en busca de una prueba concreta
Se realizaron nuevas pericias por el crimen de Suppo. Se cotejaron los restos de sangre de la remera de Silvia con las muestras de sangre de los dos imputados, "sin resultado alguno", precisó la abogada de la familia de la víctima. "Sólo tenemos la autoincriminación" de los jóvenes, remarcó.
[José Maggi] Santa Fe, Argentina. Las últimas pericias realizadas en la causa del asesinato de Silvia Suppo no arrojaron ningún dato concreto que ligue a los confesos asesinos con el hecho. La abogada Lucila Puyol confirmó ayer que "se cotejaron los restos de sangre de la remera de Silvia con las muestras de sangre de los dos imputados, sin resultado alguno". También se analizaron los restos levantados de los cuchillos de los que la Gendarmería extrajo rastros de sangre, "pero no fueron suficientes". "De ninguna de las pericias se han podido extraer pruebas que confirmen que los dos detenidos por el crimen lo haya cometido. Sólo queda su confesión", señaló la abogada.
El juez de Instrucción Nº 2 de los Tribunales de Rafaela, Alejandro Mognaschi, tiene en su poder desde hace unos días el resultado de los estudios de las muestras de ADN de Rodrigo Sosa, y su primo, Rodolfo Cóceres, procesados por el asesinato de Suppo, testigo clave en causas de lesa humanidad. Las conclusiones presentadas por los especialistas del CERIDE de Santa Fe, encargados de efectuar los análisis, no agregan elementos determinantes a la causa, por lo que la investigación continúa su curso sin giros importantes.
Para Puyol, que patrocina a los hijos de Suppo junto a Guillermo Munné, "es más que curioso que dos jóvenes muy poco preparados puedan haber dejado un escena del crimen tal que es imposible encontrar una prueba concreta que los ligue con el homicidio, más allá de su confesión".
"Sosa es semianalfabeto y Cóceres no tiene capacitación alguna, y este crimen está bastante bien planeado. Hasta el día de hoy no se ha encontrado ni una sola huella de ellos en el lugar del crimen, ni en las ropas ni en los cuchillos. Es más que lamentable que sigamos en la misma situación en que estábamos en los primeros días del crimen. Sólo tenemos la autoincriminación".
La otra novedad es que es que el juez Mognaschi habilitó el cruzamiento de las llamadas de los teléfonos celulares y fijos, de los detenidos y la familia Suppo, y ordenó que fuera Gendarmería la que haga el análisis y que releve los casettes con las llamadas al mismo teléfono fijo que está intervenido. En este sentido, será la Policía Científica de Gendarmería Nacional la que recibió el pedido y que deberá entregar antes de que termine el mes un informe sobre el tema. Los querellantes también pidieron el ADN sobre los restos de las uñas de la víctima.
Además Puyol y Munné pidieron la reconstrucción del hecho, pero el juez se la negó sin volver a repetir el pedido a Sosa y Cóceres, con el argumento que los detenidos ya se habían negado antes a realizarla. De todos modos, la querella confía en que el entrecruzamiento de llamadas y la segunda autopsia brinden detalles que terminen de consolidar los reales motivos de la muerte de Suppo. Los peritos del Instituto Médico Legal de Rosario efectuaron el 30 de junio la nueva autopsia pero aún no remitieron los resultados a Mognaschi.
13 de agosto de 2010
©rosario 12
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