uribe, aprendiz de tirano
17 de octubre de 2008
Se está forjando un nuevo escenario mundial y al régimen colombiano le salen tantas grietas que el pequeño Calígula del Palacio de Nariño, no podrá restaurarlas. Vislumbrando la situación actual del mundo- pero sin comprender su alcance- Uribe ha implantado el estado de excepción en su país, con la excusa del paro judicial, en una decisión cuestionada por la ONU. Ante la avalancha de detenciones indiscriminadas, los obreros y campesinos colombianos, pobres y hambreados, no tendrán otra alternativa que la movilización. Se avizoran protestas que irremediablemente crecerán, y con ellas crecerán, aún más, las FARC o el ELN. Colombia deberá optar por cambios similares a los realizados por los países de su entorno, rompiendo con un sistema socioeconómico acabado, del que Uribe es adalid.
La desbandada es total. México se desangra en medio de un desastre económico, su sociedad se difumina y degenera entre combates de bandas de narcotraficantes y policías corruptos. Por otra parte el peruano Alan García, siente el aliento de Ollanta Humala en el cogote, mientras la guerrilla vuelve a hacer acto de presencia. América, como el resto del planeta, se convulsiona y Álvaro Uribe representa en ella lo poco que queda del neoliberalismo criminal. Su estrella se apaga, la nueva sociedad que se está gestando no cuenta con él, porque él es como la basura maloliente que molesta en todas partes. Uribe, sencillamente sobra.
Hasta el amigo del norte empieza a considerarlo prescindible. No están los tiempos como para preocuparse por un insignificante sujeto. Estados Unidos tiene muchos frentes abiertos y su oligarquía está muy ocupada, aterrada ante la posibilidad de que pueda abrirse otro frente más: el interno. Según el congresista Brad Sherman, varios miembros del Congreso fueron amenazados con la implantación de la Ley Marcial, si no aprobaban el plan de rescate económico del presidente Bush y su camarilla. Incluso se han difundido noticias de que en el Comando Norte (NorthCom), está dispuesta una unidad del ejército, especializada en contrainsurgencia, pero no para intervenir en el extranjero, sino en el territorio nacional, si la cosa se pone fea.
Tan grande es esta inesperada debacle, que ha cogido por sorpresa a un dictador que, hoy por hoy, se encuentra prácticamente solo, pues los pocos amigos que le quedan están contra las cuerdas. Y cuando Colombia conquiste un gobierno democrático orientado hacia el socialismo- porque la otra opción es la barbarie-, ¿adónde irá el tirano? A ninguna parte que no sea rendir cuentas por sus actos.
cckaos en la red
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