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mataron por placer


[Ned Parker] Soldado describe asesinato de iraquí desarmado. Uno de los tres miembros de un equipo de francotiradores hizo una compungida confesión durante su declaración en la corte marcial de un compañero.
Bagdad, Iraq. El sargento del ejército norteamericano, Evan Vela, habló en voz baja el jueves en el tribunal militar de un compañero soldado. Las lágrimas corrieron por las mejillas del hombre de 23 y el juez le conminó a hablar más alto.
El 11 de mayo, el equipo de francotiradores de Vela detuvo a un iraquí cerca de Jarf Sakhr, dijo Vela. El sargento Michael A. Hensley desató las cuerdas que sujetaban los brazos del prisionero y le preguntó a Vela si estaba listo, dijo.
El nativo de Idaho de pelo negro dijo al tribunal que en ese momento no estaba seguro de qué quería decir su superior. Vela dijo que Hensley acarició la cabeza del iraquí, le estiró su turbante, luego se alejó de Vela, que cogió una pistola de nueve milímetros.
"Oí la orden de disparar. No recuerdo haber jalado el gatillo. Simplemente miré y el tipo estaba muerto. Me tomó un segundo darme cuenta que el tiro salió de la pistola que estaba en mi mano", dijo Vela.
Vela es uno de los tres soldados del mismo equipo de francotiradores que están acusados de homicidio premeditado en tres ocasiones esta primavera. Sus casos han contribuido a una imagen de tropas mentalmente exhaustas y el rol que pueden haber jugado en un ‘programa de señuelos', en el que según se cree los francotiradores plantaron armas y materiales para hacer bombas, y luego mataban a todo aquel que los recogiera.
La presunta táctica fue revelada en la vista en julio que finalmente envió a Hensley y el especialista Jorge G. Sandoval Jr. a corte marcial por cargos de homicidio. El Pentágono se niega a hablar públicamente del programa de señuelos y otras tácticas semejantes, pero insiste en que las prácticas militares están dentro de la ley.
"Mi cliente no es un asesino. Es una víctima", dijo James Culp, el abogado civil de Vela, que sospecha que el programa de señuelos contribuyó al asesinato de un iraquí el 11 de mayo.
"Las reglas de combate son difíciles en los mejores días. Las reglas de los francotiradores son dos veces más difíciles", dijo Culp. "No puedes enturbiar las reglas de combate de los francotiradores sin sufrir las consecuencias".
Vela hizo su sorpresiva confesión el jueves en el segundo día de la corte marcial de Sandoval por cargos de homicidio, abandono del deber y negligencia. Sandoval también está acusado de homicidio en la muerte de otro iraquí en la misma región al sur de Bagdad; está acusado de colocar un alambre de detonación en el cuerpo. Como Vela y Hensley, puede ser condenado a prisión perpetua.
Vela, que viajó desde un centro de detención en Kuwait para declarar por la defensa, dijo al tribunal que Sandoval estaba de guardia en una gasolinera cercana en el momento en que se ejecutaba al iraquí.
A Vela le prometieron que sus declaraciones no serían usadas en el caso de Sandoval cuando empiece su juicio por su presunto rol en el asesinato.
Pero la primera vista de Vela se ha retrasado por sus problemas con estrés post-traumática. Dijo que tiene recuerdos repentinos y alucinaciones y está tomando medicamentos antipsicóticos y antidepresivos.
La versión del jueves de Vela mostró a una unidad que había dormido poco y había perdido el control. En tres días, dijo, había dormido menos de cuatro horas.
La misión -vigilar la casa de un militante y apoyar operaciones de tropas en las cercanías- empezó el 8 de mayo, dijo Vela.
El terreno al sur de Bagdad, cerca de Jafr Sakhr, es una mezcla de pantanos, canales llenos de aguas residuales y hierbas crecidas. Los cinco hombres llevaban mochilas, que llaman sucks, cada una de 67 kilos y medio. Después de dos días, dijo Vela, uno de los soldados fue enviado a retaguardia después de recibir dos veces tratamiento intravenoso para el agotamiento por calor.
Vela dijo que la mañana del 11 de mayo él estaba aturdido. No podía recordar el jueves cómo había llegado el iraquí al lugar donde estaban durmiendo las tropas. El hombre simplemente se materializó, dijo.
Vela no sabía qué hacer, así que despertó a Sandoval, que le dijo que siguiera apuntando al hombre mientras Sandoval despertaba a los otros, dijo Vela. Colocaron al hombre en el suelo y lo registraron, dijo.
Hensley parecía agitado al despertar y golpeó al hombre con la rodilla por la espalda, dijo Vela. Luego Hensley cogió al hombre por la boca y amenazó con matarlo, dijo. Entonces Hensley amarró al iraquí por las manos por detrás, y envió a Sandoval y su colega a custodiar una gasolinera cercana, dijo.
Vela dijo que oyó a Hensley llamar por radio al comandante de su pelotón y decirle que había visto a un hombre corriendo con un rifle automático.
Un niño se acercó al campamento y Hensley lo sujetó brevemente contra el suelo, con un poncho sobre la cabeza, dijo Vela. Finalmente soltó al niño, que miró al iraquí y lo llamó "padre". Entonces huyó.
Vela dijo que pensó que iban a dejar marcharse al hombre, pero Hensley llamó al comandante del pelotón y dijo que vio a un "nacional sospechoso" avanzando hacia su posición. Hensley pidió permiso para disparar a matar, recordó Vela. "En ese momento, yo estaba realmente confuso sobre lo que estaba oyendo", dijo Vela.
El único otro soldado en la escena estaba tan fatigado que durmió durante todo el revuelo, dijo Vela.
Entonces Hensley le dio a Vela orden de disparar contra el iraquí, dijo Vela.
Una vez hecho, dijo Vela, vio a Hensley coger un rifle AK-47 de su mochila y colocarlo junto al hombre agonizante. Hensley llamó por radio a su capitán y le dijo que habían detectado AIF, que en la jerga militar quiere decir disparar contra insurgentes.
El iraquí tuvo una convulsión más. La sangre cubría su cara y su barba.
"El sargento Hensley estaba como riéndose sobre el asunto. Le pegó en la garganta y dijo, dispárale de nuevo, lo que hice", dijo Vela al juez.
Dirigiéndose a la corte, la voz de Vela fue bajando hasta convertirse en un susurro y sus lágrimas continuaron rodando, así que el juez llamó a receso.
La corte llamó al sargento primero Tarrol Peterson, el hombre a cargo de la escuela de francotiradores del ejército norteamericano en Fort Benning, Georgia.
"Como francotiradores, miramos por un catalejo", dijo. "Es muy diferente a dispararle a alguien a cien metros con un rifle corriente. Cuando los francotiradores cometen un error, lo cometen feo".

ned.parker@latimes.com

29 de septiembre de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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