giro contra la resistencia
[Bradley Graham] Oficiales norteamericanos ponen énfasis en fundamentalistas. Nacionalistas pan-árabes ya no son considerados como la principal amenaza.
Bagdad, Iraq. Jefes militares norteamericanos dicen que su visión de la resistencia ha empezado a cambiar, dando ahora mayor prioridad a la lucha contra los combatientes extranjeros y los yihadistas iraquíes.
Este giro se produce en respuesta al reciente aumento de los atentados suicidas y otros desarrollos que indican un rol más prominente en la resistencia de estos grupos radicales, dijeron los comandantes.
Antes las autoridades norteamericanas habían descrito a la resistencia como dominada en gran parte por lo que el Pentágono ha llamado "elementos del antiguo régimen" -una combinación de miembros del Partido Baaz y militares iraquíes y agentes de servicios de seguridad empecinados en reconquistar el dominio sunní. Pero desde las elecciones del 30 de enero, este segmento de la resistencia parece haberse retirado de la guerra, al menos de momento, para revaluar sus estrategias y explorar un posible acuerdo político con el nuevo gobierno, dijeron aquí oficiales estadounidenses.
Actuando sobre la suposición de que combatientes extranjeros y extremistas iraquíes puedan ahora plantear una amenaza más grande y más inmediata a la seguridad de Iraq, los comandantes han dado órdenes en los últimos días para reponer algunas fuerzas de tierra norteamericanas y recursos de inteligencia en el noroeste de Iraq para reforzar la frontera con Siria y obstaculizar las rutas de infiltración. También están aumentando sus esfuerzos para capturar a los fabricantes de bombas y coordinadores clave de los atentados kamikaze.
En entrevistas varios comandantes y agentes de inteligencia han pedido cautela ya que el cambio era todavía tentativo y se basaba más en información fragmentaria e intuición que en evidencias específicas sólidas. Dijeron que las evaluaciones diferían entre los especialistas de inteligencia estadounidenses.
Pero reforzando la impresión de que una tendencia de elementos intransigentes ha adquirido más importancia, dicen los oficiales, está el hecho de que las misiones suicidas se han hecho más frecuentes y más despiadadas -muchas han sido colocadas y sincronizadas para matar tanto a civiles como a fuerzas de seguridad iraquíes. Las autoridades estadounidenses e iraquíes dicen que los conductores suicidas son invariablemente combatientes extranjeros. Agentes aquí dijeron que no conocían ningún caso documentado en que el atacante suicida fuera un iraquí.
Un reciente informe de inteligencia norteamericano también muestra un aumento el mes de pasado en el flujo de combatientes extranjeros en Iraq, de acuerdo a varios oficiales familiarizados con el tema.
"Parece haber un aumento de los elementos extranjeros en la resistencia", dijo el general de ejército George Casey, el comandante en Iraq.
Con los grupos sunníes baazistas aparentemente alejados del frente, algunos agentes dicen que la resistencia parece haberse reducido a medida que sus métodos devienen más crueles.
"La base de la resistencia se está achicando, pero todavía es razonablemente competente como una base terrorista", dijo un oficial a condición de guardar el anonimato. Más de 300 personas han muerto desde la formación del nuevo gobierno iraquí hace 10 días.
Los generales admiten la posibilidad de que el aparente cambio en la naturaleza de la resistencia pueda ser sólo temporal. Observaron, por ejemplo, que el fracaso en incorporar a los sunníes al nuevo proceso político podría empujar a los baazistas a una oposición más violenta.
"Puede ser solamente una pausa", dijo el general de división John DeFreitas III, el oficial a cargo de la inteligencia militar en Iraq. "No estoy seguro de que hayan abandonado la resistencia. Seguramente volverán".
Incluso con el aumento de los combatientes extranjeros, dijeron varios oficiales, el número estimado que llega cada mes al país todavía es relativamente pequeño -varios cientos. En términos numéricos, dijeron, la resistencia sigue siendo esencialmente nacional. Los miembros iraquíes de las facciones islámicas extremistas, como el Ejército Ansar al Sunna, siguen siendo responsables de muchos de los atentados insurgentes.
Pero en términos del efecto general, los combatientes extranjeros que sirven como terroristas suicidas y causan enormes bajas están teniendo un impacto desproporcionado, dijeron los oficiales. El más prominente combatiente extranjero -el jordano Abu Musab Zarqawi- se ha transformado en el rebelde mejor conocido de Iraq, y dirige una red que ha reivindicado responsabilidad por algunos de los atentados más sangrientos.
