EGIPCIOS TEMEN DINASTÍA DE FAMILIA MUBARAK - daniel williams
Aunque Estados Unidos lo había designado como el país que podría servir de ejemplo de una nueva democratización en Oriente Medio, la familia gobernante se prepara para extender su mandato.
El Cairo, Egipto. No mucho antes de que se inaugurara el importante congreso del gobernante Partido Democrático Nacional esta semana en Egipto, apareció en una de las principales plazas del Cairo una cartelera de cuatro caras con los retratos de los héroes olímpicos del país, junto con el de Gamal Mubarak, el hijo del presidente Hosni Mubarak.
La fotografía del menor de los Mubarak fue retirada después de la rápida protesta de los principales grupos de oposición. Pero los tópicos que subyacen a la polémica permanecen: ¿Va Hosni Mubarak, después de 23 años en el poder, a continuar en él? ¿Y estaba preparando que su hijo le sucediera?
Las respuestas son importantes no sólo en Egipto, donde las alzas de precios y un agudo desempleo han provocado los llamados a reformas económicas y políticas, sino también en el extranjero. La administración de Bush considera a Egipto un aliado, y cree que el país más populoso de Oriente Medio está listo para los cambios -y posiblemente para servir como ejemplo del tipo de cambio democrático que el presidente Bush prometió promover en la región.
El congreso de tres días del partido gobernante, que terminó el jueves, dedicó considerable atención a la respuesta de la primera pregunta. En efecto, el Partido Democrático Nacional apoyó nuevamente el quinto término de seis años de Mubarak, comenzará este próximo año.
El partido, que actúa como amplificador de las políticas de Mubarak, acordó mantener las principales medidas que apuntalan su reino, incluyendo leyes de excepción que duran ya 23 años y limitan las actividades políticas y un sistema de elección del presidente en el que el Parlamento -dominado por el partido de Mubarak- propone a un solo candidato que se pide a los electores que lo aprueben.
El partido se negó a considerar los llamados de la oposición a limitar los términos de gobierno y a convocar elecciones universales directas para el cargo de presidente con la participación de más de un candidato. Tampoco aligeró el partido las reglas que obstaculizan efectivamente la participación de nuevos partidos políticos.
"No debería sorprender que no hayamos tratado el tema" de limitar los términos [presidenciales], dijo Gamal Mubarak a periodistas el jueves, explicando que no era una prioridad. "No reduciremos el debate sobre las reformas a temas limitados. No estamos pensando en cambiar la constitución".
Sin embargo, el congreso redujo de hecho el tiempo en que los partidos pueden inscribirse, y agregó expertos legales al Comité del Partido, que define las reglas que regulan la entrada de nuevos partidos. Los grupos de oposición exigen que el comité sea abolido.
En asuntos económicos, el partido aprobó reducir los impuestos y los derechos aduaneros.
Líderes de la oposición dijeron que se habían resignado a la candidatura de Hosni Mubarak el próximo año. "Dudo que se le pueda impedir", dijo Sameh Naguib, uno de los fundadores del Movimiento 20 de Marzo, una alianza de grupos políticos y organizaciones no gubernamentales que pidieron la expulsión de Mubarak y elecciones abiertas. "Estamos habituados a las desilusiones. La diferencia ahora es que Mubarak tiene 76 años. Algo tendrá que ceder. La gente no aceptará una dinastía".
El resultado del congreso deja en claro el rechazo de Mubarak de la presión estadounidense para iniciar reformas democráticas, presión que ha descrito como una ingerencia en los asuntos internos y perjudicial para sus esfuerzos en la lucha contra los militantes musulmanes, una política que dice que comparte con el gobierno de Bush.
"Examinar el problema de la democracia no puede provenir de presiones externas", dijo Mohammed Kamal, miembro del gobernante comité que regula las políticas del partido, a reporteros durante la apertura del congreso.
En un discurso reciente ante el Consejo Egipcio de Asuntos Exteriores, Gamal Mubarak también señaló que la presión estadounidense no era bienvenida. "Se han hecho preguntas sobre si hay la intención de imponer alguna forma de supervisión sobre Oriente Medio, o incluso sobre si se retornará a una versión renovada del pasado colonial", dijo.
