deficiencias en clínicas
[Marc Peeperkorn & Ellen de Visser] En las últimas semanas se están destapando deficiencias en una serie de servicios básicos en Holanda. Hace unos días se daba a conocer la falta de profesionalidad de los bomberos; días después el cuerpo médico reconocía la falta de formación de su personal, que llegan a temer la llegada a los hospitales de nuevos enfermos por incapacidad para tratarlos. El caso que trata este artículo es una vez más alarmante: enfermos de clínicas de convalecencia pueden ducharse una vez a la semana; los dementes son atados a las camas por falta de personal.
Ámsterdam. Las clínicas no ofrecen a sus habitantes los servicios mínimos esperables. No existe una supervisión permanente a dementes; en dos tercios de las clínicas se ata a los pacientes; no hay personal suficiente para el servicio de comidas y cada vez hay más personal no cualificado.
Esto concluye la Inspección de Sanidad (IGZ) después de realizar una investigación basándose en su visita a sesenta clínicas que hoy sale a la luz. Pie para la investigación fueron los recurrentes indicios de deficiencias en los cuidados en clínicas de convalecencia, pues se observó que no se vestía a los pacientes y se les duchaba con muy poca frecuencia. La inspección encuentra necesario un esclarecimiento del origen de semejante dejadez. Según la inspección en estos centros se trata de algo más que de una dirección incompetente.
La organización del sector Arcares ha criticado duramente los métodos de evaluación de la inspección de sanidad. La directora, Mariëlle Rompa, asegura que la investigación presenta una imagen digital' que no tiene nada que ver con la calidad real del cuidado ofrecido en las instituciones.
Para la investigación se han usado los criterios establecidos en 2001, en conjunto con las federaciones profesionales y los consejos de clientes, para determinar los límites permitibles. Ello tuvo lugar después de que en el verano de 2000, como consecuencia de falta de personal en sanidad, se registraran deficiencias. Entonces se descubrieron diez casos alarmantes. Las clínicas que tocaran techo' tendrían entonces que notificar las deficiencias. La inspección recibió apenas notificaciones.
El año pasado fueron visitadas 60 de las 317 clínicas. Los inspectores hablaron con los directores, con enfermeros de 111 departamentos y con 102 convalecientes de las clínicas en cuestión. Casi el 80 por ciento de los locales ofrece, según inspección, calidad insuficiente. La asistencia diaria de un cuarto de los locales es deficiente; por ejemplo, las duchas tienen lugar generalmente una sola vez a la semana.
En tres cuartos de las clínicas no existe una supervisión permanente en departamentos que acogen dementes. Por ello, en dos tercios de las clínicas se ata a los habitantes. El personal, comparado con principios de los años noventa, tiene una formación más baja, y a menudo ni están cualificados. La inspección ha ordenado a las clínicas que antes de finales de 2004 garanticen asistencia adecuada a los habitantes de estas clínicas.
volkskrant
traducción mQh
Ámsterdam. Las clínicas no ofrecen a sus habitantes los servicios mínimos esperables. No existe una supervisión permanente a dementes; en dos tercios de las clínicas se ata a los pacientes; no hay personal suficiente para el servicio de comidas y cada vez hay más personal no cualificado.
Esto concluye la Inspección de Sanidad (IGZ) después de realizar una investigación basándose en su visita a sesenta clínicas que hoy sale a la luz. Pie para la investigación fueron los recurrentes indicios de deficiencias en los cuidados en clínicas de convalecencia, pues se observó que no se vestía a los pacientes y se les duchaba con muy poca frecuencia. La inspección encuentra necesario un esclarecimiento del origen de semejante dejadez. Según la inspección en estos centros se trata de algo más que de una dirección incompetente.
La organización del sector Arcares ha criticado duramente los métodos de evaluación de la inspección de sanidad. La directora, Mariëlle Rompa, asegura que la investigación presenta una imagen digital' que no tiene nada que ver con la calidad real del cuidado ofrecido en las instituciones.
Para la investigación se han usado los criterios establecidos en 2001, en conjunto con las federaciones profesionales y los consejos de clientes, para determinar los límites permitibles. Ello tuvo lugar después de que en el verano de 2000, como consecuencia de falta de personal en sanidad, se registraran deficiencias. Entonces se descubrieron diez casos alarmantes. Las clínicas que tocaran techo' tendrían entonces que notificar las deficiencias. La inspección recibió apenas notificaciones.
El año pasado fueron visitadas 60 de las 317 clínicas. Los inspectores hablaron con los directores, con enfermeros de 111 departamentos y con 102 convalecientes de las clínicas en cuestión. Casi el 80 por ciento de los locales ofrece, según inspección, calidad insuficiente. La asistencia diaria de un cuarto de los locales es deficiente; por ejemplo, las duchas tienen lugar generalmente una sola vez a la semana.
En tres cuartos de las clínicas no existe una supervisión permanente en departamentos que acogen dementes. Por ello, en dos tercios de las clínicas se ata a los habitantes. El personal, comparado con principios de los años noventa, tiene una formación más baja, y a menudo ni están cualificados. La inspección ha ordenado a las clínicas que antes de finales de 2004 garanticen asistencia adecuada a los habitantes de estas clínicas.
volkskrant
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