casta militar tiene los pañales sucios
columna de lísperguer
Nuevo director de Carabineros, general González, fue acusado de participación en un caso de desaparición forzada durante la dictadura.
Es una lástima que este general aparezca implicado en esa desaparición, que es ciertamente un asesinato. Que la Corte Suprema lo haya absuelto, sobre todo después de sus acostumbrados fallos de dudosa legitimidad (cuando, por ejemplo, aplican prescripción en casos de derechos humanos, que son imprescriptibles, o amnistía en casos de delitos inamnistiables) con que se han destacado los jueces de la II Sala, hará sacar a muchos la conclusión contraria. Es penoso, y está empezando a ser patético, que la tercera edad pinochetista, todavía con la ilusión de no pagar por sus crímenes, no sea capaz de acumular coraje para soltar las riendas y dejar que el país vuelva a respirar. Sus amigos debieran decirles que si creen que alguna vez tuvieron un papel justificable, llevan demasiado tiempo sosteniendo una quimera enfermiza y que ciertamente nadie los necesita.
Una condición indispensable para la fundación de una nueva derecha decente es precisamente que de verdad rompa lazos con el pinochetismo, con el que nunca debió aliarse, y jure lealtad a los principios de la democracia y la libertad y vuelva a iniciar su liberalismo a partir de los derechos humanos y las libertades personales, y no de la bruta e inútil codicia capitalista.
Una derecha reformulada atraería a muchos ciudadanos que hoy día van por la vida votando por la izquierda. Este general, así como todos los otros asociados de algún modo al pinochetismo, debiesen apartarse y dejar el espacio para oficiales capaces de entender los nuevos retos de Chile, el principal de los cuales es ciertamente la construcción de una democracia verdadera y legítima.
lísperguer
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