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aunque me cueste la vida


Así es el documental sobre el hombre que filmó su propia muerte. El 29 de julio se exhibirá en la Cineteca Nacional ‘Aunque me cueste la vida’, relato visual de la vida y muerte del argentino Leonardo Henrichsen quien fue asesinado en calle Agustinas mientras grababa el ‘Tanquetazo’.
[Rodrigo Quiroz Castro] Santiago, Chile. En calle Agustinas entre Morandé y Bandera, ahora hay un Starbucks. Ahí la gente espera su café. Afuera hay vendedores ambulantes en silla de ruedas que ofrecen lentes y portacd. Ninguno sabe quién es Leonardo Henrichsen (L.H.). Ningún transeúnte sabe que el camarógrafo argentino fue asesinado en esa calle el 29 de junio de 1973 en el levantamiento militar conocido como el ‘Tanquetazo’. Ninguno sabe que era un tipo alto de barba tupida, que tenía 33 años, tres hijos, que amaba los trenes y cazar imágenes.
A 35 años de los hechos y pese a ser el crimen más probado de la historia, la justicia no ha dictado condenas. Sólo hay una querella en manos de la Corte de Apelaciones de Santiago (ver recuadro) y una secuencia imborrable: él apuntando su cámara Éclair hacia la esquina de Agustinas con Morandé desde la calle a la altura del edificio del Banco Central. Un camión de militares que se estaciona donde ahora está el Scotiabank, desde lejos parece una carretilla con bayonetas o un escarabajo infernal. Bajan los soldados, tiran balas al aire y a los cuerpos. Los civiles corren desesperados. Él y su compañera de trabajo Sigrid Gumilla Molin (28) gritan: "¡Somos periodistas!". El plomo no cesa. Henrichsen persiste en la grabación posesionado por el registro. Captura a sus asesinos, cree que la cámara es una coraza. Sin embargo, tambalea y cae.
La historia del camarógrafo que registró su muerte vuelve a través del documental "Aunque me cueste la vida", que los argentinos Pablo Espejo y Silvia Maturana presentarán en Chile el 29 de julio. El trabajo basado en las investigaciones de Ernesto Carmona y Modesto Emilio Garrido, muestra la formación del reportero de riesgo Henrichsen y habla del convulsionado momento político de Latinoamérica.
"Las imágenes que filmó Leonardo Henrichsen nos parecen las más dramáticas de la historia, imagínate que una mañana cualquiera, personas que tienen el salvoconducto del Estado para portar armas y que son expertos tiradores, disparan munición antiaérea en el centro de Santiago", dicen desde Argentina.

