marilyn monroe como vieja loca
columna de lísperguer
Marilyn Monroe, en ‘Los inadaptados’, es una sensible defensora del derecho a la vida de los caballos.
¿Puede Marilyn Monroe, por su memorable papel como Roslyn, en ‘Los inadaptados’, compartir con su personaje la nominación a heroína de los animalistas? Sus desesperados gritos de impotencia para impedir la captura de varios caballos salvajes que tres hombres, entre ellos su novio, se proponen vender como carne para hacer alimento para perros, incluyendo a una madre y su hijo, pueden ser elevados a la categoría de discurso. Se dice que este rol estuvo en el origen de su distanciamiento de Henry Miller, su esposo y guionista de la película. La fastidiaba no haber tenido unas frases más argumentadas y reprochaba a Miller no creerla capaz de actuar. Pero la Marilyn no desmerece como vieja loca. Muchas veces no se logra nada con argumentos razonados: ¿qué fría razón se puede esgrimir contra la explotación animal? Cuando presencia el dolor y desesperación de Roslyn, Gay (Clark Gable), abandona la cacería, libera a los caballos capturados y dice algo así como que tiene que buscar otra manera de ganarse la vida -mitad convencido, mitad impresionado y compadecido por el dolor de Roslyn.
La heroína animalista, sin embargo, debería ser Roslyn. Marilyn no lo era. En ‘Río sin retorno’ (1954), como Kay, se infiere que se come un asado de venado que ha cazado Matt Calder (Robert Mitchum) a instigación de su hijo Mark -un chiquilín de unos diez años que está lejos de ser un símbolo ni de pureza ni de inocencia. Marilyn misma llegó a escribir una receta para un relleno de pavo con carne de vaca y menudillos de hígado y corazón.
lísperguer
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