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mensaje contra la impunidad


Garzón y caso Pinochet: "Un mensaje contra la impunidad". Suspendido juez de la Audiencia de España recordó cómo se interesó en los crímenes de las dictaduras latinoamericanas y lamentó algunos "retrocesos".
Madrid, España. El juez español Baltasar Garzón afirma que fue su contacto con las Madres de Plaza de Mayo lo que le acercó a una "realidad tan terrible" como los crímenes contra la humanidad, cuya impunidad, subraya, "va de la mano siempre de la corrupción".
En una entrevista publicada hoy por el diario español El País, el más famoso de los jueces españoles, promotor de la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet y procesado por investigar los crímenes del franquismo, dice que, aunque "el olvido, como el perdón o la memoria, corresponde al patrimonio de cada uno", los olvidos oficiales "son malos consejeros".
Este juez, impulsor de la justicia penal universal y de la persecución sin fronteras de las violaciones de derechos humanos, es tajante sobre la necesidad de curar esa memoria histórica: "las heridas, para que sanen, y antes de ser suturadas, tienen que ser limpiadas".
Garzón recuerda el revulsivo que le supuso abordar con una mayor cercanía los crímenes ocurridos durante la dictadura argentina y su contacto con las denuncias de las abuelas y madres de Plaza de Mayo.
"Cuando yo las vi con pañuelos blancos, y lo único que pedían era que se les escuchara, eso me acercó a una realidad tan terrible que muchas veces resulta indiferente como son los crímenes contra la Humanidad", explica el juez.
Destaca cómo la detención de Pinochet en 1998 "fue un impulso fundamental para los casos de justicia universal", pero sobre todo, insiste, "fue un mensaje contundente contra la impunidad, que es una herencia negativa de la sociedad y va de la mano siempre de la corrupción".
Garzón se encuentra actualmente suspendido de funciones en la Audiencia Nacional de España, pero, según asevera en la entrevista, su intención es "recuperar el puesto", confiando en que "al final se impondrá lo que corresponda en justicia".
El magistrado del Tribunal Supremo de España Luciano Varela, instructor de la querella contra Garzón por excederse en sus funciones en la investigación de los crímenes en el franquismo (1939-1975), ordenó el pasado mes de mayo la apertura de juicio oral contra el juez.
Este dictamen llevó a que el Consejo General del Poder Judicial (órgano de gobierno de los jueces españoles) suspendiera a Garzón cautelarmente de sus funciones en la Audiencia Nacional.
No obstante, ese Consejo le autorizó a trasladarse a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya para ocupar hasta fin de año un puesto de consultor de la Fiscalía.
Según explica hoy en la entrevista, su trabajo en La Haya "es algo diferente" al día a día de la Audiencia Nacional.
"Se trata de unir varios criterios diferentes de analistas, de investigadores, en lugares muy recónditos y complicados del planeta donde el Estado de derecho prácticamente es inexistente, y armar los casos para que después la CPI pueda aceptar las peticiones que la Fiscalía hace", asegura.
Garzón lamenta "el retroceso que se está produciendo en muchos países, y entre ellos España, en torno a los casos de justicia penal universal", y reafirma la necesidad de "continuar esa investigación". En todo caso, insiste, "los casos que ya están iniciados no pueden volverse atrás".

23 de julio de 2010
22 de julio de 2010
©la nación
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