tortura o convencerlos de colaborar con el régimen.
A comienzos de 2003 la justicia argentina pidió su captura y, tras ser encontrado por un periodista, fue detenido y extraditado a mediados de ese año.
La Iglesia Católica chilena negó haber escondido al ex capellán y aseguró que ingresó al país bajo la autorización de su obispo argentino.
Diácono
El diácono de la Parroquia de El Quisco, Carlos Cid, compartió labor pastoral con el religioso en su estadía en el Litoral Central.
Precisó que durante los últimos años "no me he comunicado con él. Supe de las acusaciones y que el 99.9% son cosas inventadas. El se hacía llamar González porque era mucho más fácil para que lo recordara la gente, ya que su apellido era difícil".
Acotó que sobre el cura se efectuaron una serie de acusaciones, como que "cobraba $60 mil por matrimonio, lo que no era así".
Cid recuerda que Von Mernich "nunca estuvo escondido", ya que un par de veces viajó a Buenos Aires sin mayores inconvenientes y también lo hacía a Valparaíso. Detalló que se trataba de un individuo "afable, buena persona y alegre".
Precisó que una vez que se publicó el reportaje "fue una bomba que se desparramó inmediatamente. Aparecieron defensores y detractores, unos daban las cosas como verdades y otros las negaban".
Lo cierto es que con esta situación la comunidad local tomó partido, aunque el obispo Gonzalo Duarte lo defendió con vehemencia.
7 de julio de 2007
©líder de san antonio
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