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dudas sobre posición de eua


Derrocado presidente hondureño pide explicaciones a Estados Unidos.
[Sean Mattson] Ocotal, Nicaragua. Desanimados seguidores del presidente Manuel Zelaya que han llegado poco a poco a la frontera nicaragüense el domingo y el derrocado presidente hondureño se quejaron de que la condena de Estados Unidos de su derrocamiento se estaba desvaneciendo.
Los gobiernos de Estados Unidos y de América Latina, y Naciones Unidas, han exigido que Zelaya sea restituido en el poder, pero la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, lo criticó como "imprudente" cuando, el viernes, dio unos pasos en territorio hondureño en lo que fue un gesto simbólico frente a los medios internacionales.
Zelaya reaccionó a las palabras de Clinton por segunda vez en dos días, quejándose de que había dejado de usar el término ‘golpe’ para describir su derrocamiento. "Al principio, la posición de la secretaria Clinton era firme. Ahora creo que ella no está realmente denunciándolo y no está actuando con firmeza contra la represión que sufre Honduras", dijo a periodistas.
Tropas hondureñas han instalado puestos de control que, desde el viernes, impiden que los varios miles de manifestantes monten en la frontera una manifestación a favor del presidente de izquierda [liberal].
A diez kilómetros de la frontera, cientos de cansados manifestantes deambulan por el pueblo cafetero de El Paraíso, todavía muy lejos de la masiva demostración de respaldo público que había esperado Zelaya.
"Volveremos a Tegucigalpa, donde está la mayoría de la gente", dijo la maestra Lilian Ordoñez, limpiándose las lágrimas. "Tenemos que cambiar de estrategia... La gente está indignada, pero no tenemos armas y contra los rifles no podemos hacer nada".
Varios cientos de hondureños que lograron llegar a la frontera acampan en Nicaragua con Zelaya, reunidos en la ciudad de Ocotal y planeando su siguiente movida.

Militares Deben Resistir
En comentarios transmitidos en vivo por la Rabio Globo, instó a oficiales de nivel medio a amotinarse contra sus generales, que dijo que habían traicionado a Honduras a cambio de dinero.
El Congreso y la Corte Suprema hondureñas han acusado a Zelaya de tratar de extender el mandato presidencial.
Roberto Micheletti, que fue nombrado presidente interino por el Congreso [después de haber dirigido el golpe], y presidente del estado mayor conjunto, Romeo Vázquez Velázquez, dijeron que el derrocamiento [y expulsión] de Zelaya era legal, debido a que había actuado contra la Constitución. La Corte Suprema habría ordenado su detención y el Congreso respaldó su derrocamiento [y deportación].
"Como comandante en jefe de las fuerzas armadas, llamo a los soldados patriotas a pensar en sus hijos, a pensar en sus familias y a rebelarse contra Romeo Vázquez", dijo Zelaya.
Los militares hondureños emitieron una declaración expresando su apoyo al proceso de negociación y reafirmando [lo que llaman] su respeto por las instituciones civiles y la Constitución -una medida considerada parcialmente como respuesta a informes de la prensa independiente pro Zelaya sobre muestras de descontento entre los rangos medios de las fuerzas armadas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha suspendido 16.5 millones de dólares en ayuda militar a Honduras, pero debe todavía tomar medidas más severas, y hay crecientes tensiones con Zelaya, un estrecho aliado del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Obama se encuentra en una posición difícil. No quiere mostrar que Estados Unidos apoya golpes de extrema derecha, pero algunos republicanos dicen que ha hecho demasiado por el presidente derrocado.
"Nos ha quedado claro desde el principio que al gobierno de Obama en realidad no le gusta Zelaya", dijo Vicki Gass, analista de la Oficina de Washington para América Latina.
"Estas indecisiones de su parte está creando la impresión de que se están desdiciendo de su postura original", dijo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Zelaya es esperado en Washington el martes, pero Zelaya explicó que no había sido invitado y que no tenía planes de viajar esta semana. También dijo, en una rueda de prensa nocturna, que había planes para asesinarlo.

Dificultades para un Acuerdo
Micheletti parece creer que puede resistir la presión internacional hasta las elecciones de noviembre y que el mundo aceptará al nuevo presidente cuando asuma el cargo en enero.
La alternativa es una solución negociada bajo presión de Washington, probablemente sobre la base de la propuesta del presidente costarricense, Óscar Arias. En una entrevista con El País publicada el domingo, Arias dijo que su plan seguía siendo la única solución.
Aunque dijo que el golpe debe ser revertido, agregó que no era realista que Zelaya exigiera su restitución incondicional.
El gobierno de Micheletti dice que podría considerar algunas partes del plan de  Arias, pero no la restitución de Zelaya como presidente.
Los jefes del estado mayor tienen mucho que perder si retorna Zelaya como presidente, ya que su posición se debilitará si se admite que actuaron ilegalmente para expulsarlo del país.
Las relaciones de Zelaya con las fuerzas armadas ya eran tensas antes del golpe. Días antes de su derrocamiento, destituyó al comandante en jefe del ejército después de que se rehusara a colaborar [en lo que Micheletti sospechaba que era un referéndum para extender el mandato presidencial] en una consulta popular.
En la capital Tegucigalpa, las tensiones estallaron en el funeral de un hombre que fue asesinado en El Paraíso en circunstancias que no están todavía claras. Sin embargo, pero los partidarios de Zelaya responsabilizan a la policía. Los deudos quemaron un coche policial y golpearon a dos agentes de policía, dijo un fotógrafo de Reuter presente en el lugar.
Líderes del movimiento pro Zelaya dijeron que un pequeño artefacto explosivo estalló frente a un edificio donde se estaban reuniendo, rompiendo los ventanales. No hubo lesionados.

Informes adicionales de
Esteban Israel, Marco Aquino, Tomas Bravo, Gustavo Palencia y Claudia Parsons en Honduras, Iván Castro en Nicaragua, Tim Gaynor en Washington; redacción Claudia Parsons; edición Mohammad Zargham.

27 de julio de 2009
©reuters 
cc traducción mQh
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