Blogia
mQh

retirada de inmediato, y total


[Bill Richardson] Estados Unidos debe retirar todas sus tropas de Iraq, y de inmediato, según el gobernador demócrata de Nuevo México.
Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards han sugerido que entre nosotros hay pocas diferencias sobre Iraq. Pero no es verdad: yo soy el único candidato demócrata importante que se ha comprometido a sacar a todos nuestros soldados de Iraq y a hacerlo lo más pronto posible.
En un debate reciente, pregunté a los otros candidatos cuántas tropas pensaban dejar en Iraq y para qué. Nadie respondió. El pueblo americano necesita respuestas. Si elegimos a un presidente que piensa que las tropas deben quedarse en Iraq durante años, las tropas se quedarán durante años, lo que sería un trágico error.
Clinton, Obama y Edwards reflejan la filosofía ultra-conservadora de que una retirada completa de todas las fuerzas estadounidenses sería de algún modo ‘irresponsable'. Al contrario, los hechos sugieren que una retirada total y rápida -no un proceso prolongado, como en Vietnam- sería el curso de acción más responsable y efectivo.
Aquellos que piensan que necesitamos mantener tropas en Iraq no entienden al Medio Oriente. Yo me he reunido y he negociado exitosamente con muchos líderes regionales, incluyendo a Saddam Hussein. Estoy convencido de que sólo una retirada completa puede cambiar la política en Iraq y en países vecinos para romper el impasse que viene matando a tanta gente durante tanto tiempo.
Nuestras tropas han hecho todo lo que se les pidió, con coraje y profesionalismo, pero no pueden ganar una guerra civil ajena. Mientras haya tropas estadounidenses en Iraq, la reconciliación entre los grupos iraquíes será pospuesta. Dejar las tropas allá permite que los iraquíes posterguen tomar las medidas necesarias para poner fin a la violencia. Y nos impide usar la diplomacia para involucrar a otros países en la estabilización y reconstrucción de Iraq.
La presencia de tropas norteamericanas en Iraq nos debilita en la guerra contra al-Qaeda. Además, endorsa la propaganda anti-norteamericana de aquellos que nos retratan como invasores llegados a saquear el petróleo iraquí y reprimir a los musulmanes. El día que nos marchemos, este mito colapsará, y los iraquíes expulsarán a los yihadistas extranjeros de su país. Nuestra partida también nos permitirá concentrarnos en derrotar a los terroristas que nos atacaron el 11 de septiembre de 2001, que se han agrupado a lo largo de la frontera afgano-paquistaní -no en Iraq.
Logísticamente, sería posible retirarnos en seis a ocho meses. Enviamos a Iraq, y las retiramos a través de Kuwait, a unas 240 mil tropas en menos de tres meses con importantes rotaciones de tropas. Después de la Guerra del Golfo Pérsico, redesplegamos casi medio millón de soldados en apenas unos meses. Podríamos redesplegarnos todavía más rápidamente si negociáramos con los turcos para abrir una ruta para marcharnos por Turquía.
Cuando empiece nuestra retirada, volveremos a ganar influencia diplomática. Los iraquíes empezarán a vernos como mediadores, no como invasores. Los vecinos de Iraq se enfrentarán al hecho de que si no ayudan a la estabilización, tendrán que hacer frente a las consecuencias del derrumbe de Iraq -incluyendo flujos de refugiados todavía más numerosos hacia países vecinos y posiblemente una guerra.
Estados Unidos puede facilitar la reconciliación iraquí y la cooperación regional realizando una conferencia similar a la que llevó la paz a Bosnia. Necesitaremos negociaciones sobre la seguridad regional entre todos los vecinos de Iraq y acuerdos sobre donaciones de los países más ricos -incluyendo a los países musulmanes ricos en petróleo- para ayudar en la reconstrucción de Iraq. Nada de esto ocurrirá si no removemos el mayor obstáculo de la diplomacia: la presencia de tropas estadounidenses en Iraq.
Mi plan es realista porque:

-Es menos riesgoso. Dejar tropas atrás las hace vulnerables. ¿Tendremos que volver a enviar refuerzos para protegerlas?

-Saca a nuestras tropas del cenagal y nos fortalece para nuestros problemas reales. Es tonto pensar que 20 mil o 75 mil tropas llevarán la paz a Iraq cuando 160 mil soldados no han podido hacerlo. Tenemos que sacar a nuestros soldados del fuego cruzado en Iraq de modo que podamos derrotar a los terroristas que nos atacaron el 11 de septiembre de 2001.

-Acelerando el proceso de paz, se reduce la probabilidad de un derramamiento de sangre prolongado. El presidente Richard Nixon retiró poco a poco las fuerzas estadounidenses en Vietnam -con desastrosas consecuencias. En los siete años que tomó retirar a nuestras tropas, murieron 21 mil soldados estadounidenses más y quizás un millón más de vietnamitas, la mayoría de ellos civiles. Toda esta muerte y destrucción no lograron nada: los comunistas se hicieron con el poder tan pronto como nos marchamos.
Mi posición ha sido clara desde que entré en esta carrera: Retirar todas las tropas e impulsar esfuerzos diplomáticos en Iraq e internacionalmente para llevar estabilidad a ese país. Si el Congreso no logra poner fin a esta guerra, yo ordenaré retirar nuestras tropas sin mayores tardanzas, y sin dudas, el primer día de mi gobierno.
Dejemos de pretender que todos los planes de los demócratas son parecidos. El pueblo estadounidense merece respuestas precisas de todos los que aspiran al cargo de comandante en jefe. ¿Cuántas tropas dejaríais en Iraq? ¿Por cuánto tiempo? ¿Para hacer qué, exactamente? Y la prensa debería estar haciendo las mismas preguntas a los candidatos, antes que permitirles que continúen repitiendo: "Estamos contra la guerra..., pero por favor no leáis las letras chicas".

El autor es gobernador de Nuevo México y candidato demócrata a la nominación presidencial.

8 de septiembre de 2007
©washington post
©traducción mQh
rss


0 comentarios