el crimen de calle seminario
9 de noviembre de 2008
"Coach, estoy 120% metido y quería decirte que tengo unas ganas infinitas de jugar, también en defensa. Pónme todo el rato que tú quieras y también en la posición defensiva que quieras. Si hay algo bueno en mí, es que no me canso. FULL COMMITTED!! (Completamente comprometido!!). NEVER GIVE (Nunca me rindo). Diego".
David Cárdenas, entrenador de uno de los dos equipos de fútbol americano que hay en Chile, el Avalancha, recibió este mensaje de Diego Schmidt-Hebbel Niehaus en su teléfono celular el sábado pasado. El joven se encontraba en Vichuquén con su familia y no podría asistir al entrenamiento de ese día, pero quería asegurarse un lugar en el equipo. Quedaban pocos días para un torneo y Diego estaba expectante. Al domingo siguiente se vino temprano a Santiago para recoger su equipo en la casa de un amigo. "Me comentó lo feliz que estaba por el torneo del sábado 8, estaba ansioso y dispuesto a jugar. Fui el último en estar con él", relata Felipe Reisch.
Diego Schmidt-Hebbel creció en Boston, Estados Unidos, y a pesar de que llegó a los 13 años a Chile, todavía a sus 25 conservaba su acento gringo. Sus amigos recuerdan su permanente entusiasmo y entrega, especialmente en el fútbol americano. Fue un buen alumno del Colegio Alemán de Santiago y de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica. Todo marchaba bien en su vida.
"Diego siempre tiene algo que decir, algún apodo que poner, algún chiste que inventar o alguna especie de ruido que hacer", relata el anuario del colegio sobre su personalidad.
En la U. Católica cursó ingeniería y un magíster en Economía. Sacó una tesis en julio titulada "Impactos del mercado financiero externo sobre las principales acciones chilenas: alto comovimiento en presencia de arbitraje internacional". Fue alumno de Felipe Morandé y Rolf Lüders, y ayudante del profesor de Economía Internacional Miguel Fuentes, quien quedó impresionado con la labor del joven y, por eso lo reclutó para colaborar en investigación durante dos años. El 11 de agosto había entrado a trabajar al área de inversiones de la AFP Cuprum, donde también destacó por sus capacidades y sus calcetines de diferente color, una broma recurrente del ‘Jirafa’, como le decían.
El padre de Diego, Klaus Schmidt-Hebbel, ex gerente general del Banco Central, vive desde este año en París, como jefe económico en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde). En Santiago, la madre Greta Niehaus llevaba la casa. El fin de semana pasado Klaus estuvo en Chile, paseándose entre Santiago y Vichuquén para compartir con sus tres hijos y amigos. El lunes emprendió el vuelo de regreso a Europa.
Diego, en tanto, había quedado de almorzar esta semana con Miguel Fuentes y confirmó su asistencia a la graduación del magíster, el jueves 13, aunque su mayor atención estaba en el torneo que debía realizarse ayer.
El destino quiso otra cosa.
La Arquitecta y el Sicario
María del Pilar Pérez López es una arquitecta de 52 años que, según fuentes judiciales, sufre de diversos trastornos mentales. Se casó en 1976 con Francisco Pelayo Zamorano Marfull, también arquitecto, con quien tuvo dos hijos: ambos egresados de medicina.
La mujer vive en Seminario 95, al lado de la casa donde, el martes 4 ocurriría el crimen de Diego: Seminario 97. Este último es el hogar de la hermana de Pilar, Gloria, quien reside allí junto a su esposo Agustín Molina Mirabel y su hija María Belén, novia de Diego desde el 2005.
No son vecinos por coincidencia. Pilar, Gloria y la tercera hermana de ambas, Magdalena, se han repartido los bienes que su padre, José Pérez, les heredó en 1999. Es una esquina casi completa de calle Seminario con Rancagua, en Providencia, correspondiente a una decena de departamentos cuyo valor bordea, sólo por el avalúo fiscal, los $ 312 millones.
La herencia familiar ha tensionado a la familia desde que el año 2000, María del Pilar y su madre, María Aurelia López, pidieron la posesión efectiva de los bienes de Inmobiliaria Seminario Ltda., según consta en el 4° Juzgado Civil de Santiago. La herencia fue tema de frecuente discusión entre las hermanas, y también Molina, un ciudadano español de 52 años. El tema se agudizó tras un reciente acuerdo notarial donde se repartieron los bienes. Ella sintió que la perjudicaban.
