micheletti prefiere invasión
1 de julio de 2009
Un desafiante Roberto Micheletti dijo en una entrevista con la Associated Press el martes tarde que "nadie me hará renunciar", retando a Naciones Unidas, la OEA, el gobierno de Obama y otros presidentes que han condenado el golpe militar que derrocó al presidente Manuel Zelaya.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el martes por aclamación la demanda de restitución inmediata de Zelaya y la Organización de Estados Americanos declaró el miércoles que los cabecillas del golpe tienen tres días para reinstalar en el poder al presidente Zelaya si no quiere Honduras correr el riesgo de ser suspendida de la organización.
Ese período de negociación hizo cambiar de planes a Zelaya, que anunció que postergaba para el fin de semana su retorno a casa planeado para el jueves.
Micheletti juró que Zelaya será arrestado si vuelve al país, pese a que sería acompañado por los presidentes de Argentina y Ecuador, junto con los secretarios generales de la Organización de Estados Americanos y de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Zelaya "ha cometido crímenes contra la Constitución y la ley", dijo Micheletti, miembro del Partido Liberal de Zelaya que, después del golpe, fue nombrado presidente interino por miembros del Congreso. "Ya no puede volver a la presidencia de la república a menos que venga con el presidente de otro país latinoamericano y lo imponga por las armas".
Los soldados entraron violentamente en la residencia de Zelaya y lo sacaron del país el domingo en la mañana después de insistir en tratar de peguntar a los hondureños, en una consulta, si querían reformar la Constitución. La Corte Suprema, el Congreso y las fuerzas armadas declararon que la consulta era ilegal.
Zelaya, que es un aliado del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, retiró la consulta el martes, diciendo en Naciones Unidas que ya no intentaría realizar la consulta sobre las reformas constitucionales que quería.
Una de las varias disposiciones que no se pueden alterar en la Constitución hondureña limita el mandato del presidente a cuatro años. El Congreso reclama que Zelaya, cuyo gobierno termina en enero, modificó la pregunta de la consulta a último minuto para preguntar si podría eventualmente ser reelegido. Chávez ha utilizado el referéndum en Venezuela para aprobar el derecho a la reelección.
"No voy a convocar a una asamblea constitucional", dijo Zelaya. "Y si me ofrecen que me quede en el gobierno, no lo haré. Voy a cumplir con mis cuatro años".
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, entregó lo que llamó "un ultimátum" durante una maratónica sesión en Washington. "Tenemos que mostrar claramente que los golpes de estado no serán aceptados. Pensábamos que estábamos en una época en que en el hemisferio ya no eran posibles los golpes de estado", dijo.
El ministro de Asuntos Exteriores de España anunció el miércoles que llamó a informar a su embajador en Honduras como parte en un esfuerzo internacional para restituir a Zelaya.
Micheletti dijo que no renunciará, sin importarle la intensidad de la presión internacional. Insistió en que Honduras está preparada para defenderse contra cualquier invasión.
No mencionó países específicos, pero Chávez prometió "derrocar" a Micheletti y dijo el martes temprano que toda agresión contra Zelaya de parte del gobierno de Micheletti justificaría la intervención militar de Naciones Unidas.
"Nadie me puede obligar a renunciar si no violo las leyes del país", dijo Micheletti. "Si nuestro país es invadido, 7.5 millones de hondureños están dispuestos a defender nuestro territorio y nuestras leyes y nuestra patria y nuestro gobierno".
Micheletti dijo que era demasiado tarde para que Zelaya evitara la detención.
Su ministro de Relaciones Exteriores, Enrique Ortez, arrojó un comodín a la mesa, afirmando ante CNN en Español que Zelaya había permitido que traficantes de drogas operaran en el país transportando cocaína desde Venezuela a través de Honduras. Ortez dijo que la Agencia de Control del Narcotráfico (DEA) de Estados Unidos sabía que Zelaya tenía vínculos con el crimen organizado.
El portavoz de la DEA, Rusty Payne, ni confirmó ni negó que la DEA estuviese investigando a Zelaya.
Sin embargo, el gobierno estadounidense se mantuvo firme. El portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, dijo que Washington, aparte el retorno de Zelaya al poder, no veía ninguna solución aceptable. Dijo que Estados Unidos estaba considerando suspender la ayuda a Honduras, que incluye 125 millones de dólares para el financiamiento durante cuatro años de la Millennium Challenge Corporation.
Micheletti dijo que no ha tenido contacto con ningún funcionario estadounidense desde que fuera investido presidente.
El presidente interino, que ahora ocupa la misma oficina en el colonial palacio presidencial que Zelaya, insistió en que seguiría gobernando.
Él y su gabinete recién nombrado se estaban instalando, con soldados recorriendo los refinados pasillos y montando barricadas alrededor del palacio para mantener a raya a los partidarios del presidente Zelaya.
Micheletti, que prometió que renunciaría en enero y que no tenía planes de postularse a la presidencia, dijo que un objetivo clave de su breve período será arreglar las finanzas del país. Zelaya no presentó nunca un presupuesto al Congreso, lo que debió haber hecho en septiembre pasado, provocando dudas sobre cómo estaba gastando los fondos fiscales.
La popularidad de Zelaya se ha reducido en casa en los últimos meses y su incendiaria versión de populismo es similar al tipo de postura que a menudo irrita a Washington. Sin embargo, algunas de sus medidas, como elevar el salario mínimo, le han ganado la lealtad de muchos hondureños pobres, y miles de ciudadanos se han manifestado exigiendo su retorno.
Interrogado sobre si Zelaya podría volver al poder más fuerte que nunca, Micheletti dijo que "no se trata de la simpatía, no se trata de ser mártir, sino simplemente de que estamos siguiendo al pie de la letra las leyes que él no respetó".
fwdailynews
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