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marine condenado a quince años


[Tony Perry] El sargento Lawrence Hutchins dirigía un pelotón que sacó de su cama a un hombre de edad mediana y lo ejecutó.
Camp Pendleton, Iraq. El jefe de un grupo de marines para secuestrar y asesinar a un iraquí en Hamandiya el año pasado, fue licenciado deshonrosamente el viernes y sentenciado a quince años de prisión, la sentencia más severa de los ocho hombres condenados en el caso.
Los fiscales de la corte marcial del sargento Lawrence G. Hutchins III, había pedido treinta años de cárcel y licenciamiento deshonroso.
Hutchins, líder de pelotón, fue declarado culpable de conspiración para cometer un asesinato y un homicidio no premeditado. Fue absuelto de homicidio con premeditación, qye le habría significado una sentencia a cadena perpetua.
La sentencia de Hutchins se produce apenas horas después de que un jurado degradara a soldado raso al cabo Marshall Magincalda, sentenciándole a 448 días de prisión.
Debido a que Magincalda había estado en prisión mientras esperaba el juicio, fue dejado en libertad.
Magincalda es el segundo marine que es liberado después de ser sentenciado. El cabo Trent D. Thomas, encontrado culpable hace dos semanas de secuestro y conspiración para cometer un homicidio, fue licenciado por mala conducta, pero sin pena de prisión adicional.
Los tres jurados estuvieron compuestos con veteranos de Iraq, la mayoría de ellos de los batallones de infantería.
El abogado de Hutchins, J. Richardson Brannon, dijo que pensaba pedir al teniente general James N. Mattis, comandante general del Comando Central de las Fuerzas de Marines, reunirse con los padres de Hutchins para enterarse del dolor que les había causado la fiscalía al perseguir a su hijo. Mattis, como la parte convocante, puede revocar o reducir sentencias de culpabilidad.
Brannon dijo que esperaba que, si Mattis mantenía la sentencia de quince años, Hutchins tendría su primera vista de su libertad condicional en tres años.
El capitán Nicholas Gannon, uno de los fiscales, dijo que Hutchins había destruido a su pelotón al convencer a sus otros siete compañeros de cometer un acto ilegal.
"Nuestro cuerpo ha sido víctima del sargento Hutchins", dijo Gannon a los jurados. "Le confiamos a esos jóvenes marines".
Mientras se leía el veredicto, Hutchins, 23, de Plymouth, Massachusetts, puso su cabeza sobre la mesa y sus familiares, incluyendo a su mujer, Reyna, empezaron a sollozar.
El caso incluyó una trama para secuestrar y matar a un iraquí en abril de 2006 para enviar un mensaje a los subversivos de que dejaran de atacar a los marines en la zona de Hamandiya, al oeste de Bagdad. Un hombre de edad mediana fue sacado de su cama y arrastrado a unos cien metros. Recibió once impactos de bala. Los marines dijeron entonces a sus superiores que había muerto en una balacera.
Magincalda, 24, de Manteca, California, fue condenado por conspiración para cometer un homicidio e invasión de morada, pero no de homicidio con premeditación.
Después de salir libre, dijo a periodistas que esperaba volver a enlistarse y volver a Iraq para un cuarto período de servicio. "Si mi país me llama, iré encantado".
Dijo que la investigación, juicio y catorce meses tras las rejas "en realidad me ha acercado al Cuerpo de Marines".
Los ocho miembros del pelotón de Hutchins fueron acusados de homicidio. Cuatro marines y un soldado sanitario de la Armada, se declararon culpables a cargos reducidos y recibieron sentencias de diez meses a ocho años.
Magincalda dijo que estaba agradecido de que hubiera veteranos de la guerra en el jurado. "Creo que saben realmente bien de lo que hablan, saben de qué se trata allá", dijo.
La corte marcial reveló frustración entre los marines enlistados en cuanto a su misión en Iraq, especialmente las llamadas reglas de combate que regulan cuándo pueden los marines ejercer fuerza letal.
En el caso de Hutchins, el recluta Robert Pennington, 23, cuyo convenio con la fiscalía le significó una sentencia de ocho años, declaró: "Estábamos hartos de sus reglas y decidimos escribir nuestras propias reglas para protegernos a nosotros mismos".
Después de ser dejado en libertad hace dos semanas, Thomas, 25, dijo a periodistas que creía que la muerte de ese hombre en Hamandija había disuadido los atentados rebeldes contra los marines.

tony.perry@latimes.com

4 de agosto de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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