hispanos en américa
[Carmelo Lattassa] Es un hecho, los hispanos son la minoría más grande de la nación más poderosa de la tierra. Provenientes de todos los sitios posibles en donde se habla español, los hispanohablantes en Estados Unidos conforman una fuerza de 40 millones de personas, de la que tres cuartas partes llegaron desde México. En la proximidad de las elecciones presidenciales, tienen la capacidad de elegir al nuevo presidente.
Los latinos tienen un alto índice de nacimientos en comparación con otros grupos de la población estadounidense.
La Oficina del Censo de Estados Unidos asegura que los blancos no hispanos continúan siendo el mayor grupo de población, con 197.3 millones de personas, y un crecimiento del 0.9 por ciento en el período 2000-2003.
Aun así, las proyecciones del Censo, difundidas en los primeros meses de 2004, muestran que la población blanca no hispana podría reducirse, hasta quedar igualada al conjunto de las demás minorías para el año 2050.
En el año 2001, la presencia de los hispanos como fuerza laboral de Estados Unidos era mayor a la de otros grupos, mientras que su poder adquisitivo aumentaba llegando a ser de 428 mil millones de dólares en el 2002.
En aquella época el 69 por ciento de los hispanos mayores de 18 años estaban empleados, frente al 65 por ciento de los afroamericanos y el 61 por ciento de los blancos no hispanos.
Los rubros laborales más ocupados por los hispanos son el de la agricultura y la construcción, que fueron los primeros trabajos desempeñados por este colectivo, mayoritariamente de mexicanos.
Durante años fueron explotados, maltratados y discriminados, pero ahora, muchos de sus hijos se encuentran en otro nivel gracias a la educación que les proporcionaron sus padres.
De hecho existen muchos gerentes medios y ejecutivos que, o bien trabajan para grandes corporaciones, o desarrollan sus propios negocios cambiando sustancialmente el panorama económico de Estados Unidos.
En Dallas y Fort Worth, en Texas, muestran la más alta tasa de empleo entre los hispanos en Estados Unidos con el 78 por ciento. Houston tiene la más baja tasa de desempleo, con apenas el 2 por ciento.
Los hispanos son también el grupo que menos se jubila, apenas el 5 por ciento, en relación con un 23 por ciento de los blancos y 16 por ciento de los afroamericanos.
Desde el 2002 el poder adquisitivo, era de 428 mil millones de dólares y ha ido creciendo hasta los casi 700 mil millones de dólares que tiene en la actualidad con un ritmo de crecimiento del 7.7 por ciento, muy superior a la media nacional.
Los Angeles, California, es el mercado latino con mayor capacidad de compra con 77,643 millones de dólares; Nueva York es el segundo mercado con mayor poder adquisitivo con 47,328 millones de dólares, seguido por Miami (26,449), Chicago (17,307), Houston (16,900), San Francisco (16,170 millones), Dallas/Fort.Worth (14,244), San Antonio (12,715), Phoenix (10,619), y Harlingen (10,235).
El lado negativo de estas cifra radica en que el 21 por ciento de los hispanos es pobre. Efectivamente existe una masa flotante de varios millones que no tiene papeles y viven trabajando en situación de explotación radical.
La nueva generación de hispanos en Estados Unidos tiene mayores ingresos por familia, una mejor educación y un estándar de vida más alto que el promedio de los latinoamericanos en sus propios países.
Según un estudio de la firma Strategy Research Corporation, con sede en Miami, determinó que en el 25 por ciento de las familias hispanas de nueva generación, el trabajador que percibe los principales ingresos tiene un título universitario.
Al analizar los niveles educativos, la firma señaló que ese porcentaje es sólo superado por los blancos no hispanos con un 33 por ciento. Ese nivel educativo y el ser bilingües, entre otros factores, ha mejorado las oportunidades de trabajo para los jóvenes de idioma español, lo que a su vez es un importante trampolín para su poder adquisitivo.
Muchos ven la educación como una vía para lograr el sueño americano, si no para ellos, al menos para sus hijos.
La razón más importante para la inmigración de hispanos a Estado Unidos es porque les permite, de una manera u otra, suministrar una mejor vida a sus familias. Su mayor fuente de preocupación e interés son la educación, la salud y la vivienda.
Los datos indican que a los hispanohablantes les gusta la lectura y que normalmente lo hacen en inglés y español -cuatro de cada cinco son bilingües-.
De ellos, el 77 por ciento lee periódicos, y el ocho por ciento revistas. Un ejemplo lo ofrece la prestigiosa editorial Random House y Harper Collins, que llevan tiempo con una extensa política de publicaciones en español que alcanza a toda Iberoamérica y con una gran oferta dentro del propio Estados Unidos.
El Voto Más Disputado
Conscientes de que el español es de suma importancia para su supervivencia política, tanto demócratas como republicanos toman cursos intensivos en este idioma, con la esperanza de sumar puntos ante el colectivo hispano.
La idea de legisladores como los demócratas Gene Green, Martin Frost y Betty McCollum, y los senadores republicanos Sam Brownback y John Cornyn es comunicarse de una manera más directa con sus contribuyentes, aunque al principio lo hagan con frases chapurreadas.
