cinco años para rata fascista
Cinco años y un día de cárcel. Sentencian a ex miembro de Patria y Libertad por crimen de dirigente estudiantil.
Resolución fue dada a conocer por el juez especial para casos de Derechos Humanos, Carlos Aldana, quien investiga la participación del procesado en otras causas relacionadas con crímenes de lesa humanidad cometidos durante el gobierno militar.
Cinco años y un día estará en la cárcel Juan Patricio Abarzúa Cáceres, más conocido como ‘el Pato Abarzúa', luego que el Ministro Especial para casos de Derechos Humanos, Carlos Aldana lo notificara de su castigo por los crímenes de secuestro y desaparición de Juan de Dios Sepúlveda González (‘Calula'), cometidos durante el régimen militar.
El sentenciado, ex miembro de la agrupación Patria y Libertad, está procesado, además de los crímenes contra el dirigente estudiantil y militante de las Juventudes Socialistas de Los Ángeles, por otras causas relacionadas con las violaciones a los derechos humanos perpetrados tras el quiebre democrático de 1973.
Mauricio Aedo, de la filial biobense de la Agrupación Memoria Viva, dijo que durante el gobierno de la Unidad Popular, ‘Pato Abarzúa' se infiltró en las filas del movimiento estudiantil secundario, tras matricularse como alumno en horario vespertino y se erigió como un destacado activista estudiantil, llegando incluso a ser dirigente de los Centros de Alumnos. Para sorpresa de muchos compañeros, el 11 de septiembre de 1973 apareció encabezando a un grupo de civiles de Patria y Libertad y detuvo a militantes de izquierda. Luego, según el testimonio de innumerables testigos, participó como interrogador y torturador al interior del Regimiento de Los Ángeles. Allí, según las declaraciones, estuvo "trabajando de terno y corbata, con una metralleta corta colgada al hombro y con mando sobre los conscriptos y tropa de dicha unidad militar, pese a ser un civil".
No fueron los crueles interrogatorios y las torturas a las que habría sometido a incontables presos políticos en todo caso, lo que produjo su detención. Hasta el año 2003, Abarzúa Cáceres "aparecía como un respetable y próspero comerciante, pero en esa fecha fue descubierta su actividad de narcotraficante, lo que obligó a sumergirse en la clandestinidad para evadir la acción de la justicia. Dos años vivió en la más absoluta clandestinidad, desplazándose entre los fundos aledaños a la capital provincial, hasta que la policía consiguió su captura el 8 de Octubre de 2005", recuerda Aedo.
Presunta Responsabilidad
El prontuario contempla cargos por otros delitos relacionados con violaciones a los Derechos Humanos. Entre los más representativos, se encuentra el proceso por el secuestro y desaparición de Juan Heredia Olivares, militante de las Juventudes Comunistas. Este caso lo lleva el Ministro Joaquín Billard, Juez de la Corte de Apelaciones de Santiago.
El pasado 19 de febrero, Abarzúa declaró ante el mismo ministro Carlos Aldana, ocasión en la que reconoció haber participado en el secuestro de Jaime Araya Palominos (Capulo), dirigente universitario de la Universidad de Concepción Sede Los Ángeles y también dirigente del MIR en septiembre de 1973. El procesado confesó que Jaime Araya Palominos fue asesinado en el picadero del regimiento angelino, recinto al que había sido trasladado tras ser capturado.
Confrontado en esta diligencia procesal con Osvaldo Rojas, ex preso político en esa misma unidad militar, "negó conocerlo, no obstante que Rojas le recordara que él mismo lo había salvado de la muerte cuando era conducido al picadero para ser fusilado junto a su camarada Luis Ángel Ariel Cornejo Fernández. Según las palabras de Rojas, Abarzúa Cáceres lo apartó a la del picadero donde fusilaron a Cornejo Fernández, estudiante de Auditoría y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, quien militaba en las Juventudes Comunistas y cuyo cuerpo está desaparecido hasta la fecha", subraya Aedo.
De acuerdo a lo expresado por el vocero de Memoria Viva en Bío Bío, "el proceso por el secuestro y homicidio de Jaime Araya Palominos y Oscar Wenten, dos jóvenes y queridos militantes del MIR, de Los Ángeles y Santa Bárbara, respectivamente, ha permitido descubrir la trama de asesinos y torturadores que al interior del actual Regimiento Reforzado de Infantería Nº 17 de Los Ángeles sembró el terror en esa ciudad y sus alrededores, en estrecha simbiosis de militares sublevados y militantes de Patria y Libertad".
Según las informaciones recogidas por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y por la organización Memoria Viva, el Regimiento Nº 17 fue el principal centro de detención de opositores al régimen militar en la zona. El Informe Rettig acota el antecedente: "Entre el 12 de septiembre y el 5 de octubre de 1973, desaparecieron doce detenidos que se encontraban recluidos en aquel lugar".
