murió richard holbrooke
El enviado del presidente Obama para Afganistán y Pakistán era un "verdadero monumento de la "política exterior de Estados Unidos", conocido por su inflexible estilo de negociación.
[Paul Richter] Murió el lunes Richard C. Holbrooke, el enviado para Afganistán y Pakistán del gobierno de Obama y uno de los más renombrados diplomáticos estadounidenses del último medio siglo, informó el Departamento de Estado. Tenía 69 años.
Holbrooke, que en 1995 consiguió el acuerdo que puso fin a la guerra de Bosnia, falleció en el Hospital de la Universidad George Washington, después de haber sido intervenido quirúrgicamente para tratar un desgarro en su aorta.
Un hombre de hombros amplios y de 1.88 m de estatura, era famoso por su inflexible estilo de negociación, que le vino de perillas cuando tuvo que hacer frente al hombre fuerte yugoslavo Slobodan Milosevic y logró los acuerdos de Dayton que pusieron fin al conflicto bosnio.
Holbrooke se derrumbó el viernes en la mañana durante un encuentro con la Secretaria de Estado Rodham Clinton en el Departamento de Estado y fue operado durante más de veinte horas, durante las cuales los cirujanos trataron de salvar su vida.
En una declaración emitida poco después de su muerte, Clinton describió a Holbrooke como "uno de los más fieros defensores de Estados Unidos y el más dedicado de los servidores públicos".
En una declaración, el presidente Obama llamó a Holbrooke un "verdadero monumento de la política exterior estadounidense, que ha hecho a Estados Unidos un país más fuerte, más seguro y más respetado".
En momentos en que la Casa Blanca está redondeando su largamente esperada revisión de la política exterior de Estados Unidos en la guerra en Afganistán, el Departamento de Estado anunció horas antes de la muerte de Holbrooke que su posición sería ocupada de momento por su suplente, Frank Ruggiero. En contraste con el agresivo estilo de Holbrooke, que le ganó apodos como "la Excavadora" y "Toro bravo", Raggiero es conocido por su discreta carrera diplomática; antes estuvo a cargo de los equipos cívico-militares de reconstrucción en el sur de Afganistán.
Holbrooke, que empezó su carrera como oficial del Servicio Exterior en la Guerra de Vietnam y la terminó cuando ayudaba a dirigir la guerra contra los militantes en Afganistán y Pakistán, moldeó la narrativa de la diplomacia estadounidense como asesor de presidentes, ministros de Estado y candidatos demócratas a la presidencia.
Holbrooke trabajó para todos los presidentes demócratas desde John F. Kennedy, y fue candidato a ministro de Estado durante dos décadas, aunque nunca logró su objetivo. Fue la única persona que fue subsecretario de Estado para dos regiones -Asia y Europa-y fue también embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas, así como embajador en Alemania.
Al incorporarlo a su administración el 22 de enero de 2009, dos días después de su investidura, el presidente Obama elogió a Holbrooke como "uno de los diplomáticos más talentosos de su generación."
Holbrooke insistía en que Afganistán y Pakistán serían sus últimas misiones diplomáticas. Pero pese a su edad, muchos de que quienes le conocían encontraron difícil creer en eso.
El franco estilo de Holbrooke lo convirtió en un diplomático efectivo, aunque a veces provocaba irritación a su alrededor. En todos los gobiernos para los que trabajó tuvo apasionados partidarios y detractores. Todo veterano en el mundo diplomático estadounidense tiene al menos algunas anécdotas que contar sobre Holbrooke, recordando sus proezas y su enorme personalidad y ego.
Como enviado especial para Afganistán y Pakistán, Holbrooke estuvo encargado del envío de cerca de mil cien funcionarios civiles a Afganistán para tratar de ayudar a construir la economía y fortalecer al débil gobierno central. Su estrategia fue utilizar generosamente la ayuda estadounidense para promover cambios en instituciones y funcionarios. Al mismo tiempo, no dudaba en quejarse sobre la corrupción e ineficacia del gobierno afgano.
Durante su estadía en Kabul, chocó con sus colegas estadounidenses y personeros extranjeros, incluyendo al presidente afgano Hamid Karzai y al embajador estadounidense en Afganistán, Karl Eikenberry.
En Kabul, se contaba que una vez Karzai se enfureció tanto que el presidente afgano le arrojó al diplomático estadounidense su turbante de lana de oveja.
La ambivalencia de importantes demócratas sobre Holbrooke queda en claro en una declaración del vicepresidente Joe Biden, según lo citó Bob Woodward en su libro ‘Obama’s Wars", de 2010.
