carta de la chepa
Comunera mapuche envió carta pública. Lleva 101 días en huelga de hambre y gobierno prefiere dejarla morir.
Chillán, Chile. Todo hace pensar que si el Gobierno no cede y entrega los beneficios que solicita la comunera mapuche Patricia Troncoso, finalmente la causa del pueblo originario tendrá una mártir.
Ello, pues la determinación de la mujer de mantener su ayuno, aparece como inclaudicable y así lo dejó de manifiesto en una carta escrita a solicitud de este medio y que rápidamente fue enviada a sus adherentes.
Patricia Troncoso, cumple hoy 101 días en huelga de hambre, iniciada el 10 de octubre pasado en rechazo a la aplicación de la ley antiterorrista para actos cometidos por la etnia y pidiendo además beneficios carcelarios.
La mujer, según quienes han tomado contacto con ella y forman parte del grupo que permanece afuera del recinto asistencial, llegará hasta las últimas consecuencias y dado el prolongado ayuno permanece grave, incluso ya se habrían evidenciado algunos problemas cardíacos.
De acuerdo a la misiva, la ‘Chepa' eligió la huelga de hambre como "medio de lucha radical para conseguir una verdadera justicia para mi y mis compañeros presos políticos mapuches y exigir el fin a la represión por parte del Estado, que no se pronuncia, sino que sólo responde aumentando la represión.
Frente a esta situación, seguimos organizados y luchando para demostrar al Estado y a la ciudadanía que los mapuches no están solos en esto, sino que somos muchos quienes nos sentimos parte de su lucha contra la injusticia de la que son víctimas".
Misiva
En la carta que escribió ayer desde su habitación, Patricia Troncoso se considera como una persona que lucha contra un Estado que parece oprimirla a ella y al pueblo al que representa. "Aquí me encuentro peleando contra el estado opresor al igual que ustedes… Cada día y cada noche, no con mi fuerza sino con la fuerza y garra que ustedes me dieron".
Desde su lecho, donde se encuentra custodiada por un fuerte dispositivo de seguridad por parte de Gendarmería, se pregunta por los motivos por los cuales ha sido juzgada.
"¿De qué se nos puede acusar? ¿De qué somos culpables?, si sólo hemos buscado tener justicia, la que siempre el invasor nos negó… ¿De qué se nos acusa entonces?, de no ceder ante la soberbia del que hoy nos golpea, nos asesina y nos encarcela".
A pesar del tiempo que lleva privada de alimento manifiesta -según quienes han podido acercarse a ella gran lucidez y sobretodo fuerza, pues de otra forma ya habría sucumbido a los problemas de salud que se le presentan.
De alguna manera, quienes se consideran como compañeros de lucha, creen que ella tiene una fuerza espiritual que la mantiene con vida, pues son contados los casos de personas que han podido soportar tanto tiempo sin ingerir alimentos.
"Cada uno de nosotros, no ha perdido la memoria; cada uno de nosotros ha resistido a lo largo de los años, la explotación y el despojo".
Ella deja traslucir en su escrito que la fuerza que la insta a seguir adelante proviene de los antiguos mapuches "con su lealtad, su valentía y también con su sabiduría", expresa en la carta.
Chillán, Chile. Todo hace pensar que si el Gobierno no cede y entrega los beneficios que solicita la comunera mapuche Patricia Troncoso, finalmente la causa del pueblo originario tendrá una mártir.Ello, pues la determinación de la mujer de mantener su ayuno, aparece como inclaudicable y así lo dejó de manifiesto en una carta escrita a solicitud de este medio y que rápidamente fue enviada a sus adherentes.
Patricia Troncoso, cumple hoy 101 días en huelga de hambre, iniciada el 10 de octubre pasado en rechazo a la aplicación de la ley antiterorrista para actos cometidos por la etnia y pidiendo además beneficios carcelarios.
La mujer, según quienes han tomado contacto con ella y forman parte del grupo que permanece afuera del recinto asistencial, llegará hasta las últimas consecuencias y dado el prolongado ayuno permanece grave, incluso ya se habrían evidenciado algunos problemas cardíacos.
De acuerdo a la misiva, la ‘Chepa' eligió la huelga de hambre como "medio de lucha radical para conseguir una verdadera justicia para mi y mis compañeros presos políticos mapuches y exigir el fin a la represión por parte del Estado, que no se pronuncia, sino que sólo responde aumentando la represión.
Frente a esta situación, seguimos organizados y luchando para demostrar al Estado y a la ciudadanía que los mapuches no están solos en esto, sino que somos muchos quienes nos sentimos parte de su lucha contra la injusticia de la que son víctimas".
Misiva
En la carta que escribió ayer desde su habitación, Patricia Troncoso se considera como una persona que lucha contra un Estado que parece oprimirla a ella y al pueblo al que representa. "Aquí me encuentro peleando contra el estado opresor al igual que ustedes… Cada día y cada noche, no con mi fuerza sino con la fuerza y garra que ustedes me dieron".
Desde su lecho, donde se encuentra custodiada por un fuerte dispositivo de seguridad por parte de Gendarmería, se pregunta por los motivos por los cuales ha sido juzgada.
"¿De qué se nos puede acusar? ¿De qué somos culpables?, si sólo hemos buscado tener justicia, la que siempre el invasor nos negó… ¿De qué se nos acusa entonces?, de no ceder ante la soberbia del que hoy nos golpea, nos asesina y nos encarcela".
A pesar del tiempo que lleva privada de alimento manifiesta -según quienes han podido acercarse a ella gran lucidez y sobretodo fuerza, pues de otra forma ya habría sucumbido a los problemas de salud que se le presentan.
De alguna manera, quienes se consideran como compañeros de lucha, creen que ella tiene una fuerza espiritual que la mantiene con vida, pues son contados los casos de personas que han podido soportar tanto tiempo sin ingerir alimentos.
"Cada uno de nosotros, no ha perdido la memoria; cada uno de nosotros ha resistido a lo largo de los años, la explotación y el despojo".
Ella deja traslucir en su escrito que la fuerza que la insta a seguir adelante proviene de los antiguos mapuches "con su lealtad, su valentía y también con su sabiduría", expresa en la carta.
19 de enero de 2008
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