Como Zarqawi, se dice que varios combatientes extranjeros están formando alianzas tácticas con grupos extremistas iraquíes para llevar a cabo los atentados. Aunque extranjeros pueden conducir los coches suicidas, son iraquíes quienes frecuentemente controlan las misiones tras bastidores, dirigiendo redes que proporcionan casas de seguridad, montan los explosivos y se encargan de otras tareas.
El número de atentados con coches-bomba subió bruscamente de 64 en febrero a 135 en abril, según estadísticas militares norteamericanas. La proporción de los ataques que implican la participación con conductores suicidas también subió fuertemente, de un 25 a algo más del 50 por ciento.
"El coche-bomba se ha transformado en el arma predilecta de esos tipos, es su arma de precisión", dijo aquí otro general.
En general, la tasa de atentados ha subido a entre 30 a 40 al día en febrero y marzo a un promedio de 70 por día, según estadísticas militares norteamericanas.
La principal ruta de infiltración en Iraq de combatientes extranjeros continúa a través de Siria, dijeron aquí los oficiales. Citando a páginas web terroristas que buscan reclutas en países como Sudán, Libia y Arabia Saudí, los oficiales dijeron que los combatientes tendían a llegar desde Damasco, la capital siria, donde eran recibidos por intermediarios y trasladados a través de la frontera en Iraq.
La avalancha de atentados con coches-bomba ha llevado a los jefes militares norteamericanos a poner énfasis en frenar las infiltraciones cerca de la frontera y en detectar las redes de talleres para fabricar bombas dentro de Iraq. Pero los comandantes están todavía debatiendo cómo reorientar las operaciones militares estadounidenses contra los elementos más radicales de la resistencia.
"¿Nos concentramos en los elementos del antiguo régimen, o nos volcamos hacia la otra parte de la resistencia? Eso es lo que la gente quiere saber ahora", dijo DeFreitas, el oficial de inteligencia.
Con el reciente aumento de los ataques, los comandantes norteamericanos reconocen que algo del ímpetu ganado desde las elecciones se enero se ha evaporado. Pero dicen que todavía tienen la esperanza de hacer suficientes esfuerzos para contener la resistencia y construir este año las fuerzas de seguridad iraquíes para permitir una reducción significativa de tropas norteamericanas a principios del próximo año. Este próximo mes se ha programado una evaluación formal de los progresos hacia ese fin.
22 de mayo de 2005
9 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh
Este giro se produce en respuesta al reciente aumento de los atentados suicidas y otros desarrollos que indican un rol más prominente en la resistencia de estos grupos radicales, dijeron los comandantes.
Antes las autoridades norteamericanas habían descrito a la resistencia como dominada en gran parte por lo que el Pentágono ha llamado "elementos del antiguo régimen" -una combinación de miembros del Partido Baaz y militares iraquíes y agentes de servicios de seguridad empecinados en reconquistar el dominio sunní. Pero desde las elecciones del 30 de enero, este segmento de la resistencia parece haberse retirado de la guerra, al menos de momento, para revaluar sus estrategias y explorar un posible acuerdo político con el nuevo gobierno, dijeron aquí oficiales estadounidenses.
Actuando sobre la suposición de que combatientes extranjeros y extremistas iraquíes puedan ahora plantear una amenaza más grande y más inmediata a la seguridad de Iraq, los comandantes han dado órdenes en los últimos días para reponer algunas fuerzas de tierra norteamericanas y recursos de inteligencia en el noroeste de Iraq para reforzar la frontera con Siria y obstaculizar las rutas de infiltración. También están aumentando sus esfuerzos para capturar a los fabricantes de bombas y coordinadores clave de los atentados kamikaze.
En entrevistas varios comandantes y agentes de inteligencia han pedido cautela ya que el cambio era todavía tentativo y se basaba más en información fragmentaria e intuición que en evidencias específicas sólidas. Dijeron que las evaluaciones diferían entre los especialistas de inteligencia estadounidenses.
Pero reforzando la impresión de que una tendencia de elementos intransigentes ha adquirido más importancia, dicen los oficiales, está el hecho de que las misiones suicidas se han hecho más frecuentes y más despiadadas -muchas han sido colocadas y sincronizadas para matar tanto a civiles como a fuerzas de seguridad iraquíes. Las autoridades estadounidenses e iraquíes dicen que los conductores suicidas son invariablemente combatientes extranjeros. Agentes aquí dijeron que no conocían ningún caso documentado en que el atacante suicida fuera un iraquí.
