biografía de creador de peanuts
[Patricia Cohen] Provoca revuelo en la familia.
David Michaelis contactó por primera vez a la familia de Charles M. Schulz hace siete años cuando empezaba a escribir una biografía de Schulz, el creador de la tira cómica ‘Peanuts'. Resultó que Schulz había leído la biografía de Michaelis sobre N.C. Wyeth, y que al hijo de Schulz, Monte, también le gustaba el trabajo del escritor. Terminó ayudando a convencer al resto del clan Schulz de colaborar con Michaelis, le dio completo acceso a los papeles de su padre y para ayudarlo dejó de lado la propia novela que estaba escribiendo.
Pero Monte Schulz dijo que cuando, en diciembre, leyó el manuscrito de Michaelis, los miembros de la familia estaban consternados por el retrato que se hacía de Schulz como un hombre deprimido, frío y amargado que andaba constantemente a la caza de mujeres.
"No es verdad", dijo Monte. "Es ridículo".
Su hermana Amy Schulz Johnson pensaba lo mismo. "Este asunto está completamente mal", dijo desde su casa en Utah. "Creo que quería escribir un libro de cierta manera, y para eso usó a nuestra familia".
"Estábamos todos excitados pensando que tendríamos que decir cosas sobre papá", dijo, quejándose de que los niños aparecen muy poco en el libro.
Michaelis dijo que le sorprendió ver lo consternados que estaban algunos familiares, pero que "para los hijos, los padres son siempre héroes, y muy pocas familias pueden ver más allá del paterfamilias". Después de entrevistar a cientos de personas, de estudiar cada una de las 17.897 tiras cómicas que dibujó Schulz y de hacer una investigación exhaustiva, Michaelis dijo: "Este es el hombre que encontré".
"¿Entendí bien la historia?", se preguntó. "Completamente. Sin ninguna duda".
Michaelis menciona las numerosas entrevistas que cedió Charles Schulz en su vida en las que habló de su propia "melancolía" y ansiedades. "Tengo la terrible sensación de una catástrofe inminente", dijo en 1999, en el programa ‘60 Minutes'. "Me despierto en un ambiente de funeral". Muchos retratos de Schulz tratan el mismo tema. Similarmente, la biografía ‘Good Grief: The Story of Charles M. Schulz', de Rheta Grimsley Jonhson, de 1999, lo describe como un hombre deprimido y acosado por ataques de pánico, pese a tener una enorme familia y a sus éxitos comerciales y críticos. Tampoco hizo Michaelis un secreto de su punto de vista. Escribió una apreciación de Schulz en la revista Time en diciembre de 2000, después de su muerte a los 77, en la que amplía claramente su tesis del libro de 655 páginas, a veces palabra por palabra.
La biografía de Michaelis, ‘Schulz and Peanuts', que HarperCollins publicará la semana próxima, es uno de los libros más esperados de esta temporada editorial. Los cuadros de dibujos de Schulz están intercalados con el texto, y Michaelis los usa como revelaciones de las emociones del artista.
"Era un artista complicado que tenía una vida interior y que la plasmaba en la página", dijo Michaelis en una entrevista. "Sus ansiedades y miedos le proporcionaron Lucy y los personajes de ‘Peanuts'".
"Una persona normal no podría haberlo hecho", dijo.
Los biógrafos tienen a menudo problemas con los amigos y familiares de sus personajes. Claramente un familiar no es necesariamente objetivo, un hombre de familia querrá proteger su reputación o puede ignorar sucesos ocultos o aspectos de la personalidad de alguien. Janet Malcolm, en un conocido y provocador ensayo, ofreció otra interpretación, describiendo la relación entre un periodista y el entrevistado como innatamente engañosa y al periodista como una "especie de hombre de confianza". Se han invocado elementos de todas estas explicaciones.
Jean Schulz, la segunda mujer de Charles, dijo que había leído tres cuartos del tercer borrador de Michaelis. No rechazó que su marido, al que sus amigos llamaban Sparky, fuera "melancólico", pero dijo que eso era sólo parte de la historia: "No es un retrato completo. Sparky era mucho más. Le gustaba reír.
"Parte de lo que intriga a la gente acerca de Sparky es que hablaba de la sensación física real que era su ansiedad, la sensación de pavor cuando despertaba en la mañana. Pero tenía una aceptación budista de la vida y sus altibajos. Funcionaba perfectamente bien.