Hace cinco años Pilar conoció a José Mario Ruz (44 años, un hijo, soltero), el dueño del Café con piernas ‘Kurnykova’, a instancias de un primo de éste, Marcos Silva, socio de la cadena de cafés del mismo tipo, ‘Ikabarú’. La arquitecta debía encargarse de unos arreglos en el local de Ruz y así lo hizo. Lo que ocurrió entre ambos es hasta ahora un misterio. Pero lo que está claro, al menos así lo declaró Ruz a los fiscales el jueves pasado, es que la mujer lo contactó este año para que asesinara a Molina por temor a que el cuñado se quedara con la herencia familiar.
La Guardia Fatal
Hasta Seminario llegó Ruz el domingo pasado a observar el lugar que debía atacar a la mañana siguiente, según habría acordado con María del Pilar Pérez. La mujer le había dicho que Molina era un hombre desconfiado, que tenía la única puerta de acceso a la casa llena de seguros, alarmas y trancas, y que su única oportunidad de ingresar sería a las ocho de la mañana, cuando Diego Schmidt-Hebbel llegara a buscar a María Belén, una rutina que Pilar conocía bien. Cada mañana el joven llegaba a buscar a su polola y se iban juntos, él a su trabajo y ella a su práctica de Odontología en San Bernardo.
El lunes, según su declaración, Ruz llegó hasta el lugar, pero después de dar unas vueltas se arrepintió y decidió actuar al día siguiente. Volvió a su café con piernas y a su rutina junto a su novia Angélica, la cajera del ‘Kurnikova’. Ese nombre se debe al personaje creado por la bailarina Doris Leiva, a quien Ruz le compró su parte de la sociedad hace dos años y medio. Desde entonces el negocio ha ido en picada. Según Dicom, Ruz debe cerca de $ 10 millones.
La mañana del martes 4, el hombre estaba decidido. Quien lo contrató le había ofrecido $ 500 mil para empezar, más todo lo que robara en la casa. El pago final alcanzaría los $ 30 millones. Y allí estaba Ruz esperando el momento preciso para atacar. Sabía que el joven llegaría, pero supuso que no tendría problemas en reducirlos a él y a su polola, cruzar la puerta, dar muerte a Molina y huir en su automóvil con lo que pillara dentro de la casa. El resultado fue muy distinto.
"Al salir María Belén se saluda y se abraza con la víctima (Diego) en la entrada de Seminario 97, aún con la puerta abierta, momento que aprovecha el imputado (Ruz) para ingresar al inmueble. Ante esto, la víctima opone resistencia y comienza a forcejear. El imputado Ruz Rodríquez saca la pistola cargada, le apunta al cuello y dispara dos veces. Un disparo da en la muralla y el otro impacta a la altura de la zona toraco cervical de la víctima", relató el fiscal del caso Vinko Fodich en la audiencia de formalización de Ruz el miércoles pasado.
El martes, 11 horas después del crimen, el asesino había sido detenido frente a su café. Para las 2 de la madrugada, ya estaba confeso. Entre llantos. "Pido dos perdones... a mi mujer y le pido perdón a la familia por este homicidio, porque yo no iba a hacer esto. A él no lo conocía ni lo había visto antes", dijo a la prensa. También lloró en la audiencia, frente al padre de Diego. "¿Por qué lo vamos a perdonar si cometió un crimen?", fue la respuesta de Greta Niehaus.
Las Nuevas Pistas
El prontuario de Ruz es breve. Posee dos condenas remitidas por robo a la casa de un amigo y clonación de tarjetas de crédito, y una breve detención por porte ilegal de armas.
María del Pilar Pérez nunca ha sido condenada, pero conoce tribunales. Ha presentado y enfrentado denuncias de todo tipo, incluido el juicio de la herencia. Según datos del 17° Juzgado del Crimen, el 2007 demandó a un ex socio, Carlos Felip, por apropiación indebida. Según un familiar directo de Felip que pidió mantener su identidad en reserva, la relación terminó mal. "Carlos se salvó de que le pasara lo mismo que a Diego Schmidt-Hebbel, porque la persona que iba a hacerlo no fue capaz", dice.
También asegura que producto de este hecho Felip decidió radicarse en Canadá. La Tercera contactó al aludido en Vancouver, pero éste se negó a dar detalles. Fuentes cercanas a él dijeron que presentó una denuncia para contrarrestar la de Pérez ante el mismo 17° Juzgado, donde constarían los antecedentes del caso.