Cinco años y un día estará en la cárcel Juan Patricio Abarzúa Cáceres, más conocido como ‘el Pato Abarzúa', luego que el Ministro Especial para casos de Derechos Humanos, Carlos Aldana lo notificara de su castigo por los crímenes de secuestro y desaparición de Juan de Dios Sepúlveda González (‘Calula'), cometidos durante el régimen militar.
El sentenciado, ex miembro de la agrupación Patria y Libertad, está procesado, además de los crímenes contra el dirigente estudiantil y militante de las Juventudes Socialistas de Los Ángeles, por otras causas relacionadas con las violaciones a los derechos humanos perpetrados tras el quiebre democrático de 1973.
Mauricio Aedo, de la filial biobense de la Agrupación Memoria Viva, dijo que durante el gobierno de la Unidad Popular, ‘Pato Abarzúa' se infiltró en las filas del movimiento estudiantil secundario, tras matricularse como alumno en horario vespertino y se erigió como un destacado activista estudiantil, llegando incluso a ser dirigente de los Centros de Alumnos. Para sorpresa de muchos compañeros, el 11 de septiembre de 1973 apareció encabezando a un grupo de civiles de Patria y Libertad y detuvo a militantes de izquierda. Luego, según el testimonio de innumerables testigos, participó como interrogador y torturador al interior del Regimiento de Los Ángeles. Allí, según las declaraciones, estuvo "trabajando de terno y corbata, con una metralleta corta colgada al hombro y con mando sobre los conscriptos y tropa de dicha unidad militar, pese a ser un civil".
No fueron los crueles interrogatorios y las torturas a las que habría sometido a incontables presos políticos en todo caso, lo que produjo su detención. Hasta el año 2003, Abarzúa Cáceres "aparecía como un respetable y próspero comerciante, pero en esa fecha fue descubierta su actividad de narcotraficante, lo que obligó a sumergirse en la clandestinidad para evadir la acción de la justicia. Dos años vivió en la más absoluta clandestinidad, desplazándose entre los fundos aledaños a la capital provincial, hasta que la policía consiguió su captura el 8 de Octubre de 2005", recuerda Aedo.
Presunta Responsabilidad
El prontuario contempla cargos por otros delitos relacionados con violaciones a los Derechos Humanos. Entre los más representativos, se encuentra el proceso por el secuestro y desaparición de Juan Heredia Olivares, militante de las Juventudes Comunistas. Este caso lo lleva el Ministro Joaquín Billard, Juez de la Corte de Apelaciones de Santiago.
El pasado 19 de febrero, Abarzúa declaró ante el mismo ministro Carlos Aldana, ocasión en la que reconoció haber participado en el secuestro de Jaime Araya Palominos (Capulo), dirigente universitario de la Universidad de Concepción Sede Los Ángeles y también dirigente del MIR en septiembre de 1973. El procesado confesó que Jaime Araya Palominos fue asesinado en el picadero del regimiento angelino, recinto al que había sido trasladado tras ser capturado.
Confrontado en esta diligencia procesal con Osvaldo Rojas, ex preso político en esa misma unidad militar, "negó conocerlo, no obstante que Rojas le recordara que él mismo lo había salvado de la muerte cuando era conducido al picadero para ser fusilado junto a su camarada Luis Ángel Ariel Cornejo Fernández. Según las palabras de Rojas, Abarzúa Cáceres lo apartó a la del picadero donde fusilaron a Cornejo Fernández, estudiante de Auditoría y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, quien militaba en las Juventudes Comunistas y cuyo cuerpo está desaparecido hasta la fecha", subraya Aedo.
De acuerdo a lo expresado por el vocero de Memoria Viva en Bío Bío, "el proceso por el secuestro y homicidio de Jaime Araya Palominos y Oscar Wenten, dos jóvenes y queridos militantes del MIR, de Los Ángeles y Santa Bárbara, respectivamente, ha permitido descubrir la trama de asesinos y torturadores que al interior del actual Regimiento Reforzado de Infantería Nº 17 de Los Ángeles sembró el terror en esa ciudad y sus alrededores, en estrecha simbiosis de militares sublevados y militantes de Patria y Libertad".
Según las informaciones recogidas por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y por la organización Memoria Viva, el Regimiento Nº 17 fue el principal centro de detención de opositores al régimen militar en la zona. El Informe Rettig acota el antecedente: "Entre el 12 de septiembre y el 5 de octubre de 1973, desaparecieron doce detenidos que se encontraban recluidos en aquel lugar".
26 de julio de 2007
©la tribuna
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