"David no podía explicarse todo", dijo, pero agregó: "Creo que la melancolía de Sparky y el desastre de su primer matrimonio, son más interesantes que hablar sobre veinticinco años de felicidad". Citó la frecuente respuesta de su marido a la pregunta por qué Charlie Brown nunca llegó a ser bueno para el fútbol: "La felicidad no es divertida".
Lo que la inquietaba particularmente, dijo, eran los juicios de Michaelis. "Todo artista tiene su punto de vista", dijo, "pero si David va a decir que Sparky es un hombre consistentemente malo, entonces tendrá que probarlo".
"La descripción es muy vaga", dijo, mencionando una cita anónima.
Las notas bibliográficas en cada capítulo de Michaelis están organizadas por materia, de modo que puede ser difícil hacer corresponder una cita particular con una fuente particular.
Jean Schulz dijo que encontró errores de hecho, muchos de ellos triviales, pero "eso me hace pensar sobre otras cosas en el libro". Michaelis "obviamente tomó notas", dijo, pero algunas cosas eran claramente "errores de transcripción o de interpretación".
Monte Schulz mencionó otros varios pequeños errores, incluyendo la mención de una ama de llaves sirviendo la cena después de haber dejado de trabajar para la familia; una referencia incorrecta a su padre oyéndolo dictar una charla en un taller de escritores; y lo que Monte dijo que era un presupuesto ridículamente bajo para construir una pista de patinaje sobre hielo.
Dijo que su madre, Joyce Doty, estaba muy enfadada de verse retratada como prepotente y gruñona. Localizada en su casa en Hawai, dijo: "No voy a hablar con nadie sobre nada". Meredith Hodges, que creció como uno de los cinco hijos de Schulz, descubrió recién de adulta que él no era su padre biológico. Lo describe en el libro como "frío", "distante" y "con miedo al amor", y escribió en un mensaje por correo electrónico, "sin comentarios".
En su biografía, Michaelis describe a Schulz como exageradamente generoso, dedicado a sus hijos, modesto y divertido, y a Joyce como enérgica, capaz y llena de vida, pero esos rasgos no reciben mayor atención. Amy Schulz Johnson, que describió a Schulz como "el más asombroso de los padres parecidos a Cristo", se quejó de que Michaelis destacara las cosas negativas y dejara fuera las positivas. "Todos fuimos engañados".
Sin embargo, Jean Schulz siente simpatía por la idea de que la visión creativa de un escritor o artista, señalando a su propio marido. "David está escribiendo esto para sí mismo", dijo. "Tiene que estar agradecido".
Pero Monte Schulz dijo que cuando, en diciembre, leyó el manuscrito de Michaelis, los miembros de la familia estaban consternados por el retrato que se hacía de Schulz como un hombre deprimido, frío y amargado que andaba constantemente a la caza de mujeres.
"No es verdad", dijo Monte. "Es ridículo".
Su hermana Amy Schulz Johnson pensaba lo mismo. "Este asunto está completamente mal", dijo desde su casa en Utah. "Creo que quería escribir un libro de cierta manera, y para eso usó a nuestra familia".
"Estábamos todos excitados pensando que tendríamos que decir cosas sobre papá", dijo, quejándose de que los niños aparecen muy poco en el libro.
Michaelis dijo que le sorprendió ver lo consternados que estaban algunos familiares, pero que "para los hijos, los padres son siempre héroes, y muy pocas familias pueden ver más allá del paterfamilias". Después de entrevistar a cientos de personas, de estudiar cada una de las 17.897 tiras cómicas que dibujó Schulz y de hacer una investigación exhaustiva, Michaelis dijo: "Este es el hombre que encontré".
"¿Entendí bien la historia?", se preguntó. "Completamente. Sin ninguna duda".
Michaelis menciona las numerosas entrevistas que cedió Charles Schulz en su vida en las que habló de su propia "melancolía" y ansiedades. "Tengo la terrible sensación de una catástrofe inminente", dijo en 1999, en el programa ‘60 Minutes'. "Me despierto en un ambiente de funeral". Muchos retratos de Schulz tratan el mismo tema. Similarmente, la biografía ‘Good Grief: The Story of Charles M. Schulz', de Rheta Grimsley Jonhson, de 1999, lo describe como un hombre deprimido y acosado por ataques de pánico, pese a tener una enorme familia y a sus éxitos comerciales y críticos. Tampoco hizo Michaelis un secreto de su punto de vista. Escribió una apreciación de Schulz en la revista Time en diciembre de 2000, después de su muerte a los 77, en la que amplía claramente su tesis del libro de 655 páginas, a veces palabra por palabra.
