Blogia
mQh

tras asesinato de activista prostituta


[Claudia Korol] La destitución del gobernador de la provincia de Rosario se produce después de fuertes protestas contra la impunidad de las autoridades provinciales en casos de violaciones a los derechos humanos y corrupción. El asesinato de Sandra Cabrera, dirigente del sindicato de prostitutas de Rosario, se sumó a los cometidos por el hijo del jefe de policía de Santiago del Estero. Se acerca el fin del poder de los caudillos argentinos.
El 27 de enero de 2004 se cumplió un mes del asesinato de Sandra Cabrera, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar), seccional Rosario.
Distintas organizaciones populares convocaron a una marcha nacional hasta Rosario, donde se realizó el acto central de protesta contra la impunidad de los asesinos.
Luego de los actos que culminaron en la Plaza San Martín, la memoria se mezcló con el carnaval en el Barrio Ludueña, donde fue asesinado el 19 de diciembre del 2001 Pocho Lepratti, militante cristiano que impulsó la organización de los ‘Chicos del Pueblo'.
Son ellos, los Chicos del Pueblo los que hoy dicen, convocando a su carnaval: "Sandra sigue con nosotros en las esquinas, en los barrios, enseñándonos la dignidad. Sí, porque aunque no la conocimos sabemos muy bien lo que significa que tu mamá salga a la calle a darlo todo para que nunca tengas que pasar lo que ella vivió. Cuesta mucho entender que la desesperación te hace salir a buscar como sea lo que nunca tuviste. Que lo que se siente es la necesidad de que el día pase, amanecer un día más, hacer lo que sea para que todo duela un cachito menos. Por eso con Pocho habíamos empezado a organizarnos con otros pibes más chiquitos y más grandes, como los hijos de Sandra. a discutir proyectos, a recuperar afectos, la solidaridad sin prejuicios, la palabra compañero. Por eso Ammar también es pelear por la justicia social, y ser Chicos del Pueblo es empezar a recuperar los sueños, a dejar libre el corazón, a pelear por los derechos de los pibes y hablar por nosotros mismos, luchar contra los que explotan a nuestras madres, a nuestros padres laburantes mal pagados, a los desocupados, a los que se hicieron piqueteros el día que se cansaron."
Sandra Cabrera, de 33 años, con tres hijos, fue asesinada de un balazo en la cabeza, después de haber recibido una gran cantidad de amenazas, como consecuencia de las denuncias que realizó, en nombre de Ammar, contra la cúpula policial de la División de Moralidad Pública de la Unidad Regional II de la Policía, y contra los dueños de prostíbulos de la zona. Ammar funciona en el local rosarino de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) e integra la Central de Trabajadores Argentinos. Su abogada, María Eugenia Caggiano, señaló que Sandra adquirió un perfil público más alto al denunciar las conexiones existentes entre los empresarios de la prostitución y la policía. Desde entonces la seguían, llegaron a meterse en su casa, amenazaron a su hija de nueve años, Macarena (por lo que durante un tiempo se le asignó custodia policial). También hubo amenazas telefónicas al sindicato.
El día 10 de septiembre del año pasado, Sandra Cabrera y otras dos integrantes de Ammar Rosario habían presentado una denuncia en Tribunales contra los jefes de Moralidad Pública, a quienes acusaron de recibir dinero de negocios donde se practica la prostitución, para impedir que las trabajadores sexuales recibieran clientes en la calle, así como de cobrarles coimas para no interferir en su trabajo como prostitutas. A raíz de esa denuncia, Sandra fue amenazada de muerte y tres integrantes de Ammar fueron golpeadas. Esto provocó el relevo del jefe de esa dependencia policial, Javier Pinatti, y del subjefe, Walter Miranda. Sandra temía, y se lo comentó a varias compañeras, que la policía "le cobrara el vuelto". Sabía que estaba en peligro y, frente a esto, redobló la apuesta. En una de sus últimas declaraciones Sandra señalaba: "La policía persigue a las trabajadoras de la calle, en lugar de combatir la prostitución infantil o el proxenetismo, que sí están penados por la ley. De hecho, ellos mismos cometen proxenetismo, porque viven sacándole dinero mediante chantaje a mujeres que practican la prostitución".
