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nueva acusación contra bush


Libro acusa a la Casa Blanca de inventar vínculo de Iraq con atentados del 11 de septiembre de 2001.
Washington, Estados Unidos. El gobierno de Bush y ex altos funcionarios de la CIA rechazaron las afirmaciones de un nuevo libro de que la Casa Blanca ordenó la falsificación de documentos iraquíes para sugerir un vínculo entre el presidente iraquí Saddam Hussein y el principal secuestrador en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La afirmación la hizo el autor Ron Suskind, ganador de un Pulitzer, cuyo libro ‘The Way of the World’ también sostiene que a principios de 2003 la Casa Blanca contaba con convincentes evidencias de que Iraq no poseía almacenamientos significativos de armas nucleares o biológicas, pero que decidió invadir el país de todos modos.
Suskind, que ha escrito dos libros de investigación previos con críticas a las políticas del gobierno de Bush, describe la presunta falsificación como una de las grandes mentiras de la reciente historia política estadounidense, comparándola con el Watergate.
La condena oficial fue igualmente dramática. Personeros de gobierno denunciaron el libro como "periodismo de alcantarilla".
En declaraciones separadas, varios ex y actuales funcionarios de la CIA pusieron en duda partes del libro, incluyendo a dos personas mencionadas por Suskind como fuentes claves.
Las afirmaciones más polémicas del libro implican a Tahir Jalil Habbush, jefe de inteligencia de Hussein antes de la invasión norteamericana de marzo de 2003. A medida que se acercaba la fecha límite, funcionarios norteamericanos y británicos se reunieron con Habbush y lo interrogaron sobre las armas de destrucción masiva.
En esas reuniones secretas, Habussh explicó por qué los inspectores de Naciones Unidas no habían sido capaces de encontrar evidencias sobre programas iraquíes activos de armas de destrucción masiva: No existían, escribe Suskind. Las informaciones de Habbush fueron compartidas por la CIA y la Casa Blanca, pero fueron consideradas falsas.
Después de la invasión, la CIA pagó a Habbush cinco millones de dólares por su trabajo como informante para que se instalara en Jordania. Fue entonces, escribe Suskind, que la Casa Blanca solicitó su ayuda para una falsificación: que sugiriera un vínculo entre el gobierno de Hussein y Mohamed Atta, el cabecilla de los secuestradores del 11 de septiembre de 2001.
Suskind afirma que en septiembre de 2003, la Casa Blanca ordenó al entonces director de la CIA, George J. Tenet, que falsificara una carta, datada en julio de 2001, afirmando que Atta había recibido adiestramiento en Iraq para su misión. Habbush accedió a firmar la carta, que fue filtrada a un periodista británico en diciembre de 2003, escribe Suskind.
El autor cita como fuente a dos ex agentes de la CIA: Robert Richer y John Maguire. Pero los ex agentes, en una declaración enviada al Washington Post, negaron la historia. Tenet también rechazó esa versión.
Suskind dijo que no se retractaba de su análisis.

16 de agosto de 2008
©los angeles times
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