FUERZAS IRAQUÍES DIEZMADAS POR DESERCIONES - doug struck
Las cifras de deserción de las nuevas fuerzas policiales y del ejército iraquí son impresionantes: 82% en los alrededores de Faluya, 30% en el resto del país. Impresionantemente mal armadas y mal adiestradas no se cómo derrotarán a los insurgentes. La nómina de pago de la policía de Bagdad, por lo demás, cuenta con unos 30 mil policías fantasmas.
Bagdad, Iraq. Cinco hombres encapuchados saltaron de un coche en un puesto de control, fuertemente armados y claramente ansiosos de sangre. El agente iraquíe Maytham Talib se dio cuenta de que era hora de cambiar de trabajo.
"Cada uno de ellos llevaba un arma automática. Nosotros teníamos cuatro rifles, pero sólo dos de ellos funcionaban. Teníamos siete balas para cada rifle. Nos echamos a correr", dijo Talib, 25. Ya había visto morir a dos de sus colegas en un control de carretera y a otros dos cuando estalló una granada. Huyó, cogió un autobús a casa y desde entonces no vuelve al trabajo.
Establecidas por las autoridades de la ocupación estadounidense y adiestradas por tropas extranjeras, la policía iraquí y la Guardia Nacional han sido blancos de ataques insurgentes durante meses. Con el fin formal de la ocupación norteamericana, han estado muriendo en cantidades cada vez mayores -al menos 127 han muerto en los últimos dos meses. El peligro, más los bajos salarios, ha hecho que muchos renunciaran.
Las deserciones plantean un serio obstáculo a la reconstrucción de las fuerzas de seguridad de Iraq, pero no es el único. La planificación ha sido un caos, algunas unidades se han amotinado y equipos esenciales aún no se entregan. En los últimos meses, todo el proceso de reclutamiento y adiestramiento ha sido en gran parte reformulado y comenzado de nuevo, y el gobierno interino iraquí que fue instalado el 28 de junio ha dictado más cambios.
"Fue peor que comenzar desde nada", se quejó Sabah Kadhim, un importante funcionario del ministerio del Interior, a cargo de la policía. "Tuvimos que separar a los delincuentes de los policías que nombraron los norteamericanos'.
Después de más de un año de ocupación, Khadim dijo: "La policía no era eficiente, no tenía organización, carecía de comunicación. Literalmente, no tenían ni ropa".
Ahora funcionarios iraquíes y estadounidenses insisten en que las fuerzas de seguridad están progresando. Dicen que la policía y la Guardia Nacional han empezado sus propias redadas y se desempeñan bien cuando son atacados. Los campos de adiestramiento pronto comenzarán a producir egresados. La pesada presencia militar está gradualmente orientándose hacia un papel de soporte de las fuerzas iraquíes, dicen, y hay un montón de nuevos reclutas esperando para ocupar las posiciones dejadas por los desertores. La semana pasada, el primer ministro interino Ayad Allawi dijo que las emergentes fuerzas de seguridad habían comenzado a reducir el número de ataques en Iraq.
Pero su optimista evaluación parecía en contradicción con el diario estruendo de los ataques de mortero, coches bomba y emboscadas.
"La seguridad es uno de los problemas más grandes que enfrentamos", dijo el ministro de defensa Hazim Shalan en una entrevista. "Estamos trabajando. Pero si me pregunta si estoy satisfecho, tengo que decir que no".
Alrededor de 225 mil hombre y algunas mujeres se han alistado en las fuerzas de seguridad iraquí -casi el 88 por ciento de la meta de alistamiento. Pero las cifras con discutibles; la policía tiene 300 mil nombres más en su nómina de pago que no puede justificar. De los que existen, sólo una fracción ha recibido adiestramiento alguno, que no consiste a menudo más que en unas semanas en un campo de entrenamiento de reclutas. Altos funcionarios insisten en que se presentan pocas renuncias -aunque no hay cifras confiables- pero los agentes en la calle dicen que cientos renuncian cada día después de recibir sus salarios.
"Estoy esperando terminar este mes, sacar mi salario y renunciar", dijo Heider Abbas, un policía de Bagdad que se refirió a lo bajo de los salarios. Un obrero o un dependiente, dijo, "gana más que nosotros".
