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problemas con ejército iraquí


[Eric Schmitt] A tres meses de su nueva misión, el mando militar a cargo del adiestramiento y equipamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes tiene menos de la mitad de su personal en sus bases permanentes a pesar de haber recibido una de las funciones de más alta prioridad en Iraq.
Washington, Estados Unidos. Sólo unos 230 de sus casi 600 efectivos militares requeridos por los cuarteles generales, desde abogados hasta expertos en logística, han sido asignados al grupo, declararon oficiales militares del Comando Multinacional para la Transferencia de Seguridad en Washington e Iraq. Uno de los oficiales dijo que el Estado Mayor Conjunto ha otorgado a las fuerzas armadas un plazo que se extiende hasta el 15 de octubre para ocupar las funciones restantes, pero otros oficiales dijeron que ese personal probablemente no ocupará sus puestos sino hasta varias semanas más tarde.
El impacto de la falta de personal en los cuarteles sobre el adiestramiento efectivo de las fuerzas iraquíes es difícil de medir, dijeron oficiales militares y especialistas en reconstrucción. Pero al menos las brechas significan que hay menos gente presionando a Washington por recursos, coordinándose con oficiales iraquíes y obteniendo fondos y equipos para ponerlos a disposición de los instructores a lo largo del país. A pesar de los recientes ataques contra las fuerzas de seguridad y sus instalaciones iraquíes, oficiales estadounidenses dicen que desempleados iraquíes se están inscribiendo en grandes números [en las fuerzas de seguridad].
Oficiales militares en Washington y en la región del Golfo Pérsico dijeron que el retraso en ocupar funciones en los cuarteles se debe al enfoque metodológico -algunos dicen laborioso- de establecer una nueva organización con la misión extremadamente compleja de preparar a más de 250.000 miembros de la policía iraquí, la de fronteras, la guardia nacional y unidades del ejército para que entren en funciones.
"Toma tiempo construir estas nuevas organizaciones y dotarlas", dijo un oficial militar que fue informado sobre los requerimientos de personal del comandante del grupo, el teniente general David H. Petraeus. "La burocracia del proceso es necesaria pero lleva demasiado tiempo".
Frederick D. Barton, un importante asesor del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos aquí y uno de los autores del nuevo informe que evalúa las medias de seguridad y reconstrucción iraquí dijo que "el hecho de que Petraeus, que es realmente el chico del cartel que está trabajando bastante bien aquí, esté todavía en la fase de formación de su equipo demuestra que el asunto no goza de la urgencia que debería tener".
Barton, un antiguo funcionario de Naciones Unidas en la supervisión de asuntos relacionados con los refugiados, reveló las deficiencias en un seminario aquí en Iraq la semana pasada, citando a un oficial estadounidense como la fuente de información. Oficiales militares en Washington e Iraq confirmaron las cifras.
La crónica falta de personal en el cuartel general de L. Paul Bremer III, el antiguo administrador estadounidense de Iraq, y el teniente general Ricardo S. Sánchez, el antiguo comandante en el país, estorbó su capacidad de supervisar las misiones de reconstrucción y seguridad, dijeron oficiales militares.
Para asegurar que el adiestramiento y equipamiento de las fuerzas iraquíes conserve su ritmo, el general Petraeus, uno de los oficiales más altamente estimados del Ejército, ha hecho lo posible para tomar de prestado a abogados, instructores y otros especialistas del Pentágono, West Point, comandos estadounidenses en otras partes del planeta e incluso de fuerzas británicas, para que lo asistan hasta que llegue su personal permanente. También está contratando los servicios de guardias civiles, dijeron oficiales.
Los esfuerzos del general Petraeus son considerados tan importantes que el general Richard B. Myers, presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, y el general George W. Casey Jr., el más importante comandante estadounidense en Iraq, están supervisando personalmente los niveles de dotación del comando, y asegurándose de que reciba ayuda provisional del más alto nivel hasta que llegue la plantilla permanente, dijeron oficiales militares y del Pentágono. Por ejemplo, uno de los principales abogados militares del general Myers fue destinado al general Petraeus por un período de seis meses.
Pero algunos legisladores y especialistas en reconstrucción han criticado el método del Pentágono, diciendo que la misión de adiestramiento y equipamiento en Iraq es demasiado importante y urgente como para dejar que siga su curso a través de la engorrosa burocracia militar. Los oficiales dijeron que el manejo del Pentágono para la dotación del cuartel general refleja serias fallas en cómo está el gobierno enfrentando el problema cada vez más serio de proveer a Iraq de seguridad y estabilidad.
"Es un chiste pesado", dijo en una conferencia telefónica el Senador Joseph R. Biden Jr., de Delaware, el demócrata más importante del Comité de Relaciones Exteriores que se reunió con comandantes estadounidenses en Iraq en junio. "Petraeus y los militares no son el problema. Ellos saben lo que necesitan. Pero la administración no ve este asunto como urgente".
Funcionarios del Pentágono y del departamento de Estado negaron esa acusación e insistieron en que el adiestramiento y equipamiento de las fuerzas iraquíes para que asuman cada vez más responsabilidades en la seguridad de su país es una de las más altas prioridades de la administración y que son necesarias antes de que las 140.000 tropas estadounidenses comiencen a abandonar el país.
