cae fiscal por pederastia
[Abby Goodnough] Un pueblo convulsionado tras detención de fiscal en caso de pedofilia.
Gulf Breeze, Florida, Estados Unidos. Para sus vecinos, J.D. Roy Atchison era un hábil procurador federal, padre involucrado y dedicado voluntario que entrenaba los equipos de niñas de baloncesto y softbol año tras año.
Su mujer es profesora de ciencias; su hija menor, una estudiante que tuvo su primera reunión de ex alumnos de la secundaria el año pasado. La casa de la familia, con mecedoras en el porche, robles en el patio y verja de hierro forjado, es una de las más bonitas del pueblo.
Pero la semana pasada, ese pilar de la comunidad se convirtió en un momento en el objeto de repulsa de la comunidad. Atchison, 53, fue detenido al descender de un avión en Detroit el 16 de septiembre y acusado de lo inconcebible. Las autoridades dijeron que llevaba una muñeca y vaselina, y que había hecho un trato con una agente encubierta para tener sexo con una niña de cinco años.
Ahora Atchison está a la espera de su juicio en una cárcel federal de Michigan, y la gente de Gulf Breeze, un afluente suburbio junto a la bahía en Florida Panhandle, está indignada, confundida y horrorizada.
"Tenía una excelente reputación", dijo Barry Beroset, un abogado defensor en Pensacola que ha conocido a Atchison los últimos quince años. "Era muy formal y parecía ser un buen hombre, sin ninguna duda".
Ronald Johnson, abogado defensor de Pensacola que ha trabajado con Atchison lo describió como "bastante intelectual", y agregó: "A veces era un poco excéntrico, pero nada pervertido o raro. Simplemente diferente".
Interrogado, Johnson no quiso elaborar. De hecho, nadie puede describir a Atchison más allá de las generalidades. En entrevistas en este pueblo de 6.450 habitantes, la frase ‘un tío simpático' se oyó muchas veces. Edwin A. Eddy, alcalde del pueblo, dijo que "no era más carismático que los demás" y "no era más tranquilo o más gregario que otros".
Eddy dijo que había revisado sus recuerdos a la búsqueda de alguna clave de que Atchison, que dijo parecía "tan normal como posible", no lo era.
"Pienso constantemente en todas las veces que hablé con Atchison en los años que lo conozco", dijo Eddy, que entrenaba el equipo de softbol con él, "y pienso, ¿no debería haber visto algo?"
Lo que vieron las autoridades en la operación policial en internet que condujo a la detención de Atchison fue un hombre que llevaba una segunda vida como ‘fldaddy04', el mote de una descripción suya en Yahoo. "Me gusta todo de las niñas", dice la descripción: "Como hablan, piensan, actúan, caminan, miran".
La policía de Michigan dijo que Atchison había estado chateando durante dos semanas con una detective encubierta del departamento del sheriff del condado de Macomb, que se hizo pasar por una madre que dejaba que los hombres tuvieran sexo con su hijita. Cuando ella se mostró preocupada de que el sexo pudiera causar lesiones a su hija, Atchison respondió, de acuerdo a las actas judiciales: "Soy siempre suave y cariñoso; no se preocupe; nunca he lesionado a ninguna niña; nunca he sido rudo".
Agregó: "Y lo he hecho muchas veces".
La gente aquí encuentra esta declaración especialmente espeluznante, aunque el departamento de policía de Gulf Breeze dijo que de momento nadie ha formulado nuevas acusaciones de abuso.
"Hay tantas preguntas sin respuesta", dijo el subcomisario Robert Randle. "Trabajaba con tantos niños. Pero a menos que alguien dé un paso adelante y presente una denuncia, no podemos hacer nada".
Atchison ha trabajado con el pequeño despacho del fiscal de Pensacola desde los años ochenta, y más recientemente encargándose de los decomisos en casos criminales como asistente del fiscal. En un caso muy publicitado, Atchison supervisó la confiscación de un popular bar en la playa que estaba en el centro de un círculo de traficantes de cocaína.
Esta fiscalía es considerada una de las más conservadoras de Estados Unidos, conocida por rechazar convenios de aceptación de culpabilidad y dictar estrictísimas sentencias.
Johnson dijo que Atchison era un buen amigo de otros fiscales de su despacho, saliendo con algunos de ellos en un viaje anual de caza de langostas en Florida Keys. Esta semana había una enorme lancha pesquera blanca en este embarcadero vacío. Sus intereses, de acuerdo a la descripción de Yahoo que la policía dice que la escribió él, incluyen "surf, esquí, submarinismo, pasear en lancha, niñas, niñas menudas, niñas flacas".
El FBI, que está trabajando con el condado de Macomb en la investigación, dijo que en uno de sus últimos mensajes por correo electrónico con la agente encubierta, Atchison le dijo que dijera a su hija que "le has encontrado un novio amable que le hará regalos".
Atchison se ha declarado inocente de los cargos de cruzar las fronteras estatales para tener sexo con una niña de menos de doce, utilizando la red para seducir a una menor de edad y viajar a otro estado para tener sexo ilícito. Arriesga prisión perpetua.