Planificadores estadounidenses dicen que las fuerzas de seguridad iraquí deben ser lo suficientemente fuertes como para luchar contra los insurgentes antes de que se puedan retirar las tropas norteamericanas. Pero la prisa en construir esas fuerzas -un esfuerzo que un oficial calificó como "30 mil en 30 días"- condujo a una crisis en abril cuando las tropas iraquíes se negaron a luchar.
De acuerdo a un informe emitido por la Oficina de Contabilidad del Gobierno GAO el pasado mes, casi tres mil policías renunciaron o fueron cesados en una semana a mediados de abril. En la Guardia Nacional Iraquí las deserciones varían entre un 30 por ciento en el nordeste y centro de Iraq y un 82 por ciento en los alrededores de la occidental ciudad de Faluya, donde los insurgentes combaten contra los marines norteamericanos que los asedian. En total, unos 12 mil soldados no se presentaron a sus cuarteles, de acuerdo al informe.
"Dado el pobre rendimiento de las fuerzas de seguridad iraquí en abril de 2004, no está claro qué nivel de seguridad serán capaces de proporcionar durante el período previo a las elecciones nacionales de Iraq" programadas para enero, concluye la GAO.
Shalan, que fue nombrado ministro de defensa el mes pasado, dijo que las fuerzas tenían que ser reconstruidas desde cero después del fiasco de abril. Las autoridades de la ocupación "cometieron errores en la gente que contrataron", dijo en una entrevista la semana pasada. "Se fijaban en la pinta de los candidatos. Y de hecho empleaban a cualquiera que señalaran los intérpretes. Eso ocasionó muchos de los problemas que tenemos ahora".
Ahora, dice, sus fuerzas se están organizando. Comentó una reciente redada en el duro barrio de la calle de Haifa, en Bagdad, que resultó en más de 150 detenciones y en batallas recientes en las que la Guardia Nacional se mantuvo firme.
Aunque funcionarios estadounidenses veían la Guardia Nacional como la principal fuerza armada nacional, con un ejército que sólo sirve en tareas de defensa contra amenazas externas, los nuevos funcionarios iraquíes han vuelto a decorar el plan. Allawi anunció poco después de asumir funciones que el ejército será usado para mantener la seguridad interior y Shalan dijo que esperaba transformar al menos una parte de la Guardia Nacional en el núcleo de un nuevo ejército iraquí con seis divisiones de alrededor de 50 mil soldados. Con pequeños contingentes de aire y de la marina, dijo, los servicios armados iraquíes totalizarán unos 70 mil hombres.
Shalan dijo que está llevando a cabo chequeos de los guardias, de los que dijo que había 40 mil, y está reclutando más. No podía calcular cuántos de los Guardias Nacionales pensaba que reunían los requisitos para entrar al ejército. Los que no los reúnan, serán contratados como funcionarios públicos.
El gobierno interino iraquí tiene planes para una cantidad de agencias de seguridad en la tradición de Oriente Medio de contar con múltiples fuerzas que se vigilan unas a otras. La lista incluye un directorado general de seguridad para la inteligencia, una fuerza de patrulla de las costas, policías de fronteras, aduanas, inmigración y seguridad, una unidad de fuerzas especiales, un servicio de protección de instalaciones y un servicio de protección del personal diplomático.
El gobierno también se esfuerza por deshacerse de empleados ineptos y no existentes. Aunque la fuerza policial, por ejemplo, paga a 120 mil personas, sólo 87 han sido identificados, de acuerdo a un brigadier británico, Andrew Mackay, el asesor de la coalición para la policía iraquí. "Hay un porcentaje de fantasmas", dijo.
El adiestramiento ha marchado con lentitud. Para el ejército iraquí se ha adiestrado y desplegado en terreno a sólo tres mil soldados, de acuerdo al general de brigada James Schwitters, comandante del equipo de adiestramiento de la coalición que asiste al ejército. Una fuente del retraso ha sido la falta de sitios de adiestramiento adecuados para los reclutas, dijo.
