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ex general se opone a presidente


[Simón Romero] Acusan de traición a ex aliado de Chávez.
Caracas, Venezuela. Años antes de llegar aquí al poder, el presidente Hugo Chávez conspiraba junto a Raúl Isaías Baduel, que se retiró hace poco como comandante del ejército, en una célula clandestina de oficiales de izquierda con la intención de provocar una revolución. Fue el general Baduel quien dirigió el asalto de paracaidistas que retornó a Chávez a su cargo después de ser depuesto brevemente por el golpe de 2002.
Pero esas impecables credenciales de izquierda no le han evitado al general fulminantes ataques desde que rompiera este mes con Chávez a raíz de los propuestos y radicales cambios a la Constitución que, entre otras cosas, abolirán los límites al mandato presidencial. En una reciente manifestación política aquí, los partidarios del presidente llamaron "traidor" al general Baduel y gritaron que fuera llevado al paredón.
Poca gente hace sentirse tan amenazados a los seguidores del presidente. Sus críticas son considerada especialmente peligrosas no sólo porque era un estrecho aliado, sino también porque se dice que cuenta con apoyo en las poderosas fuerzas armadas. Analistas políticos dicen que sus cualidades como líder lo convierten en un contrincante del presidente, que ha sacado ventaja durante años de la ineptitud de la oposición.
En una entrevista en su oficina aquí, el general Baduel respondió con la sonrisa de un gato Cheshire la pregunta sobre su decisión de oponerse tan abiertamente al hombre al que ha apoyado durante tanto tiempo. Dijo: "Soy un soldado retirado, un ciudadano de a pie expresando mis opiniones". Hizo una pausa, bebió un sorbo de una taza de café con aroma de cardamomo mientras cogía un manoseado ejemplar de la Constitución de 1999.
"Creo que el mandato presidencial debería fijarse en seis años, permitiendo una reelección", dijo. Repetidas veces ha descrito las enmiendas propuestas a la Constitución como un "golpe", una palabra que ciertamente provocará una fuerte reacción de un gobierno que acusa frecuentemente de "golpistas" a sus opositores.
Los cambios, que serán votados en un referéndum el 2 de diciembre, comprenden 69 enmiendas que van desde la creación de un nuevo sistema de pensión para los pobres hasta reforzar la autoridad de la presidencia.
Cuatro meses después de su retiro como ministro de defensa, el general Baduel, 52, todavía se siente incómodo en su tenida de civil; llegó con vaqueros azules a la entrevista, pero con una camisa blanca almidonada.
Como Chávez, nació en las extensas llanuras del interior del país, y ha vivido a menudo a la sombra del presidente. Fue comandante de la misma brigada de paracaidistas que comandó Chávez y fue más tarde secretario privado de Chávez al principio de su presidencia. Pero mientras Chávez ruge en una conversación, el general Baduel, conocido por citar a filósofos orientales, habla casi en un susurro.
"Simplemente estoy actuando a conciencia", dijo el general Baduel, que anunció su rompimiento con Chávez en su discurso de despedida en julio, cuando llamó a los venezolanos a seguir expuestos a las fuerzas del mercado "en lugar de resucitar modelos socialistas fracasados del siglo pasado".
En ruedas de prensa en las últimas semanas, el general Baduel ha ido más lejos todavía, llamando a Chávez a retirar las enmiendas constitucionales propuestas.
"Sus declaraciones a favor de la Constitución de 1999 y contra la excesiva acumulación del poder presidencial es un llamado a ocupar el centro político del país", escribió hace poco Heinz Dietrich, un politólogo establecido en México que ha publicado ampliamente sobre Venezuela, en un análisis de la posición del general.
Para muchos aquí, descifrar al general se ha convertido en una obsesión; algunos analistas hablan de baduelología, o intentan determinar su influencia en los cuarteles y en la calle.
Cuando se le preguntó sobre rumores de que el descontento entre los militares ha aumentado desde que criticara abiertamente los intentos de Chávez de alinear ideológicamente a las fuerzas armadas con su gobierno, el general Baduel respondió cauteloso. "No pretendo ser el portavoz de las fuerzas armadas", replicó.
Las fuerzas armadas, continuó, "no deben implicarse en la militancia política", una crítica a las nuevas órdenes para los soldados de gritar ‘Patria, socialismo o muerte' en reuniones públicas. "No debemos olvidar el papel de los militares en la preservación del carácter esencialmente pacífico del pueblo venezolano".
Desde que expresara sus críticas en público, el general Baduel se ha visto privado de los guardaespaldas que le había asignado el gobierno y su vida ha sido sometida a escrutinio. Ha sido criticado, como católico, por sus estrechas relaciones con miembros de la pequeña comunidad judía de este país, muchos de cuyos miembros están cada vez más preocupados de la creciente alianza de Chávez con Irán y las tensas relaciones diplomáticas con Israel.
El general Baduel ha descrito su acercamiento a los judíos como parte de sus creencias "ecuménicas", pero algunos tienen otra opinión. "Ha sido captado por la ultraderecha internacional, por el sionismo internacional", dijo Tarek William Saab, gobernador del estado de Anzoátegui y aliado del presidente, en una entrevista este mes con el diario El Nacional.
El general Baduel dijo que estaba preparado para las críticas. Su sereno aspecto y analíticas respuestas no delatan angustia por su rompimiento con Chávez después de años de apoyarlo como oficial, como presidente y como amigo.
El general dijo que él no participó activamente en el fracasado intento de golpe d estado de 1992 dirigido por Chávez, pero que fue "castigado" después, dijo, cuando fue obligado a asistir a cursos militares en Estados Unidos. En esa época, los mejores aliados de Venezuela no estaban en La Habana, como ahora, sino en Washington, y sus superiores querían atemperar sus opiniones de izquierda.
En un país inundado por teorías conspirativas, informes publicados aquí han afirmado sea que el general Baduel está allanando el camino para su propio golpe, o que es parte de un plan maestro de Chávez de formar su propia y leal oposición.
El general Baduel rechaza los rumores de golpe y conspiraciones, pero no excluye entrar a la vida política. Dice que su ideología se inspira más en la teología de la liberación que en el marxismo. Luego cambia de materia para hablar sobre los libros que le gustan.
En su escritorio tiene la Constitución de 1999 y libros de Sun Tzu, el antiguo estratega militar chino, y de Robert Greene, el autor norteamericano de ‘Las 48 leyes del poder'. Greene entresaca sus leyes de las reflexiones de personajes como Maquiavelo, Mao y Haile Selassie. ("Tercera ley: Oculta tus intenciones"; Ley 25: "Reinventante a ti mismo"; etc.)
Pero el general dijo que él se inspiraba para su reciente oposición a Chávez en otro libro: la Biblia. "Nuestra lucha es como entre David y Goliat", dijo. "Como David, ahora tenemos que escoger nuestro arma, y ese arma es el voto".

24 de noviembre de 2007
21 de noviembre de 2007
©new york times
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