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eeuu con militares baazistas


[Robin Wright] Estados Unidos planea recontratar a antiguos miembros del partido dominante de Iraq, el Partido Baaz, y a oficiales iraquíes de alto rango despedidos después del derrocamiento de Sadam Husein, en un esfuerzo por remediar el daño causado por sus medidas más polémicas en Iraq, según personeros americanos.
L. Paul Bremer, el administrador de Iraq, propuso un cambio de política y ampliar la estrategia para hacer volver al redil a la poderosa minoría suní y minar el apoyo a la insurgencia en el volátil Triángulo Suní, dos de los desafíos más persistentes de la ocupación americana, dijeron los funcionarios. Ambas medidas son esenciales para la reconciliación nacional; son cada vez más importantes a medida que la ocupación alcanza su fin.
"La minoría suní de Iraq está muy marginalizada, y mientras más gente saquemos de las listas de parias, más se involucrará la comunidad en asuntos políticos", declaró un enviado de alto rango de un país de la alianza liderada por los Estados Unidos.
La administración de Bush está dándole cuerpo a los detalles, y espera concluir esta semana. Pero los Estados Unidos, respaldados por Inglaterra, han decidido en principio, como lo expresan varios funcionarios, "ajustar" o "ablandar" las rígidas reglas que condujeron al despido de los iraquíes que eran miembros del Partido Baaz de posiciones importantes de gobierno y funciones en campos tales como la enseñanza y la medicina.
La coalición liderada por Estados Unidos está recontratando a oficiales militares de alto rango para proveer de liderazgo al frágil nuevo ejército iraquí, con el nombramiento la semana pasada en posiciones importantes de más de media docena de generales del ejército de Husein, informaron personeros americanos. El general de ejército John P. Abizaid, jefe del Comando Central, está tratando de identificar a otros comandantes que puedan ser recontratados, agregaron los funcionarios.
"Las decisiones que se tomaron hace un año han empeorado la situación en el terreno de operaciones desde entonces. Deshacer estas medidas es un triunfo de la visión en el terreno sobre políticas elaboradas originalmente en Washington, declaró un oficial americano de alto rango ocupado de la formulación de políticas sobre Iraq. Irónicamente, las dos medidas eran las primeras tomadas por Bremer, que las trajo de Washington, cuando llegó a Bagdad a asumir el liderato de la ocupación bajo mando americano el pasado mayo.
El gobierno dice que ninguna de las medidas es un retroceso, pero expertos en política internacional dijeron que a los iraquíes en la práctica eso es lo que les parece. "Estamos revisando la implementación de medidas para ver cómo equilibrar mejor el deseo de emplear el conocimiento local disponible con la necesidad de justicia", declaró Sean McCormack, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad.
El primer paso en la revisión de la política con respecto a los viejos baazistas será rehabilitar a casi 11 mil maestros y cientos de profesores despedidos después del derrocamiento de Husein el año pasado, declararon funcionarios americanos. "Son personas que fueron tratados injustamente por el sistema. Su condición de baazistas no reflejaba su papel en el partido", dijo un funcionario de alto rango del Gobierno Provisional de la Coalición.
Pero, finalmente, el objetivo a largo plazo es reclutar a miles de otros suníes capacitados para funciones críticas en la reconstrucción de Iraq.
"Más ampliamente, [esta estrategia] está tratando de llegar a los suníes y hacerlos sentirse parte del proceso y darles parte en él sin alejar al resto de Iraq, particularmente a los chiíes y kurdos", dijo un funcionario de alto rango de la administración familiarizado con las discusiones.
Los baazistas de los cuatro primeros niveles del partido fueron despedidos y el ejército fue desmovilizado porque eran vistos como los principales instrumentos del gobierno de Husein -dominado por los suníes. La continuación de su presencia era vista como una amenaza para la transición, incluso si grandes cantidades de iraquíes se estaban incorporando para asegurarse un empleo o incluso para sobrevivir, reconocieron ahora funcionarios americanos. Se les permitió apelar para ser reincorporados al trabajo, un proceso que ha demostrado ser lento y pesado y que ha despertado la antipatía de vastas cantidades de suníes, que son el objetivo principal, dijeron funcionarios de la administración.
El gobierno está considerando un amplio rango de opciones, tales como un acercamiento más activo que identifique a otros grupos de profesionales suníes para ser reinstalados, o acelerar el proceso en curso creando una nueva comisión para tratar las peticiones. El comité encargado con la "de-baazificación" está dirigido por Ahmed Chalabi, un musulmán chií y polémico político en el Consejo de Gobierno.
La administración no ha decidido hasta dónde llegar en los cuatro niveles superiores del Partido Baaz. Pero el gobierno de la alianza liderada por los Estados Unidos sólo quiere iraquíes sin antecedentes para ser rehabilitados en posiciones de gobierno o militares, dijeron funcionarios del gobierno de la coalición.
Las dos medidas han estado bajo fuego durante meses dentro y fuera de la administración.
"Esas medidas no debieron implementarse nunca, porque no teníamos suficiente información sobre el Partido Baaz. Y la idea de desmantelar el partido fue mal concebida y basada en la ignorancia, incluso cuando estaba claro que teníamos que hacer algo. El Gobierno Provisional de la Coalición actuó de cualquier manera", dijo Timothy Carney, viejo embajador americano que ha servido en Iraq en los primeros meses después de la ocupación. "El desmantelamiento del ejército se hizo también apresuradamente".
Los crecientes enfrentamientos entre tropas americanas e insurgentes suníes en los alrededores de Faluya este último mes ha acelerado el debate dentro del gobierno, dijo un funcionario de alto rango del Departamento de Estado. El gobierno quiere contrapesar la presión militar con incentivos políticos y económicos para impedir que se profundice el alejamiento de la mayoría suní, dijo.
El problema más grande y desconocido es cómo reaccionará ante estas medidas la mayoría chií de Iraq, históricamente oprimida por la minoría suní, dijeron funcionarios de la administración. Al re-instalar a oficiales militares en sus posiciones, Estados Unidos presta atención al equilibrio entre facciones étnicas y religiosas. Los primeros tres exgenerales rehabilitados esta semana son un musulmán suní, un chií y un kurdo.

22 abril 2004
©he washington post
cc traducción mQh

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