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iraquíes no controlarán seguridad


[Lee Keath] Bagdad, Iraq. Las fuerzas de seguridad iraquíes no estarán listas para proteger al país contra los insurgentes en el momento en que se traspase la soberanía este 30 de junio, declaró un alto cargo de la administración americana el domingo. Con esta evaluación se pretende defender la continuada y fuerte presencia de tropas aquí incluso después de que gobierno iraquí asuma el mando.
Las declaraciones inusualmente francas de L. Paul Bremer se produjeron en un fin de semana en que nuevos combates elevaron el número de bajas mortales de las tropas estadounidenses a 99 en abril, lo que por sí mismo ya es un récord para un solo mes en Iraq y se aproxima al número de bajas durante la invasión que derrocó a Sadam Husein el año pasado.
Los militares han planeado siempre quedarse después de 30 de junio, cuando Estados Unidos traspase la soberanía a Iraq. En meses recientes, funcionarios de la coalición reconocieron que la transferencia de las labores de seguridad será considerablemente más lenta que lo esperado, debido a que las fuerzas iraquíes no están preparadas.
Pero Bremer declaró que los combates en todo el país este mes pusieron a la luz la profundidad de los problemas al interior de las fuerzas de seguridad.
"Los acontecimientos de las pasadas semanas demuestran que Iraq todavía hace frente a amenazas a la seguridad y necesita ayuda exterior para combatirlas. Antes este mes, los enemigos de la democracia asaltaron estaciones de la policía iraquí y ocuparon edificios públicos en varias zonas del país", dijo. "Las fuerzas iraquíes fueron incapaces de detenerlos".
"Está claro que, dejadas a sí mismas, las fuerzas iraquíes no serán capaces de hacer frente a estas amenazas el 30 de junio, cuando un gobierno iraquí asuma la soberanía", dijo Bremer en una declaración dada a conocer por la coalición.
Con las fuerzas de la coalición combatiendo en dos frentes y una violencia insurgente estallando en todas partes, al menos 99 soldados estadounidenses han muerto en combates desde el 1 de abril. En el último estallido de violencia, cinco marines y cinco soldados encontraron la muerte el sábado.
Un total de 115 soldados han muerto en combate desde el comienzo de la invasión dirigida por Estados Unidos entre marzo y el 1 de mayo de 2003, cuando el presidente Bush declaró que los principales combates habían terminado. Hasta ahora, el mes récord de bajas fue noviembre, con 82. En Iraq han muerto alrededor de 700 soldados americanos.
Este fin de semana, al menos 40 iraquíes murieron, elevando el número de bajas iraquíes en abril a más de 1.050.
También este domingo el primer ministro español ordenó el retiro de las tropas españolas de Iraq tan pronto como posible, cumpliendo una promesa electoral realizada tras el atentado terrorista de Madrid, que militantes de Al Qaida declararon que se trataban de represalias por el apoyo de España a la guerra.
Ali Allawai, el ministro iraquí de Defensa y shií, nombrado por Estados Unidos hace dos semanas, anunció que con dos generales de primera línea, un suní y un kurdo, establecería representantes de las tres comunidades más importantes del país en posiciones claves de la defensa.
El general en jefe del ejército será el general Babakir Zebari, que dirigió durante décadas a los milicianos kurdos en el norte y luchó junto a las tropas de la coalición durante la invasión del año pasado. El jefe del Estado Mayor será Amer al-Hashimi, suní y antiguo general de la infantería iraquí hasta su retiro en 1997.
Personeros estadounidenses han estado reconstruyendo el ejército a partir de cero, preparando el entrenamiento de los reclutas y nombrado a Allavi como su director civil.
Pero los combates recientes han mostrado las debilidades y los sentimientos encontrados de las fuerzas armadas. Un batallón del ejército rehusó unirse a los marines en el sitio de Faluya, diciendo que no tenían intención de luchar contra otros iraquíes. Durante la sublevación de la milicia shií en el sur, muchos agentes de policía abandonaron sus puestos al darse cuenta de que estaban en inferioridad de hombres o por simpatizar con la causa de la milicia.
