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crisis amenaza a países en desarrollo


La crisis en la economía podría empujar a millones de personas por debajo de la línea de la pobreza y crear disturbios. Los países con gobiernos débiles podrían convertirse en refugios de criminales y extremistas violentos, dicen funcionarios y analistas.
[Paul Richter] Washington, Estados Unidos. La crisis económica global esta desestabilizando a un creciente número de países en desarrollo, agudizando los riesgos de seguridad en muchas regiones en momentos en que Estados Unidos y sus ricos aliados se preocupan de sus propios problemas.
Es probable que la crisis empuje a millones de personas por debajo de la línea de la pobreza, espoloneando disturbios sociales que debilitan a los gobiernos y amenazan con aumentar las ‘zonas sin estado’, regiones sin gobierno que son refugios de criminales y extremistas violentos, dicen funcionarios norteamericanos y otros expertos. En los países más pobres, la crisis podría socavar o incluso derrocar a sus gobiernos, dicen.
"Durante los próximos años, el mundo será un lugar peligroso", predice Mitchell B. Reiss, que tuvo un alto cargo en el Departamento de Estado durante el primer mandato del presidente Bush.
Los países en desarrollo que son vitales para los intereses económicos y de seguridad de Estados Unidos, como México, Turquía, Corea del Sur y Pakistán hacen frente a una crisis crediticia, creciente desempleo, crecimiento ralentizado y tensiones sociales cada vez más profundas. Sus problemas están obligando a Estados Unidos y otras potencias a repensar sus prioridades en política exterior. Y representan un reto para el gobierno que asuma el cargo en Washington.
Muchos países que son suficientemente desarrollados como para tener vínculos con instituciones financieras globales han empezado discretamente urgentes conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, un prestamista de último recurso.
Acercarse al FMI es considerado un paso drástico debido a las a veces agobiantes condiciones -incluyendo impopulares aumentos de impuestos y recortes al gasto- que impone el fondo a los prestatarios.
Un segundo grupo de países, los más pobres y más vulnerables, empezarán a sentir la crisis en los próximos meses.
Muchos de estos países resentirán el descenso de los precios de las materias primas y la ayuda e inversión extranjeras de las que dependen tan pesadamente se suspenderán.
"Incluso una reducción modesta en la ayuda al desarrollo, junto con una inversión extranjera menor del mundo desarrollado podría hacerlos deslizarse hacia la anarquía", dice Reiss. "El tejido social de muchos países se tensará y puede incluso romperse".
Es probable que la crisis aumente el hambre, las enfermedades y la criminalidad y podría poner en peligro a los gobiernos más pobres, predice Reiss, que es un diplomático en residencia en el College of William and Mary en Virginia.
La semana pasada el presidente expresó preocupación por el peligro que representa la crisis para el mundo en desarrollo y advirtió que si los gobiernos interrumpen la ayuda, podría amenazar la seguridad en regiones lejanas.
"Algunos pueden estar tentados a aislarse", dijo Bush. "Eso sería un error... Sabemos que nuestros enemigos reclutan gente para su tenebrosa ideología aprovechándose de la desesperación".
Pakistán recibió amplia atención cuando en las últimas semanas se apresuró a pedir préstamos de millones de dólares para evitar una mora que podría derrocar a su nuevo gobierno de coalición y significar un duro golpe a las campañas respaldadas por Estados Unidos contra extremistas en Pakistán y Afganistán.
Cerca de casa, la tasa de crecimiento de México se ha reducido en un cuatro a un uno por ciento en momentos en que lucha contra el descenso de los precios del petróleo, su moneda ha perdido el veinticinco por ciento de su valor, un mercado de exportación más difícil y crecientes tensiones sobre el presupuesto del gobierno. Los emigrantes que no pueden encontrar trabajo en Estados Unidos tampoco lo encontrarán en México; algunos expertos temen que el creciente desempleo empuje a algunos de ellos al violento mercado de las drogas.
Turquía, un importante aliado de Estados Unidos con una política peligrosamente polarizada, está luchando contra una economía decaída y una moneda que ha perdido el veintisiete por ciento de su valor; ha empezado negociaciones con el FMI. Turquía tiene una economía relativamente fuerte, pero como en otros países, los inversores extranjeros han retirado su dinero.
Incluso Corea del Sur, una de las economías en desarrollo más robustas, ha visto caer su moneda y su bolsa en un treinta por ciento; los inversores extranjeros han dejado el país. El éxodo amenaza la salud de los bancos del país, dicen agencias.
Varios nuevos aliados de Estados Unidos en Europa del Este (Hungría, Latvia, Ucrania y Estonia), con fuertes préstamos de Occidente, han recibido un duro golpe. El domingo Ucrania alcanzó un acuerdo con el FMI sobre un préstamo para apuntalar el sistema financiero del país con 16.5 billones de dólares, informaron agencias de prensa.
Algunos analistas creen que el desvanecimiento de la economía rusa, que ha sido golpeada duramente por precios decrecientes de la energía, un mercado bursátil tambaleante y la fuga de los inversores, podría representar problemas para Estados Unidos.
La reciente fortaleza y prosperidad de Rusia la convirtieron en un reto para el gobierno de Bush. Pero como en los días oscuros de Rusia en los años noventa, "podríamos ser consumidos por los problemas que tienen debido a su debilidad", dijo Derek Chollet, del Centro para una Nueva Seguridad Americana, en Washington.
Entre los países más pobres, la disrupción económica puede ser más grave para los que están envueltos en guerras civiles o se están recuperando de alguna, como Nigeria, Liberia y Ruanda. "Si la gente empieza a perder su trabajo, algunos de esos conflictos pueden volver a encenderse", dijo Steve Radelet, del Centro para el Desarrollo Global, un laboratorio ideológico.
Es probable que funcionarios norteamericanos y sus ricos aliados tengan menos dinero que destinar para la ayuda al desarrollo y despliegues militares.
Durante el debate de candidatos a la vicepresidencia del 2 de octubre, el nominado demócrata, Joe Biden, dijo que la ayuda extranjera era la única área donde el gasto federal podría ser mantenido bajo debido a la crisis financiera.
También la actitud de Europa puede estar cambiando. Este mes, varios presidentes dijeron que ya no pueden seguir formando parte de un programa europeo para reducir las emisiones de gases de invernadero debido al probable daño a sus economías.
En Washington, funcionarios de gobierno están bajo presión para reducir los compromisos militares caros mientras se esfuerzan por pagar los rescates financieros, dos guerras y un creciente gasto federal.
Pero las presiones probablemente obligarán a una "discusión seria sobre nuestros compromisos y capacidades en ultramar, por primera vez en muchos años", dijo Geoffrey Kemp, del Centro Nixon, un laboratorio ideológico en Washington.
Aunque es improbable que Estados Unidos se retire de compromisos de seguridad importantes, Kemp cree que el gobierno evitará nuevos, tales como la decisión de incorporar a Georgia y Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El próximo presidente de Estados Unidos tendrá que abordar estos problemas en momentos en que el prestigio de Estados Unidos se ha evaporado, tanto debido a las polémicas decisiones del gobierno de Bush y a las repercusiones de la crisis financiera que empezó aquí.
El economista Gary C. Hufbauer, del Instituto Peterson para la Economía Internacional de Washington, predijo que el nuevo presidente será bombardeado en capitales del planeta con las preguntas: ¿Por qué nos hicieron esto? ¿Qué va a hacer para ayudar a salir de esto?

24 de noviembre de 2008
27 de octubre de 2008
©los angeles times 
cc traducción mQh
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