Brownback reconoció que su acento de Kansas no le ayuda mucho "con algunas de estas frases rápidas en español", por lo que tanto él como varios de sus colegas republicanos aprovecharon las vacaciones de verano para repasar lecciones de vocabulario y gramática.
El legislador Jerry Weller alentó a otros republicanos a que sigan su ejemplo y desempolven sus libros de texto en español.
En total, más de una veintena de legisladores demócratas y republicanos (muchos de ellos procedentes de distritos electorales con alta población hispana), se inscribieron en un programa creado exclusivamente para ellos y administrado por el Departamento de Agricultura, de fuerza laboral mayoritariamente hispana.
Entre los republicanos, el asunto no es meramente lingüístico, si se toma en cuenta que el partido gobernante intenta sacudirse la imagen de ser una organización homogénea (sólo de hombres ricos y blancos), y busca un mayor acercamiento con las minorías.
Los hispanos, como grupo, representan un importante bloque político en estados como California, Florida, Nueva York, Illinois y Texas.
Tradicionalmente el voto hispano ha ido a los demócratas (la mayoría de los cerca de 8 millones de latinos que votaron en 2000 lo hicieron por los demócratas).
"Efectivamente, demócratas y republicanos están aprendiendo a comunicarse con los hispanos en su lengua materna y esto da fe de que son una pieza vital de Estados Unidos, porque contribuyen a la fortaleza económica y cultural del país. Es una señal de respeto", dijo Debra Deshong, directora de comunicaciones del Comité Nacional Demócrata.
Un Punto De Discordia
La clave crucial de la situación política de los hispanos en Estados Unidos radica en la escasez de líderes a gran escala que aglutinen los intereses de la mayoría.
El hecho de que provengan de múltiples lugares hace difícil la unión de criterios entre los miembros de la comunidad, incluso entre los propios mexicanos, que son mayoría.
La cuestión es simple, el arraigo personal al lugar de origen hace que los hispanos no se vean a sí mismos como una fuerza uniforme en el país norteamericano. A pesar de eso, el voto es mayoritariamente demócrata, salvo en el caso de los cubanos que votan en su mayoría a los republicanos.
Algunos políticos de origen hispano suenan en los medios de comunicación. Bill Richardson, gobernador por Nuevo México, la congresista demócrata Loretta Sánchez, o el congresista republicano Lincoln Díaz Balart, son de los pocos representantes conocidos, aunque sí existen cada vez más líderes de base: alcaldes, concejales, y agrupaciones con capacidad de presión y movilización local.
©univision
En Estados Unidos se habla español
video 1
Se multiplica cifra de hispanos en Estados Unidos
video 2
Visas para trabajadores agrícolas en Estados Unidos
video 3
Ninos no serán deportados
video 4
Frontera vigilada con aviones en Arizona
video 5
Guerra contra trata de blancas
video 6
La Oficina del Censo de Estados Unidos asegura que los blancos no hispanos continúan siendo el mayor grupo de población, con 197.3 millones de personas, y un crecimiento del 0.9 por ciento en el período 2000-2003.
Aun así, las proyecciones del Censo, difundidas en los primeros meses de 2004, muestran que la población blanca no hispana podría reducirse, hasta quedar igualada al conjunto de las demás minorías para el año 2050.
En el año 2001, la presencia de los hispanos como fuerza laboral de Estados Unidos era mayor a la de otros grupos, mientras que su poder adquisitivo aumentaba llegando a ser de 428 mil millones de dólares en el 2002.
En aquella época el 69 por ciento de los hispanos mayores de 18 años estaban empleados, frente al 65 por ciento de los afroamericanos y el 61 por ciento de los blancos no hispanos.
Los rubros laborales más ocupados por los hispanos son el de la agricultura y la construcción, que fueron los primeros trabajos desempeñados por este colectivo, mayoritariamente de mexicanos.
Durante años fueron explotados, maltratados y discriminados, pero ahora, muchos de sus hijos se encuentran en otro nivel gracias a la educación que les proporcionaron sus padres.
De hecho existen muchos gerentes medios y ejecutivos que, o bien trabajan para grandes corporaciones, o desarrollan sus propios negocios cambiando sustancialmente el panorama económico de Estados Unidos.
En Dallas y Fort Worth, en Texas, muestran la más alta tasa de empleo entre los hispanos en Estados Unidos con el 78 por ciento. Houston tiene la más baja tasa de desempleo, con apenas el 2 por ciento.
Los hispanos son también el grupo que menos se jubila, apenas el 5 por ciento, en relación con un 23 por ciento de los blancos y 16 por ciento de los afroamericanos.
Desde el 2002 el poder adquisitivo, era de 428 mil millones de dólares y ha ido creciendo hasta los casi 700 mil millones de dólares que tiene en la actualidad con un ritmo de crecimiento del 7.7 por ciento, muy superior a la media nacional.