Sólo seis mil reclutas de policía han recibido adiestramiento en una academia de policía, según Mackay. Otros 21 mil han recibido un curso de adiestramiento de tres semanas, dijo. Al menos 60 mil siguen sin adiestrar. Para ayudar Washington ha otorgado 500 millones de dólares para un contrato de dos años para adiestrar a policías y soldados iraquíes en Jordania y pidió a la OTAN asistencia en el adiestramiento.
Schwitters dijo que los programas de adiestramiento empezarán pronto a producir más soldados. "A fin de mes tendremos cinco batallones, y a fin de año, 27", dijo.
Mackay también se muestra prudentemente optimista sobre la policía.
"El Servicio de Policía iraquí tiene que recorrer un largo camino antes de que lo consideremos realmente efectivo", reconoció. "Han aprendido mucho. Los hemos equipado, pero no lo suficiente. Necesitamos más policías. Pero están llegando. Son visibles. Están respondiendo. Están llevando a cabo operaciones individuales que planifican ellos mismos, realizan ellos mismos, y se encargan del seguimiento ellos mismos".
Él y otros agentes dan ejemplos de comisarías de policía que fueron atacadas con fuego de morteros un día y estuvieron completamente equipadas al día siguiente, con los agentes heridos de vuelta en el trabajo y los candidatos agolpándose en las oficinas de reclutamiento. "Todo eso es muy alentador", dijo. Pero "hay un montón de cosas más por hacer".
En una oficina de reclutamiento de la Guardia Nacional en Bagdad, unos jóvenes se empujan en la cola para presentarse. Dicen que no les asusta la mala paga ni el peligro.
"Estuve antes en el ejército", dijo Hassan Ghrier, 22. "Sí, es peligroso, pero no me importa. Y la paga es mejor que antes en el ejército. De todos modos, es un trabajo".
Zain Ali Abdeen Basl, 22, terminó la primera parte de su adiestramiento y está ansioso por comenzar a trabajar. Se inscribió en secreto en la base de la Guardia Nacional en la calle de Haifa, donde muchos de sus vecinos son insurgentes o delincuentes. "Mis vecinos amenazan a las fuerzas de seguridad. Pero yo quiero servir a mi país", dijo.
Se sienten alentados por los guardias presentes. Ali Edan, 23, fue atacado mientras estaba de servicio, pero "no voy a renunciar. Quiero proteger a mi país", dijo. "Les mostraré a mis hijos que fui herido defendiendo a mi país. Estoy orgulloso de eso".
Otro guardia, que no dijo su nombre, describió una realidad diferente: "Hay un montón de gente que quiere renunciar. El último mes recibimos 250 mil dinares iraquíes [alrededor de 170 dólares]. Este mes nos pagaron sólo 210 mil dinares [145 dólares]. Hay un montón de tipos esperando el fin de mes para ver cuánto les pagan, y largarse. Nuestra vida corre peligro ahí afuera, y nadie se preocupa de nosotros".
El comandante de la base, el teniente coronel Heider Absul Rasul sirvió en las fuerzas especiales del ejército iraquí durante 20 años. Tiene unos 950 soldados y una lista de espera de 1.500, dijo.
Rasul insiste en que sólo han renunciado 20 a 30 guardias desde que asumió hace siete meses. Pero agregó: "Despedí a 300 soldados que tenían miedo. No me gusta tener gente con miedo a mí alrededor".
Rasul se muestra entusiasta sobre el "excelente adiestramiento" que están proporcionando los norteamericanos, dijo. Sus hombres reciben un adiestramiento típico de 20 días aquí y 13 días en un campo de entrenamiento de reclutas de la Guardia Nacional. Pero algunas de las técnicas que aprenden son frustrantes, dijo. En una reciente tiroteo con sus rivales, que se ocultaban en un alto edificio de apartamentos, por ejemplo, "las fuerzas de la coalición nos dijeron que no disparáramos donde había mujeres y niños". En el antiguo régimen, Saddam habría destruido todo el vecindario".
Los soldados estadounidenses en la base han dejado de dar órdenes; ahora prestan asesoramiento, dicen.