Trató de ahorcarse con una manta en su calabazo la semana pasada después de asegurar a su abogado y a un juez que no se infligiría daños a sí mismo.
El abogado, James C. Thomas, de Detroit, no devolvió nuestras llamadas. El FBI continúa la investigación, y el juicio de Atchison empezará el 27 de noviembre.
Una noche esta semana, mientras la oscuridad caía sobre las canchas en Shoreline Park, más allá de la casa de Atchison, varios padres expresaron su consternación por la detención de Atchison cuando sus hijos jugaban fútbol, se daban pases y aprendían posiciones de barristas. Richard McLeod, padre de dos, dijo que había preguntado a su hija de seis si reconocía la foto de Atchison para sofocar sus temores sobre su seguridad. No lo reconoció.
"Deberían quemarlo vivo", dijo McLeod.
Holly Cook, una ama de casa que miraba a sus dos hijos, de tres y uno, en el parque antes en el día, se preguntaba en voz alta si la asociación de deportes local debería estudiar psicológicamente a los candidatos a entrenadores, pero concluyó que eso sería poco práctico.
"Los entrenadores dedican un montón de tiempo", dijo Cook. "Cómo podríamos exigirles que participen en una evaluación psicológica?"
Eddy dijo que aunque los padres a veces piden que sus hijos no sean asignados a entrenadores específicos, ninguno se quejó nunca de Atchison, que también fue presidente de la Asociación Atlética de Gulf Breeze.
"Nadie hizo nunca comentarios negativos", dijo Eddy. "Nadie dijo nunca: ‘Cualquiera, menos ese'".
En el pueblo, la gente elogió a la mujer de Atchison, Barbara, que enseña anatomía en la Escuela Secundaria de Gulf Breeze, aunque pidió permiso después de que su marido fuera detenido. Fue elegida la mejor profesora del año en 2004. Muchos dijeron que estaba tan asombrada por la noticia como cualquiera otro.
"Está consternada", dijo el subcomisario Randle, que acompañó a los agentes del FBI en el allanamiento de la casa de Atchison, donde requisaron al menos un ordenador. "Está anonadada".
Randy Sansom, una contable cuyo hijo mejor, como el de Atchison, está en la secundaria, dijo que la gente del pueblo estaba decidida a ayudar a la señora Atchison y sus tres hijos, dos de los cuales están en un internado.
"Somos sus amigos y rezamos por ellos y sabemos que no tienen nada que ver con esto", dijo Sansom. "También son víctimas".
Su mujer es profesora de ciencias; su hija menor, una estudiante que tuvo su primera reunión de ex alumnos de la secundaria el año pasado. La casa de la familia, con mecedoras en el porche, robles en el patio y verja de hierro forjado, es una de las más bonitas del pueblo.
Pero la semana pasada, ese pilar de la comunidad se convirtió en un momento en el objeto de repulsa de la comunidad. Atchison, 53, fue detenido al descender de un avión en Detroit el 16 de septiembre y acusado de lo inconcebible. Las autoridades dijeron que llevaba una muñeca y vaselina, y que había hecho un trato con una agente encubierta para tener sexo con una niña de cinco años.
Ahora Atchison está a la espera de su juicio en una cárcel federal de Michigan, y la gente de Gulf Breeze, un afluente suburbio junto a la bahía en Florida Panhandle, está indignada, confundida y horrorizada.
"Tenía una excelente reputación", dijo Barry Beroset, un abogado defensor en Pensacola que ha conocido a Atchison los últimos quince años. "Era muy formal y parecía ser un buen hombre, sin ninguna duda".
Ronald Johnson, abogado defensor de Pensacola que ha trabajado con Atchison lo describió como "bastante intelectual", y agregó: "A veces era un poco excéntrico, pero nada pervertido o raro. Simplemente diferente".
Interrogado, Johnson no quiso elaborar. De hecho, nadie puede describir a Atchison más allá de las generalidades. En entrevistas en este pueblo de 6.450 habitantes, la frase ‘un tío simpático' se oyó muchas veces. Edwin A. Eddy, alcalde del pueblo, dijo que "no era más carismático que los demás" y "no era más tranquilo o más gregario que otros".
Eddy dijo que había revisado sus recuerdos a la búsqueda de alguna clave de que Atchison, que dijo parecía "tan normal como posible", no lo era.
"Pienso constantemente en todas las veces que hablé con Atchison en los años que lo conozco", dijo Eddy, que entrenaba el equipo de softbol con él, "y pienso, ¿no debería haber visto algo?"
Lo que vieron las autoridades en la operación policial en internet que condujo a la detención de Atchison fue un hombre que llevaba una segunda vida como ‘fldaddy04', el mote de una descripción suya en Yahoo. "Me gusta todo de las niñas", dice la descripción: "Como hablan, piensan, actúan, caminan, miran".