Ciudad Violenta
La mañana del 29 de junio de 1973 los automovilistas que iban a sus trabajos se toparon con tanques en Santa Rosa con Alameda. Habían salido del Regimiento Blindados Nº2 de la guarnición de Santiago que se encontraba en la novena cuadra de esa calle y llegaron por Moneda hasta palacio.
Era día de pago y la gente caminaba tranquila por el centro cívico. A las 9:01 los militares abrieron fuego contra la sede de gobierno. La radio hablaba de golpe de Estado, y los colegios se vaciaban. El centro era un infierno. Desde Amunátegui hasta Estado nadie tenía segura la vida. Todos arrancaban, menos unos.
El cine Metro que se ubicaba en Bandera tenía en su marquesina el estreno de la semana: ‘Ciudad violenta’ con Charles Bronson y Telly Savalas. En el Hotel Crillón, Henrichsen tomaba desayuno y sintió los disparos. Abortó el café y salió a filmar. Antes fue a buscar a su compañera de la Televisión Sueca, a su oficina de calle Bandera. Estaban en el país preparando un documental para el que el día anterior habían entrevistado a Sergio Onofre Jarpa.
El equipo se instaló a filmar a unos 30 metros de los militares. La gente corría y en el documental Gumilla Molin dice que el silbido de una bala la dejó sorda, que por miedo se ocultó tras Henrichsen. Luego vio al camarógrafo sangrar por el pecho y por la espalda. Entonces él le pide que huya y ella corre. Desde calle Bandera ve cómo un uniformado le arrebata la cámara. L.H. no la suelta y resiste.
"Pensó que no le iban a tirar", dice su hermana Leticia en el documental. Y Tadeo Bartonowsky, su maestro en el oficio de cazar imágenes, recalca: "Estaba posesionado por la toma".
Ese día murieron 22 personas y luego de una lucha de tres horas las tropas leales a Allende lideradas por el general Carlos Prats detuvieron el alzamiento dirigido por Roberto Federico Souper Onfray y por civiles del movimiento de ultra derecha, Patria y Libertad que encabezaba Pablo Rodríguez Grez. Pinochet apareció cuando ya todo estaba consumado con ropa de combate. Nunca se condenó a quienes participaron en los hechos.
Ese día Leonardo Ristori atendió a L.H. en la Posta Central. En la película, el ahora funcionario de Clínica Indisa, recuerda que Henrichsen luchó contra los funcionarios, "que de repente se sentó en la camilla sangrando venalmente y que luego cayó de espaldas muerto". Era la primera vez que el doctor veía un chaleco de camarógrafo.
Mientras Henrichsen moría, un militar abría la cámara, arrancaba la cinta y la botaba a una alcantarilla. Desde ese húmedo lugar alguien la rescató y la hizo llegar a Chile Films.
Como la Éclair tenía doble cámara, el soldado despedazó la cinta equivocada. Ese día el mundo comenzó a venirse abajo y una cámara lo mostraba.

No Escape
El trabajo del documental ‘Aunque me cueste la vida’ comenzó el 2002 influenciado por las investigaciones del escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero. Espejo y Maturana hicieron notas en Buenos Aires y en Chile. "Estuvimos con el médico que lo atendió, el abogado que está llevando adelante la causa (Hiram Villagra), personas que habían investigado el ‘Tanquetazo’ y la muerte de L.H. Lo más importante fue que encontramos al jefe de la patrulla que lo asesinó. El año pasado, en Conchalí, logramos grabarlo. No pudimos hablar con él porque escapó", dice Silvia Maturana.
Héctor Bustamante Gómez es el militar que sale disparando la pistola en primer plano en las imágenes famosas. Él se convirtió en el rostro de este crimen que dio la vuelta al mundo.
"El culpable directo no es Bustamante. No tenemos dudas de que fue un fusil y no una pistola, con esa arma que el tenía no pudo matarlo, pero ese hombre es el ícono de lo que estaba enfrentando Leonardo", dice Maturana.
"Bustamante vio dos veces en su vida una cámara. En 1973 mató al tipo que la tenía y el año pasado, 34 años y un días después, vio a unos tipos que no conocía y huyó. Para él una cámara era el símbolo del fin de la impunidad quizá en nuestro caso, una cámara, una noticia o una foto, sea el comienzo de la justicia", agrega Pablo.
El ex cabo Héctor Bustamante murió en una cama del Hospital Militar de Santiago el martes 18 de diciembre de 2007. Recién se difundió públicamente su deceso en enero de 2008 por "neumonía basal izquierda y cáncer pulmonar".