"Los iraquíes quieren defenderse a sí mismos", dijo el sargento primero William W. Tager, que encabeza a los trece asesores de la base. "Estoy muy sorprendido de que no renuncien como antes. Han recogido muchas veces el balón. Ahora tienen más confianza". Sin embargo, reconoció, "marcha lento. Sabemos para qué los queremos, pero todavía no están preparados".
Bassam Sebti contribuyó a este artículo.
2 de agosto de 2004
©traducción mQh
©washingtonpost
"Cada uno de ellos llevaba un arma automática. Nosotros teníamos cuatro rifles, pero sólo dos de ellos funcionaban. Teníamos siete balas para cada rifle. Nos echamos a correr", dijo Talib, 25. Ya había visto morir a dos de sus colegas en un control de carretera y a otros dos cuando estalló una granada. Huyó, cogió un autobús a casa y desde entonces no vuelve al trabajo.
Establecidas por las autoridades de la ocupación estadounidense y adiestradas por tropas extranjeras, la policía iraquí y la Guardia Nacional han sido blancos de ataques insurgentes durante meses. Con el fin formal de la ocupación norteamericana, han estado muriendo en cantidades cada vez mayores -al menos 127 han muerto en los últimos dos meses. El peligro, más los bajos salarios, ha hecho que muchos renunciaran.
Las deserciones plantean un serio obstáculo a la reconstrucción de las fuerzas de seguridad de Iraq, pero no es el único. La planificación ha sido un caos, algunas unidades se han amotinado y equipos esenciales aún no se entregan. En los últimos meses, todo el proceso de reclutamiento y adiestramiento ha sido en gran parte reformulado y comenzado de nuevo, y el gobierno interino iraquí que fue instalado el 28 de junio ha dictado más cambios.
"Fue peor que comenzar desde nada", se quejó Sabah Kadhim, un importante funcionario del ministerio del Interior, a cargo de la policía. "Tuvimos que separar a los delincuentes de los policías que nombraron los norteamericanos'.
Después de más de un año de ocupación, Khadim dijo: "La policía no era eficiente, no tenía organización, carecía de comunicación. Literalmente, no tenían ni ropa".
Ahora funcionarios iraquíes y estadounidenses insisten en que las fuerzas de seguridad están progresando. Dicen que la policía y la Guardia Nacional han empezado sus propias redadas y se desempeñan bien cuando son atacados. Los campos de adiestramiento pronto comenzarán a producir egresados. La pesada presencia militar está gradualmente orientándose hacia un papel de soporte de las fuerzas iraquíes, dicen, y hay un montón de nuevos reclutas esperando para ocupar las posiciones dejadas por los desertores. La semana pasada, el primer ministro interino Ayad Allawi dijo que las emergentes fuerzas de seguridad habían comenzado a reducir el número de ataques en Iraq.
Pero su optimista evaluación parecía en contradicción con el diario estruendo de los ataques de mortero, coches bomba y emboscadas.
"La seguridad es uno de los problemas más grandes que enfrentamos", dijo el ministro de defensa Hazim Shalan en una entrevista. "Estamos trabajando. Pero si me pregunta si estoy satisfecho, tengo que decir que no".
Alrededor de 225 mil hombre y algunas mujeres se han alistado en las fuerzas de seguridad iraquí -casi el 88 por ciento de la meta de alistamiento. Pero las cifras con discutibles; la policía tiene 300 mil nombres más en su nómina de pago que no puede justificar. De los que existen, sólo una fracción ha recibido adiestramiento alguno, que no consiste a menudo más que en unas semanas en un campo de entrenamiento de reclutas. Altos funcionarios insisten en que se presentan pocas renuncias -aunque no hay cifras confiables- pero los agentes en la calle dicen que cientos renuncian cada día después de recibir sus salarios.
"Estoy esperando terminar este mes, sacar mi salario y renunciar", dijo Heider Abbas, un policía de Bagdad que se refirió a lo bajo de los salarios. Un obrero o un dependiente, dijo, "gana más que nosotros".
Planificadores estadounidenses dicen que las fuerzas de seguridad iraquí deben ser lo suficientemente fuertes como para luchar contra los insurgentes antes de que se puedan retirar las tropas norteamericanas. Pero la prisa en construir esas fuerzas -un esfuerzo que un oficial calificó como "30 mil en 30 días"- condujo a una crisis en abril cuando las tropas iraquíes se negaron a luchar.
