¿para qué viene?
columna de lísperguer
Con visita a Chile, presidente Obama busca engancharse en región. Pero con qué sentido de la oportunidad.
No se le pudo ocurrir a Obama un peor momento para vender lo que, de hecho, es la mera continuación de la política internacional de Bush, incluyendo guerras de agresión injustificadas. Los países europeos pueden mirar con alguna simpatía a Estados Unidos, porque la recompensa es una parte del botín que es Libia. Pero América Latina, como productora de recursos naturales, se encuentra en la misma posición que Libia y acá sentimos más simpatía por las víctimas de agresiones que por los victimarios. Obama mantiene la farsa de las comisiones militares, mantiene el campo de concentración de Guantánamo, mantiene las torturas, sigue protegiendo a terroristas y fomentando el terrorismo. Y es decepcionante que se acerque a Chile, uno de los países menos democráticos del continente. De la relación entre Obama y nuestro cleptómano de turno no puede surgir nada bueno.
lísperguer
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