Los funcionarios dijeron que el adiestramiento de fuerzas iraquíes está marchando bien. "Estamos haciendo progresos", dijo a los soldados el secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld la semana pasada en Fort Campbell, Kentucky. "Han sufrido
algunos reveses que se deben a que no estaban completamente adiestrados ni enteramente equipados. Pero la mayor parte de ellos están haciendo un muy buen trabajo a medida que se desarrolla su cadena de mando".
Pero el domingo cuatro senadores republicanos -Richard G. Lugar, de Indiana y presidnete del Comité de Relaciones Exteriores del Senado; Chuck Hagel, de Nebraska; John McCain, de Arizona; y Lindsey Graham, de Carolina del Sur- criticaron al gobierno por los problemas que enfrentan las tropas estadounidenses en Iraq.
"Tenemos problemas en Iraq, y son muy graves", dijo Hagel al programa de noticias de la CBS, ‘Face the Nation'.
El adiestramiento de las fuerzas de seguridad iraquíes se ha transformado en un tema principal antes de las elecciones iraquíes, programadas para enero, y las elecciones estadounidenses de noviembre. Rumsfeld y el general Myers declararon previamente este mes que la estrategia estadounidense de retomar las plazas fuerte de los rebeldes en Iraq, especialmente en el llamado Triángulo Sunní al norte y oeste de Bagdad, descansaría en el adiestramiento y equipamiento de suficientes iraquíes para que tomaran roles directivos.
Pero el general Myers dijo que los iraquíes no estarían listos antes de fin de año y no podrían unirse a las fuerzas estadounidenses en ningún ataque contra los refugios rebeldes. Tampoco podrían mantener la paz después de los ataques. Algunos funcionarios de la administración han expresado preocupación de que si partes importantes de las áreas sunníes no pueden ser dominadas para enero será imposible realizar las elecciones a nivel nacional, lo que les restaría legitimidad.
El gobierno declaró la semana pasada que desviaría 1.8 billones de dólares de los proyectos de reconstrucción a las fuerzas policiales y de seguridad, principalmente para adiestrar y equipar a 80.000 agentes de policía, guardias de fronteras y soldados adicionales, y construir instalaciones para ellos.
A medida que la violencia aumenta en Iraq, oficiales militares aquí reportaron crecientes tensiones entre el primer ministro Ayad Allawi y el general Petraeus.
Allawi quiere más fuerzas de seguridad iraquíes y las quiere pronto, pero el general Petraeus, consciente de la desastrosa actuación de los iraquíes en abril durante el ataque contra los insurgentes en Faluya y Nayaf, quiere proporcionarles más adiestramiento antes de que salgan a la calle. De momento, las opiniones del general Petraeus han prevalecido, dijeron oficiales.
Se dice que Allawi está ansioso de enviar tropas iraquíes al campo de batalla, y en una visita reciente de las instalaciones para el adiestramiento financiadas por Estados Unidos cerca del aeropuerto internacional de Bagdad inspeccionó la instrucción de los reclutas.
Evidentemente complacido, Allawi dijo a los reclutas que su trabajo estaba recién comenzando. "Todavía habrá que librar batallas, y destruiremos al enemigo", dijo a los soldados iraquíes frente a él. "Háganme saber lo que necesitan".
El general Petraeus, que estuvo al mando de la División Aerotransportada Nº101 durante la invasión de Iraq en 2003, asumió su nueva función en junio. Trabaja estrechamente con los ministerios iraquíes de Defensa e Interior, así como con los comandantes estadounidenses cuyas tropas están llevando a cabo la mayor parte de la instrucción.
La semana pasada la Reserva del Ejército anunció que 800 soldados de la División Nº98 con base en Rochester, Nueva York, serían enviados a Iraq en las próximas nueve semanas para que asuman las tareas de instrucción. Será el primer despliegue en el extranjero de la unidad desde la Segunda Guerra Mundial.
El general Petraeus heredó una organización militar más pequeña cuando asumió, y ha tenido que construir cuarteles generales más amplios prácticamente de la nada. Tropas con especialidades específicas fueron identificadas en expediciones de un año de duración y en algunos casos activadas de la Reserva o de la Guardia Nacional.
Comandantes en Iraq dicen que los cuarteles del general Petraeus han proporcionado ayuda crucial en reducir los retrasos burocráticos. "Han sido muy útiles a la hora de obtener un conjunto de equipos que en el pasado habría tomado mucho más tiempo", dijo en un conferencia telefónica desde Mosul el coronel Michael Rounds, que dirige la brigada del Stryker, del Ejército, en el norte de Iraq.
Entretanto las fuerzas de seguridad iraquíes están creciendo firmemente. El verano pasado Rumsfeld y otros funcionarios del Pentágono se fanfarronearon a menudo de que las filas de los iraquíes habían aumentado a más de 200.000. Sin embargo, desde comienzos de agosto Rumsfeld ha sido cuidadoso en observar que sólo alrededor de la mitad de esas fuerzas están suficientemente adiestradas y equipadas.
Oficiales y comandantes estadounidenses elogiaron el funcionamiento del batallón del comando, la fuerza anti-terrorista, y dos llamados batallones de intervención que combatieron el mes pasado en Nayaf contra los partidarios del clérigo chií Moktada al-Sadr.
"Sus capacidades son todavía desparejas, pero están mejorando a medida que las armamos y equipamos, mejoramos su infraestructura, les damos adiestramiento adicional y las ayudamos a descartar a los líderes débiles", dijo un general norteamericano. "En Iraq nada es rápido y nada es fácil".

Dexter Filkins contribuyó a este informe desde Baghdad.
20 de septiembre de 2004
22 de septiembre de 2004
©newyorktimes
©traducción mQh

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