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servicio secreto colabora con el talibán


Entre las denuncias de un nuevo informe: es política oficial apoyar la subversión en Afganistán, y la agencia está implicada en los más altos niveles del movimiento.
[Alex Rodríguez] Islamabad, Pakistán. El poderoso servicio de inteligencia paquistaní no solo financia y adiestra a los insurgentes talibanes que luchan contra las tropas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, sino también tiene representación en el directorio de la insurgencia, según denuncia un nuevo informe de la London School of Economics.
Las denuncias de que el servicio de inteligencia de Pakistán, el Inter-Services Intelligence, continúa manteniendo vínculos con el Talibán afgano, no son nuevas. Pero el alcance de esa relación, según el autor del informe, Matt Waldman, es sorprendente y podría dañar la frágil alianza que Washington está tratando de cultivar con Pakistán, su estamento militar y su débil gobierno civil encabezado por el presidente Asif Ali Zardari.
Waldman, investigador de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, basa sus denuncias en entrevistas con nueve comandantes talibanes afganos así como con funcionarios de seguridad afganos y occidentales. El informe dice que brindar apoyo a la subversión del Talibán en Afganistán es política oficial del gobierno paquistaní, y que su ISI tiene mucho que decir en la Quetta shura, el directorio afgano del Talibán, llamado así como por la sureña ciudad paquistaní que se cree que es donde se refugia el directorio.
El informe afirma que, sobre la base de entrevistas, "el ISI tiene delegados en la shura, sea como participantes o como observadores, y la agencia está pues implicada en los más altos niveles del movimiento".
El informe también revela que Zardari, considerado durante largo tiempo como un estrecho aliado del gobierno de Obama en la guerra contra el terrorismo, se reunió con uno de los altos líderes talibanes capturados en Pakistán y juró procurar su libertad así como apoyar sus campañas en Afganistán.
Las denuncias del informe provocaron vehementes protestas desde Islamabad, que describió la investigación como especulativa y sin fundamento.
"Considero que el informe es muy especulativo y provocador", dijo el portavoz de las fuerzas armadas paquistaníes, el mayor general Athar Abbas. "Pongo en duda la credibilidad y autenticidad de esta investigación... No merece ningún tipo de respuesta".
Los vínculos entre Pakistán y el Talibán afgano han sido uno de los problemas más espinudos que está complicando las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán y los continuados esfuerzos para terminar con al Qaeda y otras organizaciones islámicas extremistas en la región. Aunque Islamabad insiste en que no apoya a los insurgentes talibanes que luchan contra el gobierno del presidente afgano Hamid Karzai y las tropas occidentales, diplomáticos y comandantes militares occidentales han sospechado durante largo tiempo que funcionarios paquistaníes, particularmente en la agencia de inteligencia, no han renunciado nunca a sus lazos con el Talibán afgano.
Muchos observadores sostienen que Pakistán sigue apoyando entre bastidores al Talibán afgano como un modo de contrarrestar los intentos de su eterno rival nuclear, India, por aumentar su influencia en Afganistán y en el gobierno de Karzai.
A principios de año, Pakistán arrestó a varios importantes líderes talibanes que habían buscado refugio en Karachi y otras ciudades paquistaníes, incluyendo al segundo al mando de la insurgencia, Mullah Abdul Ghani Baradar. Sin embargo, los analistas sugieren que las detenciones, que fueron encomiadas por Estados Unidos, pueden haber tenido como propósito asegurar un lugar para Pakistán en la mesa de negociaciones cuando Occidente, Karzai y el Talibán inicien conversaciones de paz.
El calibrado enfoque paquistaní para abordar la relación con el Talibán es especialmente evidente en las áreas tribales en gran parte libradas a su propio destino a lo largo de la frontera afgana. Allá los militares paquistaníes persiguen activamente a los insurgentes talibanes que han atacado instalaciones de seguridad y a civiles, pero no se molesta a los insurgentes que se concentran principalmente en Afganistán, como la red Haqqani en Waziristán del Norte.
En el canal Al Jazeera, Waldman defendió su investigación diciendo que además de entrevistar a comandantes del Talibán afgano, había hablado con varios funcionarios de gobiernos occidentales que reconocieron sus revelaciones.
"No son acusaciones erráticas", dijo Waldman. "No carecen de fundamento, y las comparten muchos analistas de todo el mundo".

5 de julio de 2010
14 de junio de 2010
©los angeles times
cc traducción mQh
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