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EUROPA SABE QUE NECESITA INMIGRANTES, PERO LES TEME - floyd norris



Arrakesh, Marruecos. Este artículo, de la semana del 11 de junio, fue publicado originalmente en New York Times y fue recogido posteriormente en una página en la red. Hay un cierto consenso en la urgente necesidad de inmigrantes que tiene Europa, y en la reticencia y hostilidad que manifiestan sus líderes políticos hacia el norte de Europa, como a menudo fuente de racismo y fascismo.
El terrorismo ha llegado a Europa. El crecimiento económico del continente parece arrastrarse eternamente detrás del de Estados Unidos. Pero ninguna de esas cosas coronó la lista de preocupaciones de algunos líderes políticos y económicos europeos que se reunieron la semana del 11 de junio en Arrakesh, Marruecos, en una conferencia comercial internacional.
En lugar de eso, se mostraron preocupados por los bebés, o más bien la carencia de ellos. El tono lo dio Valéry Giscard d'Estaing, el antiguo presidente de Francia, que presentó una serie de proyecciones demográficas indicando que muchos países europeos perderán población a un ritmo acelerado dentro de unas generaciones. Entretanto, dijo, nada de eso ocurrirá en Estados Unidos, gracias a la inmigración.
Aquellos que recuerdan los temores de los años de 1970, cuando hubo muchas chácharas malthusianas de que demasiada gente estaba agotando los recursos del mundo, pueden pensar que una época de decrecimiento demográfico no sería algo tan malo.
En su novela de 1955 ‘Children of Men', P.D. James recreó una época en la que, a causa de un desastre ambiental, no nació nadie durante décadas. Los precios de los bienes raíces se derrumbaron y algunas ciudades perdieron gradualmente todos sus habitantes, pero lo que hacía la situación inaguantable era el temor de que la raza humana desapareciera.
Ese peligro no existe ahora, por supuesto, al menos no debido a tendencias demográficas. Los europeos tienen bebés, sólo que no los suficientes como para transformarlos en trabajadores que paguen las jubilaciones de sus padres y abuelos. El sistema de reparto exige más trabajadores sólo para financiar las jubilaciones ya comprometidas.
Hay una solución obvia, observó Jean-René Fortou, el director de Vivendi Universal, cuando se le preguntó sobre las preocupaciones demográficas de Giscard d'Estaing. "El Mediterráneo fue durante siglos un solo mundo", dijo. "Podíamos tener fuertes sinergías con los países" de África del Norte, donde la población continúa creciendo.
Lo contrario ocurre ahora. Michael Fuchs, co-propietario del Impex Group, una compañía publicitaria de Alemania y diputado demócrata-cristiano de ese país, restó importancia a que los inmigrantes busquen trabajo. Llegaron aquí, dijo, para vivir de la seguridad social.
Hombres de negocios marroquíes en el congreso mundial de la Cámara Internacional de Comercio dijo que se había hecho difícil obtener visados europeos. Europa teme que los visitantes se queden, sea como terroristas, beneficiarios de la seguridad social o trabajadores que ocupan puestos de trabajo mientras que el desempleo de los nacionales es alto.
Taieb Fassi-Fihri, un funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, se quejó de "la no integración" de Europa con el mundo árabe, diciendo que a medida que la Unión Europea se extendía, se cerraba todavía más a su región.
Los miembros más nuevos de la Unión Europea saben que tomará años antes de que sus ciudadanos puedan buscar trabajo en la mayoría de los países miembros más antiguos. Hay considerable hostilidad hacia la integración de Turquía en la Unión; Giscard d'Estaing sugirió que tendría más sentido que ingresara Rusia. "Rusia es un país europeo", dijo. "¿Se extenderá la Unión Europea hasta cubrir todo el planeta?"
Para Norbert Walter, director del Deutsche Bank, la solución es obvia: primero reformar los estados europeos del bienestar, reducir la seguridad social de los que no tienen empleo y luego aceptar inmigrantes.
Pero no apuesten a que ocurra. "A la gente no le gustan las reformas", dijo Claude Bébéar, el presidente del consejo supervisor de AXA, la compañía de seguros. La gente joven que resentirá los aumentos de impuestos necesarios para mantener al creciente número de jubilados vota rara vez, agregó.
Europa cree que necesita más gente para mantener el sistema. Pero también tiene miedo de lo que puede ocurrir cuando lleguen.

11 de junio de 2004
©wnyc ©traducción mQh

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