Las organizaciones convocantes de la jornada nacional (Central de Trabajadores Argentinos, organizaciones de derechos humanos, movimientos de mujeres, Ammar, etc.), exigen el "total esclarecimiento y castigo de los asesinos" y manifiestan su preocupación "por el estancamiento de la investigación y por la ausencia de respuestas a lo que públicamente exigiéramos el jueves 5 de febrero próximo pasado a los tres poderes del estado provincial. Exigíamos entonces la profundización de la pista policial, separando de la investigación a todos los elementos sospechados de explotar con fines recaudatorios de las cajas negras, el trabajo de las compañeras trabajadoras sexuales."
"Exigíamos también al poder legislativo involucrarse activamente en la investigación, creando, si fuera necesario, una comisión bicameral y la despenalización del trabajo sexual, anulando los artículos 83, 87 y 93 del Código de Faltas y toda norma que viole las libertades democráticas y constituya una herramienta para la extorsión, el abuso y la violencia policial. Exigíamos además al poder judicial que investigue hasta las últimas consecuencias las pistas que vinculen las denuncias que en nombre de Ammar había realizado la compañera Sandra Cabrera, obteniendo como única respuesta amenazas sistemáticas a ella y su familia. Ninguna de estas exigencias tuvo respuesta, salvo alguna iniciativa parlamentaria que no prosperó y, en consecuencia, la parálisis de la investigación refleja la total indiferencia del poder político al reclamo popular".
"Sólo ha habido algunas cortinas de humo que sirven para confundir a la opinión publica, intentando desmovilizar la protesta, volviendo a la remanida política de investigar a la víctima. Sandra padeció, como todas sus compañeras, el rufianismo, la persecución, la discriminación y la agresión, pero pudo transformar lo que este sistema de muerte le imponía, en resistencia y lucha por el bien de sus propias compañeras y la sociedad toda. Su militancia y su denuncia molestaban a quienes han construido su poder a lo largo de la historia, a costa de los abusos y gracias a un complejo entramado de complicidades y silencios sistemáticos e impunidad. Es éste el círculo que es preciso investigar, desnudar y hacer público para llegar a la verdad. A Sandra la asesinaron por ser mujer, por ser joven, por ser pobre y por ser una luchadora."
La jornada de movilización por Sandra coincidió con el cumpleaños de Pocho Lepratti, asesinado el 19 de diciembre del 2001 por la policía provincial de Santa Fe, cuando reclamaba desde el techo de la escuela de Rosario donde trabajaba en el Comedor Escolar, el cese de la represión que se extendió en los días de rebelión popular, por todos los barrios pobres del país.
Cuentan las compañeras de Sandra que, en aquel tiempo, ella andaba denunciando que debido a la crisis provocada en el país –corralito mediante- sus compañeras se habían quedado sin trabajo, y consiguió unos bolsones de comida que repartió en la Navidad entre las mujeres de Ammar.
No es sencilla la vida de los pobres. La batalla contra la impunidad tiene también el rostro de la lucha contra la hipocresía. No está mal entonces que, en Ludueña, el dolor comience a bailarse en Carnaval. Terminan diciendo "los chicos del pueblo": "A Sandra la mataron el 27. Pero cada 27 de febrero cuando el carnaval empieza a sonar a redoblante por los barrios murgueros, Pocho renace como un Rey Momo de los chicos, subido en bicicleta con su mochila de Ludueña al cielo. Por eso marchamos, con alegría y con memoria. ¡Por Sandra, con Pocho, por nosotros, para que no se nos muera la vida!"

26 febrero 2004 ©agência de informação frei tito para a américa latina

1 comentario

Caro -

creo que esto te interesa ,porque habla de Rosario de donde tu eres o hay otro Rosario,bueno leelo.
Saludos
Mariuxi