En Husaybaj, cerca de la frontera siria, los insurgentes emboscaron el sábado por la mañana a una patrulla de marines, iniciando una batalla que duró todo el día contra 150 milicianos armados, dijo el portavoz de la marina, el teniente Eric Knapp. Cinco marines y hasta 30 insurgentes murieron, declaró. Personeros del hospital dijeron que había civiles entre los muertos, como también el jefe de la policía local.
Los combates continuaron el domingo en tres barrios de Husaybaj, que fue cerrado por las tropas americanas. Una región suní localizada al otro extremo de la provincia Anbar, al oeste del país, también cobija a Faluya y Ramadi, dos bastiones de la guerrilla.
Tres soldados murieron el sábado cuando un convoy de la Primera División Blindada fue emboscada cerca de la sureña ciudad de Diwaniya. En Bagdad, una mujer murió cuando una bomba explotó cerca de un convoy, y un soldado estacionado con los marines murió en una acción -no relacionada con los combates en la frontera siria- en el oeste de Iraq.
También murió un soldado al volcarse un tanque, y otro fue electrocutado en un accidente en la norteña ciudad de Samara.
Cohetes dirigidos contra una base militar en el oeste de Bagdad hicieron blanco cerca de un área civil, matando a dos civiles iraquíes. También fueron heridos dos guardias privados norteamericanos y un soldado.
Personeros estadounidenses y representantes de Faluya informaron de progresos en las negociaciones para frenar la violencia en el sitio -que lleva ya 16 días- de los marines el viernes y sábado mientras que el intercambio de fuego en la ciudad siguió todo el día. Las negociaciones se reanudarán el lunes.
El sábado, los insurgentes abrieron fuego contra un tanque estadounidense desde un edificio, que retornó el fuego y destruyó el edificio, cercano a una mezquita. Milicianos armados dispararon desde el minarete de una mezquita.
El domingo, sin embargo, transcurrió en calma.
Entretanto las tropas americanas lucharon para mantener el control de las carreteras de Iraq, cerrando las rutas más importantes a causa de la violencia de los insurgentes.
El ejército anunció que la carretera hacia Jordania sería cerrada en la entrada oeste de Bagdad. La principal ruta norte fue cerrada por una extensión de 42 millas fuera de la capital. También fue clausurada una sección de 90 millas de la principal carretera sur que conecta a Bagdad con Basra y Kuwait.
Las guerrillas en los alrededores de Bagdad han estado atacando líneas claves de aprovisionamiento militar, obligando al ejército a depender más fuertemente del transporte aéreo para el suministro de provisiones, aunque los comandantes dicen que no hay deficiencias serias en ninguna unidad.
La violencia amenaza con frustrar los esfuerzos de reconstrucción estadounidenses. Más de mil 500 ingenieros y contratistas extranjeros han huido de Iraq por temor a ser secuestrados o matados, dijo el ministro iraquí de Vivienda, Bayan Baqer, el domingo. Cerca del 40 por ciento de las provisiones del ejército en alimentos, agua y repostaje es asegurado por contratistas privados.
Los convoyes del ejército han agregado más escoltas armados y han variado las rutas y los horarios, dijo el coronel James P. Chambers, comandante del 13er Cuerpo de Apoyo Logístico del ejército, que se ocupa de operaciones militares de aprovisionamiento en todo Iraq.
En Kuwait, donde el Tercer Ejército está a cargo del transporte de mercaderías dentro y fuera de Iraq, más cargo se está haciendo por aire, dijo el portavoz del ejército, el teniente Robert Johnson.
"Algunos soldados pueden pasar escaseces. Todo el país es todavía un lugar muy peligroso", dijo Johnson.
También el domingo un soldado británico fue herido en un combate en la sureña ciudad de Amara, dijo un portavoz. Un vehículo militar fue visto en llamas mientras iraquíes gritaban lemas a favor del clérigo shií radical Mujtada al-Sáder.

El corresponsal de AP, Jim Krane, contribuyó a este reportaje.
Nota mQh: en el texto en inglés, "fulfilling a campaign promise made after terrorist bombings that al-Qaida militants said were reprisal for Spain´s support of the war".
En honor a la verdad, el retiro de las tropas españolas hacía parte del programa electoral del candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, y es con mucho anterior a los atentados del 11 de marzo en Madrid.
©the new york times ©mQh

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