choques con milicia chií
[Joshua Partlow y Jonathan Finer] Importante criminal capturado en allanamiento.
Bagdad, Iraq. Tropas iraquíes irrumpieron en la ajetreada barriada de Ciudad Sáder, en Bagdad, poco antes del amanecer el viernes y se enfrentaron a las milicias del barrio, desencadenándose un intenso tiroteo que terminó con 30 a 40 milicianos muertos o heridos, de acuerdo a oficiales estadounidenses.
Usando gafas ultravioletas y armas láser, el ejército iraquí, apoyado por tropas de la coalición, allanaron cuatro casas y capturaron a cinco hombres. Uno era "un criminal muy importante", que dirige "varias células insurgentes" responsable de secuestros y asesinatos, entre ellos la muerte de dos soldados iraquíes, dijo el general de división William B. Caldwell IV, portavoz de los militares estadounidenses.
Los militares estadounidenses no identificaron a las fuerzas rivales en el enfrentamiento, pero Ciudad Sáder es controlada por el Ejército Mahdi, una poderosa milicia chií musulmana leal al clérigo agitador Moqtada al-Sáder. La increíble influencia política del clérigo convierte a su milicia en un blanco delicado, y los ataques contra la milicia han provocado levantamientos populares en el pasado.
El enfrentamiento, que duró 43 minutos, empezó cuando las tropas iraquíes retornaron el fuego tras ser atacados con lanzagranadas, dijo Caldwell. Con el respaldo de la aviación norteamericana, las tropas iraquíes hicieron volar las puertas de cuatro casas durante el allanamiento, mientra soportaban granadas y el fuego de armas ligeras desde los tejados, dijeron oficiales norteamericanos.
Los militares estadounidenses no identificaron al individuo "muy importante" capturado, pero Caldwell dijo que participaba en un "comité de castigo que implementa decisiones de grupos de vigilantes". También dijo que importaba armas de Siria a Iraq.
Uno de los miembros más notorios del Ejército Mahdi, acusado de ser responsable de varios asesinatos, es un hombre conocido como Abu Dura. Pero "no hay confirmación de que Abu Dura haya sido capturado" en el allanamiento, dijo el mayor James F. Lowe, portavoz del ejército estadounidense.
Miembros del Ejército Mahdi, que confirmaron su participación en el enfrentamiento, dijeron que fueron atacados sin mediar provocación. Un portavoz de Sáder en Bagdad, Abdul Hadi al-Daraji, llamó el tiroteo de "peligrosa escalada y un acto criminal de parte de las fuerzas estadounidenses".
En otra operación, fuerzas estadounidenses capturaron a un comandante rebelde en la provincia de Babil, al que los servicios de prensa identificaron como Adnan al-Unaybi, cabecilla del Ejército Mahdi en las zonas del sur de Bagdad. El rebelde capturado está acusado del contrabando de armas, de espiar para Irán, de atentados contra fuerzas de la coalición y de incitar a la violencia religiosa, dijeron los militares norteamericanos en una declaración.
El allanamiento de Ciudad Sáder y la captura del cabecilla rebelde son evidencias de que el primer ministro Nouri al-Maliki ha empezado a cumplir con su promesa de desmantelar a las violentas milicias chiíes.
Vérselas con el Ejército Mahdi ha sido durante mucho tiempo un espinudo reto para las fuerzas estadounidenses e iraquíes, que aplastaron dos levantamientos de Sáder en 2004. Aunque oficiales norteamericanos han acusado al grupo de contribuir al aumento de la violencia religiosa aquí en los últimos meses, políticos leales a Sáder controlan más de 30 escaños en el parlamento iraquí y varios puestos de gabinete, haciendo de la milicia un blanco políticamente arriesgado.
En la sureña ciudad iraquí de Nayaf, los combatientes del Ejército Mahdi se reunieron el viernes para enterrar a sus muertos en el enorme camposanto de los chiíes.
"Estábamos durmiendo en los tejados de nuestras casas porque no teníamos electricidad. Salimos a la calla a ver qué pasaba y descubrimos que había helicópteros norteamericanos atacando y disparando contra las casas", dijo Jasim Muhammed, 36, miembro del Ejército Mahdi que dijo que su primo había muerto en el enfrentamiento de Ciudad Sáder.
