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acusan a policía de jamaica


Por el asesinato de civiles desarmados durante los disturbios. El presunto padrino de la mafia, Christopher Coke, fue capturado hace algunos días.
[Kareem Fahim] Kingston, Jamaica. Mientras la guerra por Tivoli Gardens se libraba furiosamente, un grupo de soldados golpearon a la puerta del Edificio 27. Más de veinte hombres se habían refugiado ahí por razones de seguridad, incluyendo a un barbero de veintidós años llamado Errol Spence. Su familia contó que un soldado lo registró y no encontró ninguna prueba de que fuera uno de los pistoleros que habían disparado contra las fuerzas de seguridad. Sin embargo, un agente de policía le hizo a la hermana de Spence una pregunta que al principio la confundió.
"Me preguntó cuántos hermanos tenía", dijo la hermana, Twanna-Kay Spence. "Le dije que dos".
"Me dijo: ‘Bueno, ahora te vas a quedar con solo uno’".
El agente le ordenó al hermano que se sentara en el suelo contra la pared entre el dormitorio y la cocina, dijo. Luego disparó con un rifle cuatro o cinco veces en el pecho y cabeza de Spence. Cuando los agentes retiraban el cuerpo de Spence arrastrándolo por los pies, una agente de policía fue enviada a recoger los cartuchos, dijo un testigo.
El episodio es solo una de varias acusaciones de ejecuciones extrajudiciales cometidas durante los varios días de disturbios que dejaron un saldo de setenta civiles y tres miembros de las fuerzas de seguridad muertos, cuando estas iniciaron un ataque contra el barrio de la guarnición de Tivoli Gardens para arrestar a uno de los jefes del crimen organizado, Christopher Coke, que sigue prófugo. Los funcionarios dijeron posteriormente que encontraron una fuerte resistencia de hombres armados y durante el enfrentamiento soldados y policías buscaban a hombres en edad de luchar, convencidos de que partidarios de Coke de otros barrios se habían unido a la batalla.
Los testigos dicen que la policía simplemente ejecutó a algunos de ellos no sobre la base de evidencias, sino por su edad.
La versión sobre el asesinato de Spence se basa en entrevistas con cuatro personas que dijeron que vieron el tiroteo: dos vecinas, la hermana de Spence y su novia. Dijeron que Spence estaba desarmado.
Un portavoz de la policía, Gilmore Hinds, rechazó comentar sobre los detalles específicos de las acusaciones porque todavía hay dos investigaciones del estado pendientes, pero dijo que la historia era "increíble".
Aunque sus historias no pudieron ser verificadas, varias otras personas del barrio de Tivoli Gardens también dijeron que jóvenes de sus familias fueron asesinados no por pistoleros, sino por agentes de policía y soldados. Hinds dijo que las fuerzas de seguridad habían matado a combatientes, aunque el gobierno no ha proporcionado muchas pruebas -la fotografía de un hombre muerto, con un arma, por ejemplo-, o la biografía de un combatiente muerto.
Mientras los familiares buscaban respuestas por los asesinatos, empiezan a emerger preguntas sobre la capacidad del defensor público de Jamaica, Earl Witter, cuya oficina está terriblemente subfinanciada, para investigar completa y rápidamente todas las acusaciones. La policía dijo que ellos también estaban investigando los asesinatos.
Witter dijo que había pedido ayuda al Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas y a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional para encontrar en el extranjero a patólogos forenses y radiólogos para ayudar con las autopsias, que se habían retrasado. Witter también dijo que necesitaba ayuda de expertos en armas de fuego independientes para analizar los fragmentos de bala.
Witter confirmó que había visitado el departamento donde los familiares de Spence dijeron que había sido asesinado, pero se negó a hacer comentarios sobre el caso.
Varias de las acusaciones que emergen del centro de Tivoli Gardens sobre la conducta de los agentes de la Policía Nacional de Jamaica [Jamaica Constabulary Force], que han sido criticados en el pasado por organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional por el relativamente alto número de personas asesinadas por agentes de policía todos los años. En los últimos años, Amnistía constató que el doce por ciento de los homicidios son cometidos por agentes de policía. Al mismo tiempo, en un país con una de las tasas de homicidios más altas del mundo, gran parte de estos provocados por la intratable violencia de las pandillas, de acuerdo al departamento de policía cada año mueren de doce a catorce agentes.
Hinds, portavoz de la policía, llamó "prematuros" los informes sobre brutalidad policial y enfatizó que las versiones sobre bajas civiles deberían ser consideradas en su contexto.
"Todas las entradas estaban obstruidas por barricadas, y las barricadas tenían detonadores", dijo. "Había francotiradores en los edificios".
Agregó: "Estoy seguro de que la mayoría de las personas que murieron eran hombres adultos, hombres adultos en edad de luchar. Sólo dos eran mujeres. La mayoría de ellos murieron en las entradas de las barricadas y frente a los edificios. Y estoy seguro de que una investigación revelará que algunos de ellos portaban armas".
El enfrentamiento, que empezó el 24 de mayo, fue intenso. La policía ha dado a conocer fotografías y videos que parecen mostrar a pistoleros en una zona que se parece a  Tivoli Gardens. Los hombres se asoman desde detrás de sacos de arena en las balcones y caminan con armas.
Gran parte de los daños se han concentrado en un extremo de Wilton Hill Drive, una calle de casas unifamiliares donde aparentemente una explosión dejó a varios heridos entre los vecinos y ventanas rotas.
Una explosión no parece explicar lo que ocurrió en el número 11, una casa de dos plantas donde Jane McFarlane cree que su hijo de veinticinco, Martin Lindsay, y un primo, Oshane Walker, de diecinueve, fueron asesinados por agentes de policía.
Los asesinatos ocurrieron el 26 de mayo, cuando la ofensiva estaba terminando y las calles de Tivoli Gardens recuperaban su tranquilidad, dijo.
"Todo marchaba bien", dijo McFarlane, que no estaba en casa en ese momento. Poco antes de las dos de la tarde, dijo, Walker la llamó a su celular para decirle que le habían disparado en la espalda.
"Me dijo: ‘Martin está muerto’, y colgó", dijo. "Llamé de vuelta y me dijo: ‘Martin está muerto, le dispararon en el pecho y a mí me dispararon en la espalda’". Walker le dijo que estaba arriba.
McFarlane dijo que le preguntó quién le había disparado, y dijo que eran policías. Luego le línea se cortó.
Dijo que la gente del bloque le dijeron que habían retirado tres cuerpos de esa casa, que todavía está salpicada de sangre: en la salita, en la cocina, en una huella que lleva al dormitorio arriba, donde la sangre se puso gruesa y salpicó contra los muebles.
McFarlane dijo que ninguno de ellos era combatiente, ni estaban asociados al Coke. "Hubiera sido mejor que tuvieran algo que ver con él", dijo. "Entonces yo podría decir al menos que sé por qué los mataron".
Los amigos y familiares de Spence, recordando los sucesos de ese día, también tratan de entender por qué está muerto.
Después de constatar que Spence estaba desarmado, un agente le pidió una prueba de que él era de ahí. Su madre y su hermana le mostraron un álbum con fotos de familia.
La orden de matar a Spence, dijeron, la dio otro agente, que cruzó con su dedo su cuello sin decir una palabra. Spence dijo que debido al estado de emergencia, los agentes de policía tenían permiso de sus superiores para matar a hombres de la edad de Spence.
También dijo que les habían dicho que no gritaran, ni hicieran ruido, de otro modo también serían asesinados.

26 de junio de 2010
2 de junio de 2010
©new york times
cc traducción mQh
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