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serbios admiten limpieza étnica


[Nicholas Wood] Liubliana, Eslovenia. Casi nueve años después de los acontecimientos, las autoridades serbias de Bosnia han admitido su responsabilidad en la masacre de al menos 7.000 hombres y muchachos en la ciudad de Srebrenica.
Un informe de 42 páginas, preparado a comisión de la República Serbio-Bosnia y hecho público el viernes admite por primera vez que unidades de la policía y del ejército bajo control del gobierno "participaron" en la masacre que tuvo lugar en julio de 1995.
Los asesinatos, considerados como las peores atrocidades cometidas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, fueron parte de un intento final del liderazgo serbio-bosnio de crear un estado serbio "étnicamente puro". La masacre provocó la repulsa internacional y finalmente impulsó a los líderes de Estados Unidos y Europa a intervenir y terminar con un conflicto que se extendía por tres años.
Hasta hace poco, el liderazgo serbio-bosnio se había negado a reconocer la extensión de los asesinatos. En 2002, otra investigación por el mismo gobierno trató de disminuir el número de víctimas.
En el último informe, preparado en enero bajo fuertes presiones internacionales, concluye que del 10 al 19 de julio de 1995 "varios miles" de musulmanes bosnios "fueron liquidados de una manera que representa una grave violación de los derechos humanos internacionales". También declara que "los hechores tomaron todas las precauciones para ocultar los crímenes y trasladaron los cadáveres".
El informe incluye las ubicaciones de 32 fosas comunes, 28 de las cuales eran "secundarias", contenían cadáveres que habían sido sacados de otros sitios, con el fin de ocultarlos a los investigadores internacionales.
Funcionarios internacionales en la provincia dicen que 11 de esas fosas no eran conocidas antes.
En uno de las declaraciones más claras de contrición de parte de funcionarios serbios desde el fin de la guerra, la conclusión del informe dice que los serbios deben reconocer "que algunos miembros del pueblo serbio han cometido crímenes en Srebrenica en julio de 1995". A su vez, se lee en el escrito, este informe puede servir para llevar a justicia a otros de los perpetradores de crímenes de guerra en Bosnia.
Las revelaciones fueron bien recibidas por Lord Ashdown, el funcionario internacional de más alto rango y enviado en Bosnia, como una señal de que el liderazgo serbio-bosnio está modificando su punto de vista sobre los crímenes de guerra.
"Provisto que esto continúe a través de las fases restantes del informe, se puede decir que sobre el tema de los crímenes de guerra que el obstruccionismo dinámico está siendo remplazado por una dinámica de cooperación más alta", dijo Lord Ahsdown en una declaración emitida por su despacho.
Evidencias entregadas a la comisión por agentes de policía y oficiales de la República Serbia mostraron que la masacre era la parte final de un plan de tres fases titulado Operación Krivaya. Incluía el ataque inicial contra Srebrenica, luego contra el refugio de Naciones Unidas (protegido con armas ligeras por el cuerpo de paz holandés), seguido de la separación de mujeres y niños de los hombres y muchachos, y su subsecuente ejecución.
La declaración del despacho de Lord Ahsdown observaba que la comisión "alude a órdenes" de la policía para que la vecina Serbia tomara parte en la operación, así como unidades serbias rebeldes dentro de Croacia. Las pruebas contradicen los alegatos de los líderes serbios en Belgrado de que sus tropas no apoyaron a la independizada República Serbia de Bosnia.
En abril, el presidente de la República Serbio-Bosnia, Dragan Caric, señaló que su gobierno comenzaría a revisar su posición dura sobre los crímenes cometidos por los serbios durante la guerra.
"Después de años de evasivas, finalmente tenemos que enfrentarnos a nosotros mismos y al lado oscuro de nuestro pasado", dijo. "Debemos tener el coraje de hacerlo".
El gobierno serbio-bosnio sigue siendo la única autoridad en la antigua Yugoslavia que no ha entregado a sospechosos de crímenes de guerra al tribunal penal internacional de Naciones Unidas en La Haya.
El fugitivo más buscado por el tribunal es el antiguo líder serbio-bosnio Radovan Karadjic, que según investigadores internacionales se encuentra oculto en la república, protegido por miembros de las fuerzas de seguridad serbias.
La cooperación con la corte es vista como un pre-requisito de la integración de Bosnia en instituciones como la Unión Europea y los programas de paz de la OTAN. El informe, según Lord Ahsdown, es "un trabajo en proceso".
"Va en la buena dirección", dijo, "pero hay que hacer mucho más para superar nueve años de total pasividad" sobre los crímenes de guerra cometidos por las autoridades de la República Serbia y especialmente por la policía del ministerio del Interior.

12 junio 2004
©new york times ©traducción mQh

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