saqueos y venganzas en libia
Rebeldes de Misurata, que sufrieron enormemente durante la rebelión contra Moamar Gadafi, han saqueado y destruido casas en la ciudad natal del ex líder libio.
[Ruth Sherlock] Abu Hadi, Libia. Las fuerzas leales a los líderes del gobierno de transición de Libia saquearon e incendiaron el miércoles casas de civiles en el pueblo recientemente ocupado de Abu Hadi, cerca de la sitiada Sirte, la tierra natal tribal del derrocado líder Moamar Gadafi.
El humo se elevó en el cielo formando espirales mientras los combatientes, la mayoría de ellos de la ciudad de Misurata al occidente del país, arrojaban bombas y granadas en casas abandonadas en el pueblo, un centro de la tribu de Gadafi, los Gadafa.
Gritando y blandiendo armas, los combatientes de Misurata extrajeron un Ford Mustang de un garaje. Otros combatientes subieron un Chevrolet a un camión.
El nuevo gobierno de transición de Libia ha instado a los combatientes a no saquear ni efectuar ataques en venganza. Pero Misurata sufrió mucho durante la guerra, y los oficiales han admitido que controlar a sus feroces y vengativos soldados ha sido difícil.
"Las brigadas de Misurata se están vengando de lo que los soldados de ese pueblo les hicieron a ellos", dijo Fatih Shobash, 22, combatiente de un brigada oriental que también estaba tomando parte en la ofensiva contra Sirte. "Están quemando las casas, robando el oro y matando a los animales."
La toma de Abu Hadi, un descampado en el desierto a unos veinte kilómetros al sur de Sirte que fue ocupado en los últimos días después de feroces combates, ha sido una victoria simbólica para las fuerzas del gobierno transicional. Se trata del pueblo donde se supone que nació Gadafi en una tienda beduina en 1942, aunque Sirte es mencionada a menudo como su lugar de nacimiento.
Algunos combatientes dijeron que andaban buscando armas.
Un paramédico que trabajaba con los rebeldes volvió a su casa en Abu Hadi para encontrarla saqueada y su padre, un ex oficial del ejército libio, desaparecido, posiblemente detenido por las fuerzas anti-Gadafi. El paramédico, que se negó a decir su nombre por temor a represalias, dijo que había visitado centro de detención tras centro de detención buscando a su padre, sin encontrarlo todavía.
Dijo que llegó a la zona recién "liberada" y encontró su casa convertida en un caos. "Este es mi dormitorio", dijo, señalando un catre volcado. El televisor estaba roto, y entre la ropa apilada en el suelo estaba, roto, el álbum familiar.
Decenas de casas fueron saqueadas. Los saqueadores arrojaron posesiones personales al suelo.
Un grupo de hombres de edad esperaban en un garaje, protegiendo sus casas en la cercanía.
"Rebeldes de Misurata llegaron a vigilar las casas, cogieron las armas y se robaron mi coche y el de mi vecino", dijo Muftah Gaddadfa, 60. "Vinieron tres veces en un solo día, dejaron las paredes de nuestras casas agujereadas por impactos de bala y rompieron el armario. Lo hicieron frente a nuestras mujeres y niños."
Más de mil cien personas de Misurata murieron en combate durante la rebelión contra Gadafi, dicen funcionarios del ayuntamiento. La muerte de sus compañeros y parientes están todavía frescas en la memoria de los rebeldes que hicieron retroceder de Misurata a las tropas de Gadafi.
Con una estructura de comando dispersa, los líderes de algunas brigadas de Misurata han sido incapaces de controlar a sus hombres. Algunos dijeron que temían represalias mayores a medida que avanzaban las milicias de Misurata.
"Este es el coste de la revolución", dijo el coronel Bashir Budafira, comandante de la brigada Mártires de Ajdabiya, con sede en el este de Libia.
[Sherlock es un corresponsal especial.]
[Patrick J. McDonnell en Beirut contribuyó al reportaje.]
11 de octubre de 2011
6 de octubre de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer
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