La mujer es de armas tomar. Los vecinos del sector la llamaban ‘La Quintrala’ por su mal genio y continuos escándalos. Dicen que eran conocidas las peleas con su ex marido, Pelayo Zamorano, asesinado el 23 de abril pasado junto a su pareja, Héctor Arévalo, a dos cuadras del domicilio de Pilar en Infante 1020. Fue un doble homicidio rápido y limpio, donde no se forzaron puertas ni se robaron nada de la casa. Sólo una bala de bajo calibre para cada víctima. El arma nunca apareció.
Por el crimen se formalizó a Claudio Soza (75 años), primo y arrendatario de Zamorano, quien confesó el homicidio, atribuyéndolo a deudas y homofobia, pero luego se retractó.
La causa la asumió el fiscal Patricio Caroca, quien el 6 de mayo recibió un extraño mail de una persona que se identificaba como Ricardo Ramírez:
"Respecto del asesinato del arquitecto Francisco Zamorano Marfull y del tecnólogo médico Héctor Arévalo Oliveros sugiero que se investigue si el asesinato fue realizado por encargo de la esposa del señor Zamorano, doña María del Pilar Pérez López, que ha tenido problemas similares anteriormente e incluso un juicio en el 17 Juzgado del Crimen por otro intento similar. Vive en Seminario 95 y tiene una larga historia de problemas mentales y sigue estando bajo tratamiento". El texto agrega que posee mucho dinero y relata datos familiares.
Como en ese momento las sospechas apuntaban a Soza, las acusaciones a la ex esposa no pasaron a mayores. Sin embargo, a la luz de los antecedentes conocidos tras la imputación de Ruz contra ella, diciendo que lo contrató como sicario para eliminar a Molina, el mail cobra nuevo sentido. Cercanos a la causa señalan que la fiscalía recibió más de un dato para sospechar de la mujer, pero que ésta nunca fue indagada.
Consultado por La Tercera, Caroca dijo desconocer el correo. Señaló que interrogó a la mujer, pero sin mayores resultados. Pero la suerte de María del Pilar cambió. El jueves fue detenida tras intentar suicidarse con antidepresivos y medicamentos para el colesterol y mañana debiera ser formalizada por su participación en el homicidio de Diego, que en realidad estaba planeado para su cuñado Agustín Molina. ¿Desde cuándo habría planificado el crimen? No se sabe. Lo que está claro es que el 9 de mayo la oficina de arquitectos Galiza -de propiedad de la mujer- consultó el Rut de Molina.
Sorpresas y Depresiones
Entre las pruebas que acumulan los fiscales Fodic y Carlos Gajardo contra Pérez por el crimen de Diego están las llamadas que ésta realizó al celular de Ruz el día del crimen. Un llamado antes del homicidio y dos después. Desde ese martes y hasta su detención Pérez estuvo encerrada en su casa consumiendo diversos fármacos. La tragedia ya estaba consumada y todo había salido mal.
Así estuvo hasta que llegó la policía el jueves a las 23.00 y la halló en su pieza, inconsciente, junto a un empleado y su perro, a los pies de su cama. De sus hijos poco se sabe. Estaba distanciada del menor, y la mayor, quien es la querellante en el crimen de su padre, celebraba su cumpleaños número 30 el día de la detención.
¿En qué habría estado Ruz cuando aceptó la oferta de Pérez? Difícil saberlo. Seguramente intentando sobrevivir en el sórdido mundo de los cafés del centro. Uno que a las nueve de la mañana se mueve al ritmo del reggaeton y la sensualidad de las mujeres en oscuros pasajes del centro.
Su víctima, en cambio, era un hombre alegre, querido, exitoso. "No era para este mundo", dijo su madre budista el día en que murió. "Actuar pensando en los otros y sin beneficios propios", aseguró su padre en el funeral, parafraseando al Dalai Lama.
El viernes de madrugada, tras el intento de suicidio y detención de Pérez, La Tercera intentó obtener alguna reacción de Molina, el destinatario de la bala que recibió finalmente Diego. En la puerta de su casa de Seminario 97, donde falleció el joven, una voz masculina respondió: "El Diablo podrá intentar suicidarse mil veces, pero nunca lo conseguirá. Ella ya lo había hecho antes".
©la tercera
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