La pregunta sobre el papel futuro de Gamal Mubarak, que se hizo más urgente en un año en que su padre debió ser intervenido quirúrgicamente en Alemania y apareció pocas veces en público, sigue sin responder.
El hijo niega rotundamente que esté tratando de suceder a su padre. Cuando se le preguntó sobre la herencia del poder, respondió bruscamente diciendo: "Estamos claramente en contra". Y mientras los tres últimos presidentes de Egipto -Gamal Abdul Nasser, Anwar Sadat y Mubarak- salieron de entre las filas de los militares, Gamal Mubarak, 41, ha trabajado como experto en inversiones bancarias en Londres y pasó varios años en el Banco de América antes de comenzar su propia firma de inversiones, la Medinvest Associates.
Sin embargo, durante un viaje a Estados Unidos en 2003, se reunió con el vice-presidente Cheney, la consejera nacional de seguridad Condoleezza Rice, el secretario de Estado Colin L. Powell y el de Defensa, Donald H. Rumsfeld. Una reciente recomposición del gabinete terminó con varios de sus asociados en el gobierno y dio origen a teorías de Gamal Mubarak está actuando de hecho como el vice-presidente de su padre.
Los recién llegados son jóvenes y pro-occidentales. Uno de ellos, Mahmoud Mohiedin, 39, estudió en el Reino Unido y encabeza el nuevo ministerio de Inversiones. Otro, Rachid Mohammed Rachid, 49, estudió administración en Stanford, MIT y Harvard.
En el congreso del partido esta semana, Gamal Mubarak actuó como maestro de ceremonias. El jueves expuso el programa del congreso durante un discurso de 40 minutos. La televisión estatal, que transmitió varias de las sesiones, le enfocó con sus cámaras repetidas veces cuando hojeaba algunos documentos en las sesiones.
Naguib, el fundador del Movimiento 20 de Marzo, dijo que las varias coaliciones de Egipto organizarán manifestaciones y peticiones para desbaratar la continuación de Hosni Mubarak en el poder.
La Hermandad Musulmana, que ha sido excluida de tomar parte en la vida política pero que es considerada la organización de oposición más influyente del país, se ha unido a los llamados de reforma.
"Estamos dispuestos a ayudar a poner en movimiento las reformas", dijo Mohammed Mahdi Akef, el líder del grupo. "En esta dictadura no habrá cambios a menos que el régimen los quiera".
Incluso los partidos legales con escaños en el Parlamento están perdiendo la paciencia con el dominio de Mubarak y del Partido Democrático Nacional. "No habrá reformas ahora, pero eso no significa que dejemos de intentarlo", dijo Rifat Said, que encabeza el izquierdista partido Tagammu. "Pero no tenemos armas, así que tendremos que avanzar lentamente".
24 de septiembre de 2004
©washingtonpost
©traducción mQh
La fotografía del menor de los Mubarak fue retirada después de la rápida protesta de los principales grupos de oposición. Pero los tópicos que subyacen a la polémica permanecen: ¿Va Hosni Mubarak, después de 23 años en el poder, a continuar en él? ¿Y estaba preparando que su hijo le sucediera?
Las respuestas son importantes no sólo en Egipto, donde las alzas de precios y un agudo desempleo han provocado los llamados a reformas económicas y políticas, sino también en el extranjero. La administración de Bush considera a Egipto un aliado, y cree que el país más populoso de Oriente Medio está listo para los cambios -y posiblemente para servir como ejemplo del tipo de cambio democrático que el presidente Bush prometió promover en la región.
El congreso de tres días del partido gobernante, que terminó el jueves, dedicó considerable atención a la respuesta de la primera pregunta. En efecto, el Partido Democrático Nacional apoyó nuevamente el quinto término de seis años de Mubarak, comenzará este próximo año.
El partido, que actúa como amplificador de las políticas de Mubarak, acordó mantener las principales medidas que apuntalan su reino, incluyendo leyes de excepción que duran ya 23 años y limitan las actividades políticas y un sistema de elección del presidente en el que el Parlamento -dominado por el partido de Mubarak- propone a un solo candidato que se pide a los electores que lo aprueben.
