Blogia
mQh

días peligrosos


El tribunal judicial de la Organización de Al Qaeda en Iraq ha resuelto que es un debe mantener la ley de Dios y matar a los que se han declarado socios de Dios para redactar esta constitución. Abu Musab Zarqawi.
Con esa declaración, que apareció el jueves en un sitio en la red de al Qaeda, la red de al Qaeda en Iraq hizo al menos explícitos los objetivos de la resistencia iraquí: impedir que un gobierno constitucional y libremente elegido asuma el poder y promulgar en su lugar una república islámica totalitaria.
En cierto sentido, esta amenaza de muerte podría consolar a los americanos que pelean en Iraq y a los iraquíes que hacen esfuerzos por terminar su retrasada constitución, que se supone que debe estar lista este lunes. Si al Qaeda se hubiese propuesto demostrar que la guerra en Iraq gira realmente sobre la democracia -y no sobre el petróleo, soberbia o el imperialismo-, sus líderes no pudieron haberlo dejado más claro. La declaración también destacó la creciente brecha entre los clérigos islámicos que quieren una constitución y los que quieren dictadura. Poco después de reunirse con el clérigo chií más importante de Iraq, el gran ayatollah Ali Sistani, otro líder musulmán sunní, Abdul Aziz Hakim, dijo a una multitud en la ciudad santa de Nayaf que apoyaba la constitución para unificar al país. "No debemos dejar pasar esta oportunidad", dijo.
Pero la declaración también ilustra la extraordinaria importancia de completar la constitución lo antes posible: Si por algo, la importancia de terminarla lo más cerca posible del plazo límite del 15 de agosto es mayor hoy que hace una semana. Mientras que un retraso de uno o dos días no sería trágico, un retraso más largo podría empujar al país en un caos mayor, particularmente si los opositores insurgentes de la constitución empiezan a creer que su estrategia da resultados. Líderes americanos, europeos y árabes deberían, en los próximos días, concentrar sus esfuerzos en persuadir, engatusar y doblar la mano de los iraquíes para que hagan compromisos. El futuro de la democracia iraquí depende de ello.

13 de agosto de 2005
©washington post
©traducción mQh


0 comentarios