en johanesburgo, ser gay puede ser fatal
En las barriadas negras de Suráfrica. Noxolo Nogwaza murió porque se vestía como hombre y no le tenía miedo a nadie, dicen amigos y conocidos en Kwa-Thema, una de las últimas víctimas de toda una serie de brutales violaciones y asesinatos de negras lesbianas.
[Robyn Dixon] Kwa-Them, Suráfrica. Una pluma de acre humo se eleva desde un sumidero abierto obstruido por totoras y botellas de plástico junto a un camino cubierto de lodo. Es un lugar dejado de la mano de Dios que pertenecerá siempre a Noxolo Nogwaza. Es aquí donde fue asesinada.
El espeso humo, de una fogata encendida por un curandero tradicional, cubre las caras de los que han venido a lamentarse, aportando nuevas lágrimas. La tía de Noxolo, Nonyaniso Nogwaza, sabe que ella está aquí, en alguna parte, más allá del humo que expulsará al demonio que todavía acecha.
Noxolo murió porque se vestía como hombre y no le tenía miedo a nadie, dicen amigos y partidarios en esta barriada. Es una de las últimas víctimas de una serie de brutales violaciones y asesinatos de mujeres negras y lesbianas que ha consternado al país. Suráfrica, un "país del arco iris" reconocidamente tolerante, es uno de pocos en el mundo que permite el matrimonio homosexual.
En un caso particularmente espeluznante este mes, una niña de trece años fue violada por un grupo de hombres debido a su orientación sexual, de acuerdo al ministerio de Justicia de Suráfrica.
El nombre Noxolo significa paz. Le encantaba el fútbol y la música kwaito, una especie de hip hop. Se crió con niños y se comportaba como uno de ellos. La joven de 24 vivía con su abuela y su amiga más íntima era su tía, Nonyaniso. Entre ellas nunca se habló de la sexualidad de Noxolo. No era necesario.
"Yo lo sabía, por la manera en que se comportaba. No me lo contó exactamente, pero yo lo sabía por el modo en que se vestía y porque le gustaba estar con hombres. Se vestía como hombre."
Noxolo salió del Bar Lounge en esta barriada al este de Johanesburgo a primeras horas de Pascua, el 24 de abril. Fue atacada en una calle detrás de un supermercado, a unos cincuenta metros de unas casas. Fue violada con una botella rota, apuñalada repetidas veces con cristales rotos y golpeada con ladrillos. Le sacaron todos los dientes y le partieron la cabeza con un pedazo de cemento.
"No quiero llorar. No voy a llorar", dice Nonyaniso, recordando el cuerpo de su sobrina, despojado de toda dignidad. Pero las lágrimas se le escapan. "La mataron como a un perro, como a un animal. Era maravillosa. Perdí a una amiga. Perdí a una hermana."
Nonyaniso acostumbraba a regalarle ropa de hombre a su sobrina. Ahora se encarga de los dos hijos de Noxolo: Lindiwe, una niña de cuatro años, y Sipho, un niño de siete.
Suráfrica tiene una Constitución liberal que proclama derechos iguales para todos, y la metropolitana Ciudad del Cabo cuenta con una floreciente escena homosexual. Pero para las lesbianas negras que viven en barriadas urbanas, en un continente tan homofóbico es poco mejor que en muchos otros países.
En una sociedad que es profundamente religiosa, tradicional y altamente patriarcal, las lesbianas y los homosexuales contradicen la opinión dominante sobre la masculinidad africana.
En todo África, los homosexuales son amenazados, humillados, violados, golpeados, asesinados, encarcelados, desnudados en titulares de periódicos, condenados por predicadores como herejes y vilipendiados por políticos y líderes tradicionales como no-africanos. En Uganda algunos políticos propusieron castigar la homosexualidad con la pena de muerte, castigo que recientemente fue retirado del proyecto de ley, que debe ser votado por el Parlamento.
En las barriadas surafricanas hay un crimen conocido como "violación correctiva", una violación para "curar" a las lesbianas, y a veces a homosexuales y transexuales. Les dicen que les están dando una lección: cómo ser una verdadera mujer o un verdadero hombre, denuncian las sobrevivientes.
"Dicen: ‘Te arreglaremos. Al final del día, serás una mujer y tendrás que buscarte un hombre’. Creen que ser gay no es africano y que estamos introduciendo otra cultura en la comunidad", dice Ntsupe Mohapi, 38, activista gay en Kwa-Thema que ha sido amenazada y molestada, pero no atacada.
Además de Noxolo, desde 2008 otras dos mujeres abiertamente gay han sido asesinadas en Kwa-Thema. Todas jugaban al fútbol, y eran iguales o mejores que la mayoría de los hombres. Todas ellas se vestían como hombres.
"La homosexualidad es vista como una importación de Occidente. Nos ven como traidoras de nuestra cultura y de la tradición... que somos una suerte de fuerza imperialista que está atacado el modo de vida africano", dice Fikile Vilakazi, de la Coalición de Lesbianas Africanas. El financiamiento occidental de la organización despierta sospechas.
Rodeadas por tramos de hierba seca y fábricas, las calles de Kwa-Thema resuenan con el sonido de bocinas y música. Los desempleados las recorren sin un objetivo preciso, aparentemente en cámara lenta. Una pintada en una roca dice: "Reza ahora". Una fábrica en ruinas ha sido convertida en templo. Se ve a un hombre sentado en una canasta volcada. Chicas en apretados tops, minifaldas y mallas recorren las calles. Enormes botillerías venden alcohol a los pobres. Durante años, dice Mohapi, las barriadas eran tan tolerantes con los homosexuales que las personas gay venían a vivir aquí desde otros rincones del país.
