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chile elige a magnate conservador


La elección de Sebastián Piñera como presidente pone fin a dos décadas de gobierno por una coalición de centro-izquierda, sugiriendo que Chile ha superado sus divisiones y emergido de las sombras del régimen de Pinochet.
La elección del multimillonario conservador Sebastián Piñera como presidente de Chile es un hito democrático para ese país, tal como la elección del presidente izquierdista Mauricio Funes en El Salvador el año pasado. Como Funes, Piñera es más moderado que los partidos que lo apoyaron y, por eso, fue capaz de sacar al país de su violento pasado y profundas divisiones. Asumirá el cargo después de dos décadas de gobierno por una coalición de centro-izquierda, en otro signo de que Chile ha emergido de entre las sombras de la dictadura del general Augusto Pinochet.
Piñera sucede a la popular presidente Michelle Bachelet, que no pudo postular a un segundo mandato, prohibido por la Constitución chilena de después de Pinochet. Su elección no señala tanto un giro nacional hacia la derecha como la fatiga de una coalición desordenada que ha gobernado desde el retorno de la democracia en 1990.
El rival de Piñera, Eduardo Frei, que ya fue presidente entre 1994 y 2000, fue un poco interesante candidato elegido por cúpulas políticas antes que en primarias. La coalición ha sido también ampliamente criticada por llenar puestos de gobierno de acuerdo a cuotas antes que por méritos. Piñera respondió con la promesa de preferir a "los mejor preparados, los más honestos y los más dedicados" para su gobierno.
La economía chilena se ha desempeñado mucho mejor que la mayoría de los países latinoamericanos durante la recesión global, en parte gracias al fondo para los años de vacas flacas que llenan los beneficios de la exportación del cobre. Piñera, un economista educado en Harvard, ha prometido mantener el papel del estado en la economía y que no desmantelará el popular programa de protección social del país. Esta es una posición moderada para la elite económica latinoamericana. Sin embargo, lo que todavía preocupa a algunos chilenos son los vastos intereses económicos personales de Piñera en la economía nacional, particularmente las Aerolíneas LAN y el canal de televisión privado Chilevisión. Rechaza las comparaciones con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, un magnate de los negocios que es acusado de utilizar los medios que controla para fomentar su carrera política y al revés. Piñera dijo que ha formado un fideicomiso ciego para gestionar la mayor parte de su riqueza y prometió deshacerse de sus participaciones en el consorcio LAN -un paso que también debería considerar con su inversiones en medios.
Es alentador que los chilenos hayan votado por temas de gobierno antes que por la historia. Esperamos que Piñera continúe guiando a Chile en su superación de los traumas de los años de Pinochet, en cuyo régimen murieron o desaparecieron más de tres mil opositores políticos. Dijo que no nombrará a ex funcionarios de Pinochet en su gobierno. También esperamos que empuje a los militares a cooperar en casos de derechos humanos de esa era que todavía se arrastran en tribunales, de modo que ese capítulo pueda ser finalmente cerrado.

21 de enero de 2010
19 de enero de 2010
©los angeles times
©traducción mQh
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