mensajes macabros
ken.ellingwood@latimes.com 25 de junio de 2008
"Este es un aviso", decía el escrito, haciendo un listado con una sopa de letras de reparticiones policiales mexicanas y los nombres de guerra de varios personajes conocidos en el mundo de las drogas. "Te daremos lo que mereces".
El mensaje, garabateado en tinta negra sobre un cartel, acompañaba a cuatro cabezas humanas cercenadas que encontraron hace poco las autoridades mexicanas en una autopista en el norteño estado de Durango.
Ese mismo día, la policía del vecino estado de Chihuahua descubrió cinco cuerpos y un cartel escrito a mano.
"Esto es lo que le pasa a los estúpidos traidores que apoyan al Chapo Guzmán", decía el mensaje encontrado en Ciudad Juárez, refiriéndose a Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, el presunto líder de una organización de tráfico de drogas en el aledaño estado de Sinaloa.
Los asesinos terminaron el mensaje con un incongruente propiedad: "Sinceramente". Firmado: ‘La Línea’.
En medio de una ola de incidentes violentos relacionados con las drogas en todo México, en estos días los muertos van acompañados frecuentemente de macabras tarjetas de visita conocidas popularmente como ‘narco-mensajes’.
Parte amenaza, parte fanfarronada, los mensajes se han multiplicado con el aumento de los asesinatos relacionados con las drogas a récords nunca vistos en medio de una campaña del gobierno contra el crimen organizado y una mortífera guerra territorial entre traficantes.
Escritas a mano y a menudo con errores gramaticales, las notas son a menudo publicadas en reportajes en la prensa mexicana y en internet, permitiendo que las organizaciones de drogas entreguen sus espeluznantes mensajes a sus enemigos y a la sociedad. Los mensajes pueden incluso servir como comunicación entre rivales.
Cinco días después de que la policía hallara en Durango las cabezas cercenadas, encontraron otra cabeza, también con un mensaje. Era la aparente respuesta a los asesinatos anteriores.
"También podemos responder", decía la nota, según informes en la prensa mexicana.
Analistas y funcionarios policiales ven los mensajes como una variante de operaciones psicológicas en tiempos de guerra, dando un toque de medieval brutalidad medieval a la prensa del siglo 21.
"Yo soy el jefe de este territorio", se podía leer en una pancarta en Sinaloa con el nombre de Arturo Beltrán, cuya organización está luchando contra Guzmán. "Y este es el principio".
Las muertes espeluznantes han sido siempre parte del tráfico de drogas en México. Pero la frecuencia y descaro de los narco-mensajes, incluyendo videos y fotos de las ejecuciones subidas a YouTube, son otro signo más de que la violencia se ha vuelto más salvaje.
"Eso no se veía hace trece años", dijo un funcionario antinarcóticos norteamericano. "Es más abierto".
Ese fue el caso en Tijuana en abril cuando grupos rivales de la organización de Arellano Félix iniciaron un tiroteo de terminó con trece pistoleros muertos.
Uno de los cuerpos encontrados llevaba tres palabras escritas en la piel con un rotulador: "Traidor, Enemigo, Objetivo". Las primeras letras de las palabras forman ‘Teo’, el apodo de Teodoro García Simental, cabecilla de uno de los grupos en guerra.
En el estado de Sinaloa, que presencia un violento conflicto entre Guzmán y ex aliados dirigidos por Beltrán, se han colgado pancartas de tela blanca en pasarelas y vallas publicitarias. Los mensajes, con letras negras y rojas, están salpicados con los apodos de participantes claves y son bastante misteriosos.
A menudo la audiencia a la que se dirigen son las fuerzas oficiales. Un cartel reciente se burlaba de las tropas del ejército en patrulla, llamándolas "soldaditos de plomo".
En las ciudades fronterizas de Nuevo Laredo y Reynosa, en el estado de Tamaulipas, aparecieron esta primavera pancartas pulcramente pintadas ofreciendo empleo en los Zetas, uno de los grupos criminales más terribles del país.
Los carteles, dirigidos a "soldados y ex soldados", ofrecían "buenos salarios, comida y ayuda para tu familia".
No está claro si los carteles son parte de una campaña genuina de reclutamiento de los Zetas, el brazo armado del llamado cartel del Golfo, que opera a lo largo de la frontera con Texas. Pero muchos vecinos de Nuevo Laredo están convencidos de que la oferta es real, lo que subraya el temor que sienten los mexicanos por el alcance de las organizaciones que se dedican al tráfico de drogas.
"No importa mucho que las fuerzas armadas tengan más poder de fuego que los traficantes si el gobierno federal adopta una actitud pasiva frente a las operaciones psicológicas del crimen organizado", escribió en el diario El Universal el columnista Jorge Luis Sierra.
Muchos vecinos de Ciudad Juárez se quedaron en casa un fin de semana hace poco después de que circulara un correo electrónico advirtiendo que la ciudad iba a tener un fin de semana "sangriento".
No se sabe si la amenaza era real: las autoridades informaron sobre la muerte de diecisiete personas en Ciudad Juárez y alrededores en incidentes separados durante tres días, un número de víctimas que se ajusta a lo que ha sido la norma desde que aumentaran los asesinatos a principios de año.
Los vecinos de Ciudad Juárez tienen razón en tomar en serio las amenazas anónimas. En enero, alguien amenazó a la policía de la ciudad subiendo a internet los nombres de diecisiete agentes en un monumento a policías caídos. Tres de esos agentes ya estaban muertos.
Para mediados de mayo, casi la mitad de los agentes en la lista habían sido asesinados, incluyendo al segundo oficial de policía de la ciudad, que fue acribillado con disparos de armas automáticas cuando volvía a casa una noche.
Los mensajes siguen llegando. A fines del mes pasado aparecieron en Chihuahua, la capital del estado del mismo nombre, dos pancartas escritas a mano firmadas por un grupo que se hace llamar Gente Nueva. En las pancartas se habían escrito los nombres de veintiún agentes de policía del estado.
La amenaza no requiere más elaboración.
11 de junio de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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