La policía de Michigan dijo que Atchison había estado chateando durante dos semanas con una detective encubierta del departamento del sheriff del condado de Macomb, que se hizo pasar por una madre que dejaba que los hombres tuvieran sexo con su hijita. Cuando ella se mostró preocupada de que el sexo pudiera causar lesiones a su hija, Atchison respondió, de acuerdo a las actas judiciales: "Soy siempre suave y cariñoso; no se preocupe; nunca he lesionado a ninguna niña; nunca he sido rudo".
Agregó: "Y lo he hecho muchas veces".
La gente aquí encuentra esta declaración especialmente espeluznante, aunque el departamento de policía de Gulf Breeze dijo que de momento nadie ha formulado nuevas acusaciones de abuso.
"Hay tantas preguntas sin respuesta", dijo el subcomisario Robert Randle. "Trabajaba con tantos niños. Pero a menos que alguien dé un paso adelante y presente una denuncia, no podemos hacer nada".
Atchison ha trabajado con el pequeño despacho del fiscal de Pensacola desde los años ochenta, y más recientemente encargándose de los decomisos en casos criminales como asistente del fiscal. En un caso muy publicitado, Atchison supervisó la confiscación de un popular bar en la playa que estaba en el centro de un círculo de traficantes de cocaína.
Esta fiscalía es considerada una de las más conservadoras de Estados Unidos, conocida por rechazar convenios de aceptación de culpabilidad y dictar estrictísimas sentencias.
Johnson dijo que Atchison era un buen amigo de otros fiscales de su despacho, saliendo con algunos de ellos en un viaje anual de caza de langostas en Florida Keys. Esta semana había una enorme lancha pesquera blanca en este embarcadero vacío. Sus intereses, de acuerdo a la descripción de Yahoo que la policía dice que la escribió él, incluyen "surf, esquí, submarinismo, pasear en lancha, niñas, niñas menudas, niñas flacas".
El FBI, que está trabajando con el condado de Macomb en la investigación, dijo que en uno de sus últimos mensajes por correo electrónico con la agente encubierta, Atchison le dijo que dijera a su hija que "le has encontrado un novio amable que le hará regalos".
Atchison se ha declarado inocente de los cargos de cruzar las fronteras estatales para tener sexo con una niña de menos de doce, utilizando la red para seducir a una menor de edad y viajar a otro estado para tener sexo ilícito. Arriesga prisión perpetua.
Trató de ahorcarse con una manta en su calabazo la semana pasada después de asegurar a su abogado y a un juez que no se infligiría daños a sí mismo.
El abogado, James C. Thomas, de Detroit, no devolvió nuestras llamadas. El FBI continúa la investigación, y el juicio de Atchison empezará el 27 de noviembre.
Una noche esta semana, mientras la oscuridad caía sobre las canchas en Shoreline Park, más allá de la casa de Atchison, varios padres expresaron su consternación por la detención de Atchison cuando sus hijos jugaban fútbol, se daban pases y aprendían posiciones de barristas. Richard McLeod, padre de dos, dijo que había preguntado a su hija de seis si reconocía la foto de Atchison para sofocar sus temores sobre su seguridad. No lo reconoció.
"Deberían quemarlo vivo", dijo McLeod.
Holly Cook, una ama de casa que miraba a sus dos hijos, de tres y uno, en el parque antes en el día, se preguntaba en voz alta si la asociación de deportes local debería estudiar psicológicamente a los candidatos a entrenadores, pero concluyó que eso sería poco práctico.
"Los entrenadores dedican un montón de tiempo", dijo Cook. "Cómo podríamos exigirles que participen en una evaluación psicológica?"
Eddy dijo que aunque los padres a veces piden que sus hijos no sean asignados a entrenadores específicos, ninguno se quejó nunca de Atchison, que también fue presidente de la Asociación Atlética de Gulf Breeze.
"Nadie hizo nunca comentarios negativos", dijo Eddy. "Nadie dijo nunca: ‘Cualquiera, menos ese'".
En el pueblo, la gente elogió a la mujer de Atchison, Barbara, que enseña anatomía en la Escuela Secundaria de Gulf Breeze, aunque pidió permiso después de que su marido fuera detenido. Fue elegida la mejor profesora del año en 2004. Muchos dijeron que estaba tan asombrada por la noticia como cualquiera otro.
"Está consternada", dijo el subcomisario Randle, que acompañó a los agentes del FBI en el allanamiento de la casa de Atchison, donde requisaron al menos un ordenador. "Está anonadada".
Randy Sansom, una contable cuyo hijo mejor, como el de Atchison, está en la secundaria, dijo que la gente del pueblo estaba decidida a ayudar a la señora Atchison y sus tres hijos, dos de los cuales están en un internado.
"Somos sus amigos y rezamos por ellos y sabemos que no tienen nada que ver con esto", dijo Sansom. "También son víctimas".
Terry Aguayo contribuyó al reportaje desde Miami, y Mari Krueger, desde Gulf Breeze, Florida.
29 de septiembre de 2007
©new york times
©traducción mQh
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