Biden definió a Holbrooke como "el desgraciado más egoísta que he conocido nunca". Sin embargo, Biden también dijo que Holbrooke podría ser la opción correcta para tratar la situación afgano-paquistaní, que la Casa Blanca considera de alta prioridad.
Holbrooke pasó casi la mitad de su carrera como banquero de inversión en Nueva York, la mayor parte durante gobiernos republicanos. Pero incluso entonces no perdió el interés en la política exterior, escribiendo artículos de opinión y asesorando a candidatos demócratas, incluyendo al ex presidente Carter, el senador John F. Kerry (demócrata de Massachusetts) y la entonces senadora Hillary Rodham Clinton (demócrata de Nueva York), ahora secretaria de Estado de Obama.
Richard Charles Albert Holbrooke nació el 24 de abril de 1941 en la ciudad de Nueva York y creció en Scarsdale, Nueva York. Sus padres eran inmigrantes judíos de Europa y su padre, un médico, murió cuando Holbrooke era un adolescente. Estudió en la Universidad Brown y entró al Servicio Diplomático después de graduarse en 1962.
El talento de Holbrooke fue reconocido pronto por el Departamento de Estado. El columnista Walter Lippmann lo describió como uno de los "jóvenes señores del Delta del Mekong" durante la Guerra de Vietnam. Holbrooke escribió uno de los tomos de los Papeles del Pentágono, el análisis oficial secreto sobre los orígenes de la Guerra de Vietnam que, una vez que se filtró, contribuyó a que la opinión pública norteamericana se volcara contra la guerra. También fue enviado a París para las conversaciones de paz.
A principio de los años setenta, Holbrooke aceptó una posición como director del Cuerpo de Paz en Marruecos, luego editor de la revista Foreign Policy, de 1972 a 1977. Volvió al Departamento de Estado durante el gobierno de Carter, llegando a ser nombrado subsecretario para asuntos Asiáticos y del Pacífico.
Dejó el campo diplomático por la banca de inversiones en los años ochenta, pero volvió después de que Bill Clinton fuera elegido presidente, convirtiéndose en embajador en Alemania, subsecretario para asuntos Europeos y Canadienses y luego embajador ante Naciones Unidas.
El estilo diplomático de Holbrooke quedó a la vista de todo el mundo en sus conversaciones con Milosevic en 1995.
En el momento culminante de la guerra, Holbrooke viajó a Belgrado para advertir a Milosevic de que si no aceptaba el acuerdo para enviar tropas extranjeras a territorio bosnio, sería bombardeado por la OTAN.
Como lo relataron Louise Branson y Dusko Doder en su libro ‘Milosevic: Portrait of a Tyrant’, de 1999, Holbrooke le dijo a Milosevic: "¿Entiende usted lo que ocurrirá cuando me levante de la silla y salga de este palacio?"
"Ustedes nos bombardearán", replicó el presidente fríamente.
"Así es", le dijo el diplomático.
Holbrooke escribió dos libros muy populares, uno de ellos, ‘To End a War’, su versión de las negociaciones de Dayton de 1998. También contrató a un archivista para reunir artículos de prensa sobre su carrera.
Holbrooke volvió al sector privado durante la presidencia de George W. Bush. Sus escritos y discursos criticaban los años republicanos que ayudaron a construir el programa demócrata para el cambio y también dieron a conocer la disponibilidad de Holbrooke para un cargo en el nuevo gobierno.
El gobierno de Bush, dijo, "ha caído a un nivel de desempeño históricamente malo... Veo con pesar y alarma lo que hace el gobierno".
Al mismo tiempo predijo en 2008 que con Obama no habría una salida fácil de Afganistán, pronosticando que "la guerra costará mucho más y durará mucho, mucho más de lo que los estadounidenses creen... Esta guerra, que va en su séptimo año, será finalmente la más larga en la historia de Estados Unidos".
Cuando Obama designó a Holbrooke como enviado especial para Afganistán y Pakistán, se esperaban grandes cosas. Pero el nombramiento entraba en un periodo difícil.
El libro de Woodward, ‘Obama’s Wars’, informa que hacia fines de 2009 Holbrooke estaba perdiendo la fe en la misión en Afganistán y que Obama no le había avisado.
En 1995 Holbrooke se casó con su tercera esposa, la periodista Kati Marton, y la pareja se hizo conocida por las fiestas que montaban en su departamento en Central Park con estrellas del cine, presidentes del mundo, artistas y periodistas.
Además de su esposa, le sobreviven dos hijos de su primer matrimonio, David y Anthony.
[Katherine Skiba contribuyó a este artículo.]
29 de diciembre de 2010
10 de diciembre de 2010
©los angeles times
cc traducción mQh
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