Otro combatiente de Mahdi, Qais Shawkat, 56, dijo que fuerzas americanas e iraquíes atacaron un funeral de milicianos que habían muerto recientemente, matando a un hombre e hiriendo a varios otros. La televisión iraquí mostró multitudes de personas escoltando las furgonetas que trasladaban los ataúdes y los restos de lo que se dijo había sido la tienda funeraria.
Shawkat dijo que el Ejército Mahdi tiene órdenes de Sáder de no luchar contra las fuerzas estadounidenses. "Así que no peleamos. Estábamos sorprendidos. No esperábamos que los norteamericanos vinieran a atacarnos", dijo.
El choque con la milicia se produjo en el día en que los senadores demócratas Joseph R. Biden Jr. (Delaware) y Jack Reed (Rhode Island) recorrían Iraq. Sus visitas incluyen paradas en Bagdad y Basra y encuentros con Maliki y miembros del gabinete.
Biden dijo que observaba pocas diferencias en cuanto a la seguridad desde su visita anterior durante las elecciones de diciembre. "Han aumentado los incidentes, han crecido, en los últimos meses, las milicias, y no me impresiona demasiado", dijo Biden.
Dijo que encontraba "inquietante" que el gobierno chií no parecía comprender la urgencia acerca de incorporar a los líderes sunníes al proceso político. A menos que haya una fuerza policial fiable y un compromiso más grande de los sunníes en cuanto a la paz, dijo Biden, "no sé cómo van a lograr superar esta situación".
Biden dijo que de aquí a un año, si no hay progresos significativos en la reducción de la violencia religiosa y en el desmantelamiento de las milicias, y mucho más estabilidad, "realmente en mi opinión no habrá ningún motivo para mantener fuerzas americanas significativas aquí".
Entretanto, el festivo del viernes fue interrumpido por ataques contra mezquitas chiíes y sunníes. Un coche-bomba explotó después de las oraciones en la mezquita sunní de Mustafá, al oeste de Bagdad, causando la muerte de siete fieles y tres guardias de la mezquita, dijo el coronel Sami al-Masrawi, del ministerio del Interior.
Al sur de Bagdad, proyectiles lanzados con lanzagranadas impactaron una patrulla conjunta del ejército y la policía iraquíes que custodiaban la mezquita chií de al-Sajad, matando a dos fieles y a dos agentes de policía, dijo Masrawi.
Usando gafas ultravioletas y armas láser, el ejército iraquí, apoyado por tropas de la coalición, allanaron cuatro casas y capturaron a cinco hombres. Uno era "un criminal muy importante", que dirige "varias células insurgentes" responsable de secuestros y asesinatos, entre ellos la muerte de dos soldados iraquíes, dijo el general de división William B. Caldwell IV, portavoz de los militares estadounidenses.
Los militares estadounidenses no identificaron a las fuerzas rivales en el enfrentamiento, pero Ciudad Sáder es controlada por el Ejército Mahdi, una poderosa milicia chií musulmana leal al clérigo agitador Moqtada al-Sáder. La increíble influencia política del clérigo convierte a su milicia en un blanco delicado, y los ataques contra la milicia han provocado levantamientos populares en el pasado.
El enfrentamiento, que duró 43 minutos, empezó cuando las tropas iraquíes retornaron el fuego tras ser atacados con lanzagranadas, dijo Caldwell. Con el respaldo de la aviación norteamericana, las tropas iraquíes hicieron volar las puertas de cuatro casas durante el allanamiento, mientra soportaban granadas y el fuego de armas ligeras desde los tejados, dijeron oficiales norteamericanos.
Los militares estadounidenses no identificaron al individuo "muy importante" capturado, pero Caldwell dijo que participaba en un "comité de castigo que implementa decisiones de grupos de vigilantes". También dijo que importaba armas de Siria a Iraq.
Uno de los miembros más notorios del Ejército Mahdi, acusado de ser responsable de varios asesinatos, es un hombre conocido como Abu Dura. Pero "no hay confirmación de que Abu Dura haya sido capturado" en el allanamiento, dijo el mayor James F. Lowe, portavoz del ejército estadounidense.
Miembros del Ejército Mahdi, que confirmaron su participación en el enfrentamiento, dijeron que fueron atacados sin mediar provocación. Un portavoz de Sáder en Bagdad, Abdul Hadi al-Daraji, llamó el tiroteo de "peligrosa escalada y un acto criminal de parte de las fuerzas estadounidenses".
