españa investigará guantánamo
8 de mayo de 2009
De concluirse, la investigación podría presentar en un tribunal europeo muchos de los materiales ya descubiertos en Estados Unidos -en audiencias de los comités parlamentarios, los memorandos de la CIA desclasificados hace poco, y los informes de prensa- sobre la autorización del uso de métodos coercitivos de interrogatorio, que han sido llamados ampliamente los ‘memorandos de la tortura’.
El juez Garzón conocido como ‘el superjuez’ en España por sus publicitadas acusaciones, parece concentrarse menos en los que aplicaron esos métodos extremos, y más en los diseñadores del marco legal de los memorandos entonces secretos que permitieron esos interrogatorios.
El alcance de la instrucción de Garzón incluye "cualquiera de los que ejecutaron y/o diseñaron el plan sistemático de torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes de los prisioneros [de Guantánamo] que estaban bajo custodia".
Fuentes familiarizadas con el caso dicen que las presiones del gobierno español para frenar o parar a Garzón son intensas, y que funcionarios judiciales españoles e incluso Garzón mismo preferiría que sea el gobierno estadounidense el que lleve a cabo una investigación en conformidad con las exigencias de la Convención contra la Tortura de 1984 (del que Estados Unidos es signatario), que exige que se pesquise.
La base legal del caso es conocida como ‘jurisdicción universal’, con la que crímenes atroces pueden ser juzgados fuera de las fronteras nacionales. De hecho, en enero de este año un tribunal de Nueva York ejerció la jurisdicción universal en un caso de tortura en el que fue condenado Roy Belfast Jr., hijo de Charles Taylor, el ex dictador liberiano.
La situación destaca los esfuerzos de la Casa Blanca por tratar de mostrar al mundo otra cara de Estados Unidos en el área del estado de derecho, la autoridad moral, y quiere "enseñar por el ejemplo", como dijo el presidente Obama -pero sin agregar una controversia de por sí tóxica a la escena política interior estadounidense.
La decisión de Garzón se produjo en momentos en que el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, visitaba Europa en una gira de cinco días para definir el nuevo tono del ministerio de Justicia en la cooperación con los aliados europeos, y buscar ayuda para el asentamiento de cerca de treinta detenidos de Guantánamo que, dijo, podrían ser liberados. Holder dijo a periodistas en Berlín que Guantánamo había debilitado la situación de seguridad de Estados Unidos y sus aliados desde la introducción de prácticas como el submarino, que definió como una forma inequívoca de tortura y una "importante herramienta de reclutamiento" entre células terroristas.
La mayoría de los gobernantes europeos esperan ansiosos buenas relaciones con el gobierno de Obama en una época en que la guerra de Afganistán y la crisis económica están enviando señales a sus poderes judiciales independientes de no procesar a los funcionarios del gobierno de Bush si eso significara problemas para el nuevo presidente.
Pero los europeos han también consistentemente articulado su oposición a Guantánamo y las torturas, pese a que aquí, a menudo, los gobiernos se deslizaron en zonas grises en su cooperación con Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, señaló Anthony Dworkin, jurista de la oficina en Londres del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
"Lo que muestra esta investigación de Garzón es el legado increíblemente difícil que ha dejado el gobierno de Bush, que actuó fuera del derecho internacional", dijo Dworkin. "La mayoría de los gobiernos europeos quieren mejorar las relaciones con Estados Unidos, quieren restaurar la relación. El gobierno español espera que Estados Unidos inicie una investigación fiable. El fiscal general español dijo que la primera responsabilidad no es de Europa, sino de Estados Unidos".
Aunque algunos líderes de opinión en Estados Unidos dicen que las decisiones de un juez español no causarán mayor impacto, diplomáticos estadounidenses no las desechan tan rápidamente. Citaciones y acusaciones no solamente restringen los viajes, lo que sería un problema práctico para los funcionarios estadounidenses, sino además el caso mismo podría iniciar una dinámica impredecible, tanto aquí como en el extranjero.
"Sólo se necesita un tribunal europeo para poner en movimiento todo un proceso, y finalmente tendremos que hacerle frente, no podemos ignorarlo", dice un diplomático estadounidense en Europa.
Juristas como Philippe Sands, abogado británico y autor de ‘Torture Team’, que conoce a Garzón, dice que el juez español y sus colegas han estado diciendo durante meses que en caso de que no se inicie en Estados Unidos un proceso claro, ellos iniciarán sus propias investigaciones.
Pero también han indicado que probablemente abandonarían el caso si el gobierno de Obama avanzara con una pesquisa en conformidad con las exigencias de la Convención contra la Tortura de 1984. La convención obliga a sus signatarios (entre los cuales se encuentra Estados Unidos) a investigar las acusaciones y recomendar su persecución judicial en casos justificados.
"Si no hay investigaciones estadounidenses, los europeos harán una, créame", dice Sands. "Pero creo que Garzón lo dejará de lado si el imperio de la ley prevalece en Estados Unidos, o si se nombra una comisión independiente".
Holder, en Berlín, dijo que actualmente cree que el ministerio de Justicia de Estados Unidos tiene "todas las herramientas necesarias" para realizar una investigación, y que en estos momentos no está preparado para nombrar a un fiscal o un fiscal especial para ver las acusaciones de tortura.
30 de abril de 2009
©christian science monitor
cc traducción mQh
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