huellas de una mafia
20 de agosto de 2008
En febrero, Forza había denunciado una amenaza telefónica. "Le decían que estaba todo preparado para que lo mataran en cualquier momento", contó Fernández. Tras la denuncia, Forza tuvo una custodia policial en su vivienda y él se alejó de la ciudad con su familia. "En ese momento, recibe un mensaje en el celular que decía ‘aparecé, igual te vamos a matar’", relató el ministro. Según Fernández, "había un montón de hechos alrededor de Forza de una situación no muy aclarada y otra parte que puede estar relacionada con temas de narcotráfico".
Forza era socio de droguerías y por reiteradas irregularidades había sido separado en abril como proveedor del Estado. La ministra de Salud, Graciela Ocaña, explicó a Página 12 en su edición del domingo que en la Justicia se acumulan más de cuatrocientas denuncias por robo, adulteración y comercialización ilegal de remedios. Y el propio Fernández había señalado días atrás que hay al menos veinte causas que vinculan a Seacamp SA –una de las empresas de Forza– con la adulteración y venta de medicamentos prohibidos o robados.
Al respecto, el ministro remarcó que había una investigación sobre una posible venta de medicamentos truchos, prohibidos y robados. En el marco de esa investigación, se cree que Forza había comenzado a recibir amenazas de muerte. "El 30 de mayo de 2008, en una farmacia de la calle Viamonte, donde Forza era representante legal, había aparecido una silla de ruedas con una nota en la que decían que le perdonaban la vida y que la próxima iba a tener que usarla en forma permanente", dijo el ministro.
Por otra parte, fuentes de la investigación señalaron que en la autopsia a uno de los empresarios descubrieron que le faltaba una oreja. Los médicos forenses no saben todavía si se trató de una mordida de un animal o una mutilación realizada por los asesinos. "En ese caso, estamos ante otro claro mensaje mafioso. La oreja podrían habérsela quedado como un trofeo", conjeturó un investigador. Las fuentes no revelaron de cuál de las víctimas hablaban.
Según trascendió ayer, hay dudas sobre cuándo ocurrió el triple crimen. El análisis de los alimentos consumidos, algunos detalles sobre el aseo personal de uno de ellos y uno de los teléfonos celulares que fue activado el mismo día de la desaparición en General Rodríguez ponen dudas sobre el día de los asesinatos. Llamó la atención de los investigadores que los muertos estaban afeitados y uno de ellos tenía el vello púbico rasurado. En un eventual cautiverio, se presume, no lo habrían dejado tener ese tipo de cuidados personales. Los médicos de la Policía Científica bonaerense que realizaron la autopsia a Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina concluyeron que llevaban muertos de 36 a 48 horas. Basados en esa conclusión, los investigadores presumen que estuvieron en cautiverio al menos hasta el lunes pasado, tres días después de las desapariciones.
En el informe de la autopsia, entregado ayer a la Justicia, se aclara que hay que esperar resultados de estudios complementarios y analizar variables, como el clima. "El proceso de putrefacción se retrasa cuando tenemos menos de 12 grados", explicó uno de los investigadores.
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