En otra operación, fuerzas estadounidenses capturaron a un comandante rebelde en la provincia de Babil, al que los servicios de prensa identificaron como Adnan al-Unaybi, cabecilla del Ejército Mahdi en las zonas del sur de Bagdad. El rebelde capturado está acusado del contrabando de armas, de espiar para Irán, de atentados contra fuerzas de la coalición y de incitar a la violencia religiosa, dijeron los militares norteamericanos en una declaración.
El allanamiento de Ciudad Sáder y la captura del cabecilla rebelde son evidencias de que el primer ministro Nouri al-Maliki ha empezado a cumplir con su promesa de desmantelar a las violentas milicias chiíes.
Vérselas con el Ejército Mahdi ha sido durante mucho tiempo un espinudo reto para las fuerzas estadounidenses e iraquíes, que aplastaron dos levantamientos de Sáder en 2004. Aunque oficiales norteamericanos han acusado al grupo de contribuir al aumento de la violencia religiosa aquí en los últimos meses, políticos leales a Sáder controlan más de 30 escaños en el parlamento iraquí y varios puestos de gabinete, haciendo de la milicia un blanco políticamente arriesgado.
En la sureña ciudad iraquí de Nayaf, los combatientes del Ejército Mahdi se reunieron el viernes para enterrar a sus muertos en el enorme camposanto de los chiíes.
"Estábamos durmiendo en los tejados de nuestras casas porque no teníamos electricidad. Salimos a la calla a ver qué pasaba y descubrimos que había helicópteros norteamericanos atacando y disparando contra las casas", dijo Jasim Muhammed, 36, miembro del Ejército Mahdi que dijo que su primo había muerto en el enfrentamiento de Ciudad Sáder.
Otro combatiente de Mahdi, Qais Shawkat, 56, dijo que fuerzas americanas e iraquíes atacaron un funeral de milicianos que habían muerto recientemente, matando a un hombre e hiriendo a varios otros. La televisión iraquí mostró multitudes de personas escoltando las furgonetas que trasladaban los ataúdes y los restos de lo que se dijo había sido la tienda funeraria.
Shawkat dijo que el Ejército Mahdi tiene órdenes de Sáder de no luchar contra las fuerzas estadounidenses. "Así que no peleamos. Estábamos sorprendidos. No esperábamos que los norteamericanos vinieran a atacarnos", dijo.
El choque con la milicia se produjo en el día en que los senadores demócratas Joseph R. Biden Jr. (Delaware) y Jack Reed (Rhode Island) recorrían Iraq. Sus visitas incluyen paradas en Bagdad y Basra y encuentros con Maliki y miembros del gabinete.
Biden dijo que observaba pocas diferencias en cuanto a la seguridad desde su visita anterior durante las elecciones de diciembre. "Han aumentado los incidentes, han crecido, en los últimos meses, las milicias, y no me impresiona demasiado", dijo Biden.
Dijo que encontraba "inquietante" que el gobierno chií no parecía comprender la urgencia acerca de incorporar a los líderes sunníes al proceso político. A menos que haya una fuerza policial fiable y un compromiso más grande de los sunníes en cuanto a la paz, dijo Biden, "no sé cómo van a lograr superar esta situación".
Biden dijo que de aquí a un año, si no hay progresos significativos en la reducción de la violencia religiosa y en el desmantelamiento de las milicias, y mucho más estabilidad, "realmente en mi opinión no habrá ningún motivo para mantener fuerzas americanas significativas aquí".
Entretanto, el festivo del viernes fue interrumpido por ataques contra mezquitas chiíes y sunníes. Un coche-bomba explotó después de las oraciones en la mezquita sunní de Mustafá, al oeste de Bagdad, causando la muerte de siete fieles y tres guardias de la mezquita, dijo el coronel Sami al-Masrawi, del ministerio del Interior.
Al sur de Bagdad, proyectiles lanzados con lanzagranadas impactaron una patrulla conjunta del ejército y la policía iraquíes que custodiaban la mezquita chií de al-Sajad, matando a dos fieles y a dos agentes de policía, dijo Masrawi.
Saad Sarhan en Nayaf y Naseer Nouri y Bassam Sebti en Bagdad contribuyeron a este reportaje.
8 de julio de 2006
©washington post
©traducción mQh
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