Los Cóndores
El vínculo de Henrichsen con Chile comenzó en su infancia cuando jugaba en la plaza del mismo nombre, mucho antes de abrazar el oficio de ‘camaraman’ en el programa ‘Sucesos argentinos’. Ahí filmó locomotoras en movimiento desde el techo de las mismas y se colgó desde un helicóptero para grabar un nido de cóndores. También estuvo en los funerales de Kennedy, en Bolivia en busca del ‘Che’ y en los conflictos argentinos de Córdoba y Ezeiza. En el primero unos paracaidistas se habían alzado contra el golpista Juan Carlos Onganía, y Henrichsen retrató esas imágenes. Bartonowsky recuerda que tuvo que arrastrarlo para huir de la metralleta de los aviones. También estuvo filmando a Somoza en el terremoto de Nicaragua y fue el primer camarógrafo en grabar exteriores para una teleserie argentina en ‘Rolando Rivas, taxista’.
"Era un camarógrafo extraordinario y en ese sentido nosotros hicimos una película con dos lecturas: por un lado la historia de su vida y el contexto político apasionante en el que se mueve y también una lectura para los que trabajamos en los medios de comunicación. Porque con las tomas del 29 de junio, con tres soldaditos y gente corriendo armaba la nota y la despachaba no era necesario hacerse matar. Pero él tenía una militancia periodística, sentía que tenía que informar porque era el único que estaba en ese momento para contar lo que estaba pasando", dice Pablo.
Y qué nos venía a contar: "Lo que pasaría en Latinoamérica, 30 mil desaparecidos en Argentina, 8 mil en Chile, ese 29 de junio lo que se quería era matar la posibilidad de informar".

Los Realizadores: "No a la Prescripción"
A pesar de la marcha del tiempo y de la muerte del rostro del ‘Tanquetazo’, Espejo y Maturana creen en la no prescripción de los crímenes de lesa humanidad. "Aspiramos a que nuestra película instale en la opinión pública y en la consideración de quienes tienen que tomar las decisiones judiciales, que semejante homicidio tiene que ser juzgado", declara Pablo.
La dupla que estará en Chile para la presentación (29 julio a las 20 horas en la Cineteca Nacional) hace trabajo social en Argentina a través de talleres de análisis de medios de comunicación en sectores con altos niveles de analfabetismo. "Estamos haciendo una series sobre TV que se llaman Tele macho, Telebobo, Telemiento y Telegarco, que muestra como la TV utiliza a la mujer, estafa a las personas, trafica ideologías y embrutece", cuentan.
Respecto al hecho de que los hijos de Henrichsen no aparezcan en el documental, Maturana dice: "Hablamos con los hijos de Leonardo, querían saber qué estábamos haciendo, íbamos a tener un alegato de ellos al final, pero por tiempo lo tenemos que estrenar sin ellos". "Aunque me cueste la vida" tiene una duración de 83 minutos y cuenta con el apoyo de la Academia de Humanismo Cristiano y La Embajada de Argentina.

Camino Legal
El caso de Henrichsen fue instruido por la Segunda Fiscalía Militar de Santiago (Rol 2765-73), sin establecer responsables. El 2005 los hijos del camarógrafo Andrés y Josephine Henrichsen presentaron una querella por el delito de homicidio calificado, asociación ilícita y delitos de lesa humanidad en el segundo juzgado del crimen de Santiago contra Héctor Bustamante y Pablo Rodríguez Grez. El 2006 Romy Rutherford desestimó por "prescripción" esa querella.
Sin embargo, el 2007 la Corte de Apelaciones de Santiago encomendó al ministro Jorge Zepeda Arancibia investigar los asesinatos de Henrichsen y de otros tres argentinos, Óscar Héctor Bugallo Celuzi, Miguel Angel Lacorte y Héctor Garzán Morillo.
Pese a la muerte de Bustamante conocida el 2008 esta diligencia judicial sigue su curso y apunta a todos quienes fueron responsables del crimen filmado.

20 de julio de 2008
©la nación
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2 comentarios

Raul Fuenzalida -

El periodista chileno Ernesto Carmona Ulloa, que participa en este Documental, ha escrito varios libros en el contexto del Periodismo de Investigación, algunos títulos son: "Chile desclasificado", "Yo, Piñera", co-autor en "Morir es la Noticia", "Los Dueños de Chile", "¿Que es el Anarquismo?", "Los Dueños de Venezuela", "Vicios de Presupuesto", etc

JMAQ -

yo vi un DOCUMENTAL DE ESTE HOMBRE (TENÍA COMO TÍTULO)
"AUN QUE ME CUESTE LA VIDA"