"El asunto es que aquí homosexuales y lesbianas no tenían miedo", dice Mohapi, que lleva gorra y vaqueros. Ella se crió en una familia extremadamente religiosa y suprimió su sexualidad hasta que cumplió los veinte, por temor a la reacción de sus padres. Se marchó de casa y le escribió una carta a su madre, explicándole todo. Aunque son muy amigas, nunca tocan ese tema.
"Nos reuníamos en Three One, o en casa de Thoko", cuenta, refiriéndose a dos casas particulares donde la gente gay es bienvenida. "Hablábamos mayormente sobre moda, nos reíamos, bebíamos y nos citábamos. Allá era donde encontrabas amigas."
No está claro por qué se evaporó la tolerancia en Kwa-Thema. Vilakazi dice que entre líderes tradicionales, elementos conservadores del gobernante Congreso Nacional Africano y algunos miembros de la comunidad, ha habido una reacción negativa contra la Constitución liberal de Suráfrica de después del apartheid.
Muntu Masombuka, 28, es un homosexual que vive en Kwa-Thema. En 2006 caminaba desde la iglesia hacia su casa cuando fue atacado por tres hombretones. Lo arrastraron hasta una casa, lo desnudaron, lo amarraron, lo golpearon y lo violaron.
"Dijeron que como yo me creía mujer, me mostrarían cómo trataban ellos a las mujeres. Me dijeron: ‘Los chicos no caminan así’. No pude pensar. Lloré hasta que dejaron de salirme lágrimas. Y volví desnudo a casa."
Conocía a sus agresores, pero dice que la policía se negó a tomar en serio su denuncia de violación.
"Me dijeron: ‘¿Cómo te pueden violar si eres un hombre? Deberías haberte defendido como hombre’. Dijeron: "Venga a oír a este chico. Dice que lo violaron. ¿Cómo se puede violar a un hombre?’ Yo estaba furioso, porque me estaban humillando."
A veces topa con sus agresores en Kwa-Thema. "Si los veo, escapo, o cambio de ruta."
Noxolo y las otras dos lesbianas asesinadas en la barriada fueron ultimadas en el periodo comprendido entre abril y junio, cuando en el hemisferio sur las noches se ponen más frías y el humo de las fogatas cuelga bajo en el aire.
En abril de 2008, la estrella del fútbol Eudy Simelane, 31, una mujer abiertamente gay que había jugado en la selección nacional de fútbol femenino, Banyana Banyana (Las Chicas, Las Chicas), fue violada colectivamente, apuñalada repetidas veces en el cuello, estómago y muslos y asesinada en lo que activistas de derechos humanos y por la igualdad homosexual consideran un crimen de odio.
Desde niña la encantaba jugar con un balón, y desde que era adolescente jugaba al fútbol en la calle con otros chicos de la barriada. Una de sus fotografías la muestra con el pelo rojo cortado al rape, con un jersey con el número 13.
S ’Gelane’ Nkosi, 37, que jugaba fútbol con Simelane en un equipo local, las Tsakane Ladies, fue apuñalada en la espalda en un club nocturno de Kwa-Thema en junio de 2009. Nkosi era "probablemente la lesbiana más visible de Kwa-Thema", una luchadora y activista que peleaba contra los crímenes de odio contra homosexuales y lesbianas.
La policía y los jueces se han demorado en asociar los asesinatos de las mujeres abiertamente homosexuales con su identidad sexual, acusan algunos activistas. El juez en el juicio de los asesinos de Simelane no hizo la conexión, diciendo que fue asesinada porque conocía a sus agresores.
Como la mayoría de las mujeres negras que viven abiertamente como lesbianas, Mohapi, la activista, es a menudo fastidiada en la calle por grupos de hombres. Uno o dos días más tarde, visita las casas de los que conoce, para tratar de educarlos sobre la homosexualidad.
"Les digo que no hay alternativa, que es como ser negro. Les digo que de las palabras odiosas surgen crímenes odiosos. Quizá tú te limitas a hablar, pero otros lo tomen en serio y me maten."
"Me dicen: ‘¿Cómo que no puedes cambiar? ¿Por qué no bajas el perfil y te quedas en casa?’ Les digo que no puedo, porque estoy luchando por las generaciones futuras. Si me quedo callada, esto seguirá toda la vida."
Lo hace aunque tiene miedo de que algún día la maten.
La tía de Noxolo, Nonyaniso, visitó su tumba el día después de la ceremonia de purificación para hablar con ella. Se arrodilló en la tierra, implorándole a su sobrina que no se rindiera.
"Me arrodillé y hablé con ella, rogando y rogando para que Noxolo siga peleando. No debe relajarse. Tiene que decirnos quiénes la mataron. Estoy esperando que me visite en sueños. Quizá me visite en un sueño. Pero ahora está tranquila."
Desempleada, vendiendo ropa de casa en casa para ganar algo de dinero, le queda poco para su hijito de nueve y teme no poder pagar la escuela de los hijos de su sobrina, que nacieron de relaciones previas con dos hombres.
El hijo de Noxolo, Sipho, sabe que su madre murió. Lindiwe, la niña, cree que está visitando amigas y que volverá pronto.
Pero cuando sean lo suficientemente maduros, Nonyaniso les contará que su madre fue asesinada. Les contará por qué.
11 de junio de 2011
27 de mayo de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh
0 comentarios