De acuerdo a un informe emitido por la Oficina de Contabilidad del Gobierno GAO el pasado mes, casi tres mil policías renunciaron o fueron cesados en una semana a mediados de abril. En la Guardia Nacional Iraquí las deserciones varían entre un 30 por ciento en el nordeste y centro de Iraq y un 82 por ciento en los alrededores de la occidental ciudad de Faluya, donde los insurgentes combaten contra los marines norteamericanos que los asedian. En total, unos 12 mil soldados no se presentaron a sus cuarteles, de acuerdo al informe.
"Dado el pobre rendimiento de las fuerzas de seguridad iraquí en abril de 2004, no está claro qué nivel de seguridad serán capaces de proporcionar durante el período previo a las elecciones nacionales de Iraq" programadas para enero, concluye la GAO.
Shalan, que fue nombrado ministro de defensa el mes pasado, dijo que las fuerzas tenían que ser reconstruidas desde cero después del fiasco de abril. Las autoridades de la ocupación "cometieron errores en la gente que contrataron", dijo en una entrevista la semana pasada. "Se fijaban en la pinta de los candidatos. Y de hecho empleaban a cualquiera que señalaran los intérpretes. Eso ocasionó muchos de los problemas que tenemos ahora".
Ahora, dice, sus fuerzas se están organizando. Comentó una reciente redada en el duro barrio de la calle de Haifa, en Bagdad, que resultó en más de 150 detenciones y en batallas recientes en las que la Guardia Nacional se mantuvo firme.
Aunque funcionarios estadounidenses veían la Guardia Nacional como la principal fuerza armada nacional, con un ejército que sólo sirve en tareas de defensa contra amenazas externas, los nuevos funcionarios iraquíes han vuelto a decorar el plan. Allawi anunció poco después de asumir funciones que el ejército será usado para mantener la seguridad interior y Shalan dijo que esperaba transformar al menos una parte de la Guardia Nacional en el núcleo de un nuevo ejército iraquí con seis divisiones de alrededor de 50 mil soldados. Con pequeños contingentes de aire y de la marina, dijo, los servicios armados iraquíes totalizarán unos 70 mil hombres.
Shalan dijo que está llevando a cabo chequeos de los guardias, de los que dijo que había 40 mil, y está reclutando más. No podía calcular cuántos de los Guardias Nacionales pensaba que reunían los requisitos para entrar al ejército. Los que no los reúnan, serán contratados como funcionarios públicos.
El gobierno interino iraquí tiene planes para una cantidad de agencias de seguridad en la tradición de Oriente Medio de contar con múltiples fuerzas que se vigilan unas a otras. La lista incluye un directorado general de seguridad para la inteligencia, una fuerza de patrulla de las costas, policías de fronteras, aduanas, inmigración y seguridad, una unidad de fuerzas especiales, un servicio de protección de instalaciones y un servicio de protección del personal diplomático.
El gobierno también se esfuerza por deshacerse de empleados ineptos y no existentes. Aunque la fuerza policial, por ejemplo, paga a 120 mil personas, sólo 87 han sido identificados, de acuerdo a un brigadier británico, Andrew Mackay, el asesor de la coalición para la policía iraquí. "Hay un porcentaje de fantasmas", dijo.
El adiestramiento ha marchado con lentitud. Para el ejército iraquí se ha adiestrado y desplegado en terreno a sólo tres mil soldados, de acuerdo al general de brigada James Schwitters, comandante del equipo de adiestramiento de la coalición que asiste al ejército. Una fuente del retraso ha sido la falta de sitios de adiestramiento adecuados para los reclutas, dijo.
Sólo seis mil reclutas de policía han recibido adiestramiento en una academia de policía, según Mackay. Otros 21 mil han recibido un curso de adiestramiento de tres semanas, dijo. Al menos 60 mil siguen sin adiestrar. Para ayudar Washington ha otorgado 500 millones de dólares para un contrato de dos años para adiestrar a policías y soldados iraquíes en Jordania y pidió a la OTAN asistencia en el adiestramiento.