Un reciente informe de inteligencia norteamericano también muestra un aumento el mes de pasado en el flujo de combatientes extranjeros en Iraq, de acuerdo a varios oficiales familiarizados con el tema.
"Parece haber un aumento de los elementos extranjeros en la resistencia", dijo el general de ejército George Casey, el comandante en Iraq.
Con los grupos sunníes baazistas aparentemente alejados del frente, algunos agentes dicen que la resistencia parece haberse reducido a medida que sus métodos devienen más crueles.
"La base de la resistencia se está achicando, pero todavía es razonablemente competente como una base terrorista", dijo un oficial a condición de guardar el anonimato. Más de 300 personas han muerto desde la formación del nuevo gobierno iraquí hace 10 días.
Los generales admiten la posibilidad de que el aparente cambio en la naturaleza de la resistencia pueda ser sólo temporal. Observaron, por ejemplo, que el fracaso en incorporar a los sunníes al nuevo proceso político podría empujar a los baazistas a una oposición más violenta.
"Puede ser solamente una pausa", dijo el general de división John DeFreitas III, el oficial a cargo de la inteligencia militar en Iraq. "No estoy seguro de que hayan abandonado la resistencia. Seguramente volverán".
Incluso con el aumento de los combatientes extranjeros, dijeron varios oficiales, el número estimado que llega cada mes al país todavía es relativamente pequeño -varios cientos. En términos numéricos, dijeron, la resistencia sigue siendo esencialmente nacional. Los miembros iraquíes de las facciones islámicas extremistas, como el Ejército Ansar al Sunna, siguen siendo responsables de muchos de los atentados insurgentes.
Pero en términos del efecto general, los combatientes extranjeros que sirven como terroristas suicidas y causan enormes bajas están teniendo un impacto desproporcionado, dijeron los oficiales. El más prominente combatiente extranjero -el jordano Abu Musab Zarqawi- se ha transformado en el rebelde mejor conocido de Iraq, y dirige una red que ha reivindicado responsabilidad por algunos de los atentados más sangrientos.
Como Zarqawi, se dice que varios combatientes extranjeros están formando alianzas tácticas con grupos extremistas iraquíes para llevar a cabo los atentados. Aunque extranjeros pueden conducir los coches suicidas, son iraquíes quienes frecuentemente controlan las misiones tras bastidores, dirigiendo redes que proporcionan casas de seguridad, montan los explosivos y se encargan de otras tareas.
El número de atentados con coches-bomba subió bruscamente de 64 en febrero a 135 en abril, según estadísticas militares norteamericanas. La proporción de los ataques que implican la participación con conductores suicidas también subió fuertemente, de un 25 a algo más del 50 por ciento.
"El coche-bomba se ha transformado en el arma predilecta de esos tipos, es su arma de precisión", dijo aquí otro general.
En general, la tasa de atentados ha subido a entre 30 a 40 al día en febrero y marzo a un promedio de 70 por día, según estadísticas militares norteamericanas.
La principal ruta de infiltración en Iraq de combatientes extranjeros continúa a través de Siria, dijeron aquí los oficiales. Citando a páginas web terroristas que buscan reclutas en países como Sudán, Libia y Arabia Saudí, los oficiales dijeron que los combatientes tendían a llegar desde Damasco, la capital siria, donde eran recibidos por intermediarios y trasladados a través de la frontera en Iraq.
La avalancha de atentados con coches-bomba ha llevado a los jefes militares norteamericanos a poner énfasis en frenar las infiltraciones cerca de la frontera y en detectar las redes de talleres para fabricar bombas dentro de Iraq. Pero los comandantes están todavía debatiendo cómo reorientar las operaciones militares estadounidenses contra los elementos más radicales de la resistencia.
"¿Nos concentramos en los elementos del antiguo régimen, o nos volcamos hacia la otra parte de la resistencia? Eso es lo que la gente quiere saber ahora", dijo DeFreitas, el oficial de inteligencia.
Con el reciente aumento de los ataques, los comandantes norteamericanos reconocen que algo del ímpetu ganado desde las elecciones se enero se ha evaporado. Pero dicen que todavía tienen la esperanza de hacer suficientes esfuerzos para contener la resistencia y construir este año las fuerzas de seguridad iraquíes para permitir una reducción significativa de tropas norteamericanas a principios del próximo año. Este próximo mes se ha programado una evaluación formal de los progresos hacia ese fin.
22 de mayo de 2005
9 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh
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