La biografía de Michaelis, ‘Schulz and Peanuts', que HarperCollins publicará la semana próxima, es uno de los libros más esperados de esta temporada editorial. Los cuadros de dibujos de Schulz están intercalados con el texto, y Michaelis los usa como revelaciones de las emociones del artista.
"Era un artista complicado que tenía una vida interior y que la plasmaba en la página", dijo Michaelis en una entrevista. "Sus ansiedades y miedos le proporcionaron Lucy y los personajes de ‘Peanuts'".
"Una persona normal no podría haberlo hecho", dijo.
Los biógrafos tienen a menudo problemas con los amigos y familiares de sus personajes. Claramente un familiar no es necesariamente objetivo, un hombre de familia querrá proteger su reputación o puede ignorar sucesos ocultos o aspectos de la personalidad de alguien. Janet Malcolm, en un conocido y provocador ensayo, ofreció otra interpretación, describiendo la relación entre un periodista y el entrevistado como innatamente engañosa y al periodista como una "especie de hombre de confianza". Se han invocado elementos de todas estas explicaciones.
Jean Schulz, la segunda mujer de Charles, dijo que había leído tres cuartos del tercer borrador de Michaelis. No rechazó que su marido, al que sus amigos llamaban Sparky, fuera "melancólico", pero dijo que eso era sólo parte de la historia: "No es un retrato completo. Sparky era mucho más. Le gustaba reír.
"Parte de lo que intriga a la gente acerca de Sparky es que hablaba de la sensación física real que era su ansiedad, la sensación de pavor cuando despertaba en la mañana. Pero tenía una aceptación budista de la vida y sus altibajos. Funcionaba perfectamente bien.
"David no podía explicarse todo", dijo, pero agregó: "Creo que la melancolía de Sparky y el desastre de su primer matrimonio, son más interesantes que hablar sobre veinticinco años de felicidad". Citó la frecuente respuesta de su marido a la pregunta por qué Charlie Brown nunca llegó a ser bueno para el fútbol: "La felicidad no es divertida".
Lo que la inquietaba particularmente, dijo, eran los juicios de Michaelis. "Todo artista tiene su punto de vista", dijo, "pero si David va a decir que Sparky es un hombre consistentemente malo, entonces tendrá que probarlo".
"La descripción es muy vaga", dijo, mencionando una cita anónima.
Las notas bibliográficas en cada capítulo de Michaelis están organizadas por materia, de modo que puede ser difícil hacer corresponder una cita particular con una fuente particular.
Jean Schulz dijo que encontró errores de hecho, muchos de ellos triviales, pero "eso me hace pensar sobre otras cosas en el libro". Michaelis "obviamente tomó notas", dijo, pero algunas cosas eran claramente "errores de transcripción o de interpretación".
Monte Schulz mencionó otros varios pequeños errores, incluyendo la mención de una ama de llaves sirviendo la cena después de haber dejado de trabajar para la familia; una referencia incorrecta a su padre oyéndolo dictar una charla en un taller de escritores; y lo que Monte dijo que era un presupuesto ridículamente bajo para construir una pista de patinaje sobre hielo.
Dijo que su madre, Joyce Doty, estaba muy enfadada de verse retratada como prepotente y gruñona. Localizada en su casa en Hawai, dijo: "No voy a hablar con nadie sobre nada". Meredith Hodges, que creció como uno de los cinco hijos de Schulz, descubrió recién de adulta que él no era su padre biológico. Lo describe en el libro como "frío", "distante" y "con miedo al amor", y escribió en un mensaje por correo electrónico, "sin comentarios".
En su biografía, Michaelis describe a Schulz como exageradamente generoso, dedicado a sus hijos, modesto y divertido, y a Joyce como enérgica, capaz y llena de vida, pero esos rasgos no reciben mayor atención. Amy Schulz Johnson, que describió a Schulz como "el más asombroso de los padres parecidos a Cristo", se quejó de que Michaelis destacara las cosas negativas y dejara fuera las positivas. "Todos fuimos engañados".
Sin embargo, Jean Schulz siente simpatía por la idea de que la visión creativa de un escritor o artista, señalando a su propio marido. "David está escribiendo esto para sí mismo", dijo. "Tiene que estar agradecido".
22 de octubre de 2007
8 de octubre de 2007
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios