mensaje de zelaya para obama
6 de agosto de 2009
Ante la prensa mexicana, Zelaya envió un mensaje claro a Washington y al resto de los gobiernos del hemisferio: si no se contiene el golpismo de la derecha, renacerán las guerrillas latinoamericanas de izquierda.
"América hoy está golpeada. El golpe de Estado no ha sido contra mí, sino contra los presidentes de América. A mí ya me derrocaron. Ahora están derrocando a los presidentes de América al no poder revertir el golpe", dijo ayer por la mañana en un acto en el que el gobierno de la Ciudad de México lo nombró huésped distinguido.
La víspera, Zelaya ya había planteado ante los embajadores del Grupo de Latinoamérica y el Caribe acreditados en México que "si nace la violencia en la derecha, volverá a renacer la violencia de los grupos sociales que dejaron las armas después de la caída del Muro de Berlín".
"A las guerrillas en Centroamérica se les dijo que dejaran las armas y lo hicieron. El Frente Sandinista y el Frente Farabundo Martí son un ejemplo: dejaron las armas por las urnas y los votos. Pero si ahora se les dice que las urnas y los votos no son necesarios y aparecen las armas en manos de la derecha, están abriendo un expediente muy grave para toda nuestra región. Todos debemos oponernos."
En su visita a México, a invitación del presidente Felipe Calderón, Zelaya ha subrayado el papel de la diplomacia para resolver la crisis hondureña, la cual ha insistido en traspolar al resto del continente: "Si los golpes de los grupos de derecha en América empiezan a surgir, también los pueblos tendrán derecho a escoger el camino para defenderse", reiteró.
No obstante, señaló que se están exhibiendo las "debilidades" de la propia diplomacia: "Frente al terrorismo golpista no existen realmente mecanismos rápidos y efectivos, como lo estamos notando", expuso.
Zelaya también habló sobre el papel que juegan los presidentes Barack Obama, de Estados Unidos, y Hugo Chávez, de Venezuela.
El presidente de Honduras descartó que el gobierno de Obama haya promovido el golpe de Estado en su contra, pero aseguró que sí hay voces de derecha en Estados Unidos que lo apoyan, identificadas con "sectores pudientes que se oponen a procesos sociales".
"Creo que Obama está tratando de ser fuerte; se está venciendo el espacio, pero hay que darle tiempo", dijo, aunque también deslizó que "el tiempo que dure el golpe va en detrimento de la imagen del gobierno (estadounidense) que tutela la democracia".
Sobre la lentitud de la Casa Blanca para presionar a los golpistas, Zelaya sonrió, extendió su brazo y apretó el puño: "Estados Unidos sólo hace así la mano, y el golpe se termina en cinco segundos".
No obstante, reconoció que Estados Unidos ha adoptado medidas contra los golpistas, pero las calificó de insuficientes y reclamó que "habrá que endurecer más esas acciones, igual que deben hacerlo los otros países de América".
En cuanto a Hugo Chávez, con quien sus detractores lo comparan, Zelaya dijo que el presidente de Venezuela "es de las personas que más ha ayudado a Honduras en los últimos 10 años, sin pedir absolutamente nada a cambio", y sostuvo que la dictadura de su país utilizó la controvertida figura de Chávez "como pretexto para dar el golpe".
Cuestionado por la prensa mexicana sobre su cercanía con Venezuela, Zelaya respondió que no ha hecho un solo viaje a Caracas: "No sé de dónde viene la pregunta", protestó.
Por cierto, el martes, el presidente venezolano Hugo Chávez destacó la "digna la actitud del presidente mexicano, Felipe Calderón, al recibir a su par de Honduras como tiene que recibirse a un jefe de Estado, que representa de manera legítima y digna al pueblo de Honduras".
En efecto, el gobierno mexicano ha reconocido en todo momento a Zelaya como presidente legítimo de Honduras, e incluso recibió en el país a funcionarios hondureños que eran perseguidos por la dictadura en las primeras horas del golpe de Estado, como la canciller Patricia Rodas; los ministros de Finanzas, Rebeca Santos; de Cultura, Artes y Deportes, Roberto Pastor, y de Educación, Marlon Breve Reyes.
Incluso, la administración de Calderón facilitó que la embajadora Rosalinda Bueso recuperara la sede diplomática, luego de que el pasado 22 de julio funcionarios afines a la dictadura de Roberto Micheletti hicieran que guardias de seguridad le impidieran el acceso. Casi de inmediato, la Cancillería mexicana emitió un comunicado aclarando que sólo reconocía a Bueso como embajadora, quien regresó a su embajada al día siguiente, acompañada por varios diplomáticos del Grupo de Embajadores de América Latina y el Caribe.
Al cierre de esta edición, Zelaya sostenía una reunión con la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la sede del Senado de la República.
Más tarde, se reuniría con organizaciones no gubernamentales, acompañado de la senadora Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de Eureka, un grupo que lleva más de 30 años luchando por que el gobierno mexicano entregue información sobre miles de desaparecidos durante la guerra sucia.
La próxima escala de la gira latinoamericana de Zelaya es Brasil, donde se reunirá con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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