Schwitters dijo que los programas de adiestramiento empezarán pronto a producir más soldados. "A fin de mes tendremos cinco batallones, y a fin de año, 27", dijo.
Mackay también se muestra prudentemente optimista sobre la policía.
"El Servicio de Policía iraquí tiene que recorrer un largo camino antes de que lo consideremos realmente efectivo", reconoció. "Han aprendido mucho. Los hemos equipado, pero no lo suficiente. Necesitamos más policías. Pero están llegando. Son visibles. Están respondiendo. Están llevando a cabo operaciones individuales que planifican ellos mismos, realizan ellos mismos, y se encargan del seguimiento ellos mismos".
Él y otros agentes dan ejemplos de comisarías de policía que fueron atacadas con fuego de morteros un día y estuvieron completamente equipadas al día siguiente, con los agentes heridos de vuelta en el trabajo y los candidatos agolpándose en las oficinas de reclutamiento. "Todo eso es muy alentador", dijo. Pero "hay un montón de cosas más por hacer".
En una oficina de reclutamiento de la Guardia Nacional en Bagdad, unos jóvenes se empujan en la cola para presentarse. Dicen que no les asusta la mala paga ni el peligro.
"Estuve antes en el ejército", dijo Hassan Ghrier, 22. "Sí, es peligroso, pero no me importa. Y la paga es mejor que antes en el ejército. De todos modos, es un trabajo".
Zain Ali Abdeen Basl, 22, terminó la primera parte de su adiestramiento y está ansioso por comenzar a trabajar. Se inscribió en secreto en la base de la Guardia Nacional en la calle de Haifa, donde muchos de sus vecinos son insurgentes o delincuentes. "Mis vecinos amenazan a las fuerzas de seguridad. Pero yo quiero servir a mi país", dijo.
Se sienten alentados por los guardias presentes. Ali Edan, 23, fue atacado mientras estaba de servicio, pero "no voy a renunciar. Quiero proteger a mi país", dijo. "Les mostraré a mis hijos que fui herido defendiendo a mi país. Estoy orgulloso de eso".
Otro guardia, que no dijo su nombre, describió una realidad diferente: "Hay un montón de gente que quiere renunciar. El último mes recibimos 250 mil dinares iraquíes [alrededor de 170 dólares]. Este mes nos pagaron sólo 210 mil dinares [145 dólares]. Hay un montón de tipos esperando el fin de mes para ver cuánto les pagan, y largarse. Nuestra vida corre peligro ahí afuera, y nadie se preocupa de nosotros".
El comandante de la base, el teniente coronel Heider Absul Rasul sirvió en las fuerzas especiales del ejército iraquí durante 20 años. Tiene unos 950 soldados y una lista de espera de 1.500, dijo.
Rasul insiste en que sólo han renunciado 20 a 30 guardias desde que asumió hace siete meses. Pero agregó: "Despedí a 300 soldados que tenían miedo. No me gusta tener gente con miedo a mí alrededor".
Rasul se muestra entusiasta sobre el "excelente adiestramiento" que están proporcionando los norteamericanos, dijo. Sus hombres reciben un adiestramiento típico de 20 días aquí y 13 días en un campo de entrenamiento de reclutas de la Guardia Nacional. Pero algunas de las técnicas que aprenden son frustrantes, dijo. En una reciente tiroteo con sus rivales, que se ocultaban en un alto edificio de apartamentos, por ejemplo, "las fuerzas de la coalición nos dijeron que no disparáramos donde había mujeres y niños". En el antiguo régimen, Saddam habría destruido todo el vecindario".
Los soldados estadounidenses en la base han dejado de dar órdenes; ahora prestan asesoramiento, dicen.
"Los iraquíes quieren defenderse a sí mismos", dijo el sargento primero William W. Tager, que encabeza a los trece asesores de la base. "Estoy muy sorprendido de que no renuncien como antes. Han recogido muchas veces el balón. Ahora tienen más confianza". Sin embargo, reconoció, "marcha lento. Sabemos para qué los queremos, pero todavía no están preparados".
Bassam Sebti contribuyó a este artículo.
2 de agosto de 2004
©traducción mQh
©washingtonpost
1 comentario
sergio -