Los Angeles, California, es el mercado latino con mayor capacidad de compra con 77,643 millones de dólares; Nueva York es el segundo mercado con mayor poder adquisitivo con 47,328 millones de dólares, seguido por Miami (26,449), Chicago (17,307), Houston (16,900), San Francisco (16,170 millones), Dallas/Fort.Worth (14,244), San Antonio (12,715), Phoenix (10,619), y Harlingen (10,235).
El lado negativo de estas cifra radica en que el 21 por ciento de los hispanos es pobre. Efectivamente existe una masa flotante de varios millones que no tiene papeles y viven trabajando en situación de explotación radical.
La nueva generación de hispanos en Estados Unidos tiene mayores ingresos por familia, una mejor educación y un estándar de vida más alto que el promedio de los latinoamericanos en sus propios países.
Según un estudio de la firma Strategy Research Corporation, con sede en Miami, determinó que en el 25 por ciento de las familias hispanas de nueva generación, el trabajador que percibe los principales ingresos tiene un título universitario.
Al analizar los niveles educativos, la firma señaló que ese porcentaje es sólo superado por los blancos no hispanos con un 33 por ciento. Ese nivel educativo y el ser bilingües, entre otros factores, ha mejorado las oportunidades de trabajo para los jóvenes de idioma español, lo que a su vez es un importante trampolín para su poder adquisitivo.
Muchos ven la educación como una vía para lograr el sueño americano, si no para ellos, al menos para sus hijos.
La razón más importante para la inmigración de hispanos a Estado Unidos es porque les permite, de una manera u otra, suministrar una mejor vida a sus familias. Su mayor fuente de preocupación e interés son la educación, la salud y la vivienda.
Los datos indican que a los hispanohablantes les gusta la lectura y que normalmente lo hacen en inglés y español -cuatro de cada cinco son bilingües-.
De ellos, el 77 por ciento lee periódicos, y el ocho por ciento revistas. Un ejemplo lo ofrece la prestigiosa editorial Random House y Harper Collins, que llevan tiempo con una extensa política de publicaciones en español que alcanza a toda Iberoamérica y con una gran oferta dentro del propio Estados Unidos.
El Voto Más Disputado
Conscientes de que el español es de suma importancia para su supervivencia política, tanto demócratas como republicanos toman cursos intensivos en este idioma, con la esperanza de sumar puntos ante el colectivo hispano.
La idea de legisladores como los demócratas Gene Green, Martin Frost y Betty McCollum, y los senadores republicanos Sam Brownback y John Cornyn es comunicarse de una manera más directa con sus contribuyentes, aunque al principio lo hagan con frases chapurreadas.
Brownback reconoció que su acento de Kansas no le ayuda mucho "con algunas de estas frases rápidas en español", por lo que tanto él como varios de sus colegas republicanos aprovecharon las vacaciones de verano para repasar lecciones de vocabulario y gramática.
El legislador Jerry Weller alentó a otros republicanos a que sigan su ejemplo y desempolven sus libros de texto en español.
En total, más de una veintena de legisladores demócratas y republicanos (muchos de ellos procedentes de distritos electorales con alta población hispana), se inscribieron en un programa creado exclusivamente para ellos y administrado por el Departamento de Agricultura, de fuerza laboral mayoritariamente hispana.
Entre los republicanos, el asunto no es meramente lingüístico, si se toma en cuenta que el partido gobernante intenta sacudirse la imagen de ser una organización homogénea (sólo de hombres ricos y blancos), y busca un mayor acercamiento con las minorías.
Los hispanos, como grupo, representan un importante bloque político en estados como California, Florida, Nueva York, Illinois y Texas.
Tradicionalmente el voto hispano ha ido a los demócratas (la mayoría de los cerca de 8 millones de latinos que votaron en 2000 lo hicieron por los demócratas).
"Efectivamente, demócratas y republicanos están aprendiendo a comunicarse con los hispanos en su lengua materna y esto da fe de que son una pieza vital de Estados Unidos, porque contribuyen a la fortaleza económica y cultural del país. Es una señal de respeto", dijo Debra Deshong, directora de comunicaciones del Comité Nacional Demócrata.
Un Punto De Discordia
La clave crucial de la situación política de los hispanos en Estados Unidos radica en la escasez de líderes a gran escala que aglutinen los intereses de la mayoría.
El hecho de que provengan de múltiples lugares hace difícil la unión de criterios entre los miembros de la comunidad, incluso entre los propios mexicanos, que son mayoría.
La cuestión es simple, el arraigo personal al lugar de origen hace que los hispanos no se vean a sí mismos como una fuerza uniforme en el país norteamericano. A pesar de eso, el voto es mayoritariamente demócrata, salvo en el caso de los cubanos que votan en su mayoría a los republicanos.
Algunos políticos de origen hispano suenan en los medios de comunicación. Bill Richardson, gobernador por Nuevo México, la congresista demócrata Loretta Sánchez, o el congresista republicano Lincoln Díaz Balart, son de los pocos representantes conocidos, aunque sí existen cada vez más líderes de base: alcaldes, concejales, y agrupaciones con capacidad de presión y movilización local.
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Frontera vigilada con aviones en Arizona
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