El partido se negó a considerar los llamados de la oposición a limitar los términos de gobierno y a convocar elecciones universales directas para el cargo de presidente con la participación de más de un candidato. Tampoco aligeró el partido las reglas que obstaculizan efectivamente la participación de nuevos partidos políticos.
"No debería sorprender que no hayamos tratado el tema" de limitar los términos [presidenciales], dijo Gamal Mubarak a periodistas el jueves, explicando que no era una prioridad. "No reduciremos el debate sobre las reformas a temas limitados. No estamos pensando en cambiar la constitución".
Sin embargo, el congreso redujo de hecho el tiempo en que los partidos pueden inscribirse, y agregó expertos legales al Comité del Partido, que define las reglas que regulan la entrada de nuevos partidos. Los grupos de oposición exigen que el comité sea abolido.
En asuntos económicos, el partido aprobó reducir los impuestos y los derechos aduaneros.
Líderes de la oposición dijeron que se habían resignado a la candidatura de Hosni Mubarak el próximo año. "Dudo que se le pueda impedir", dijo Sameh Naguib, uno de los fundadores del Movimiento 20 de Marzo, una alianza de grupos políticos y organizaciones no gubernamentales que pidieron la expulsión de Mubarak y elecciones abiertas. "Estamos habituados a las desilusiones. La diferencia ahora es que Mubarak tiene 76 años. Algo tendrá que ceder. La gente no aceptará una dinastía".
El resultado del congreso deja en claro el rechazo de Mubarak de la presión estadounidense para iniciar reformas democráticas, presión que ha descrito como una ingerencia en los asuntos internos y perjudicial para sus esfuerzos en la lucha contra los militantes musulmanes, una política que dice que comparte con el gobierno de Bush.
"Examinar el problema de la democracia no puede provenir de presiones externas", dijo Mohammed Kamal, miembro del gobernante comité que regula las políticas del partido, a reporteros durante la apertura del congreso.
En un discurso reciente ante el Consejo Egipcio de Asuntos Exteriores, Gamal Mubarak también señaló que la presión estadounidense no era bienvenida. "Se han hecho preguntas sobre si hay la intención de imponer alguna forma de supervisión sobre Oriente Medio, o incluso sobre si se retornará a una versión renovada del pasado colonial", dijo.
La pregunta sobre el papel futuro de Gamal Mubarak, que se hizo más urgente en un año en que su padre debió ser intervenido quirúrgicamente en Alemania y apareció pocas veces en público, sigue sin responder.
El hijo niega rotundamente que esté tratando de suceder a su padre. Cuando se le preguntó sobre la herencia del poder, respondió bruscamente diciendo: "Estamos claramente en contra". Y mientras los tres últimos presidentes de Egipto -Gamal Abdul Nasser, Anwar Sadat y Mubarak- salieron de entre las filas de los militares, Gamal Mubarak, 41, ha trabajado como experto en inversiones bancarias en Londres y pasó varios años en el Banco de América antes de comenzar su propia firma de inversiones, la Medinvest Associates.
Sin embargo, durante un viaje a Estados Unidos en 2003, se reunió con el vice-presidente Cheney, la consejera nacional de seguridad Condoleezza Rice, el secretario de Estado Colin L. Powell y el de Defensa, Donald H. Rumsfeld. Una reciente recomposición del gabinete terminó con varios de sus asociados en el gobierno y dio origen a teorías de Gamal Mubarak está actuando de hecho como el vice-presidente de su padre.
Los recién llegados son jóvenes y pro-occidentales. Uno de ellos, Mahmoud Mohiedin, 39, estudió en el Reino Unido y encabeza el nuevo ministerio de Inversiones. Otro, Rachid Mohammed Rachid, 49, estudió administración en Stanford, MIT y Harvard.
En el congreso del partido esta semana, Gamal Mubarak actuó como maestro de ceremonias. El jueves expuso el programa del congreso durante un discurso de 40 minutos. La televisión estatal, que transmitió varias de las sesiones, le enfocó con sus cámaras repetidas veces cuando hojeaba algunos documentos en las sesiones.
Naguib, el fundador del Movimiento 20 de Marzo, dijo que las varias coaliciones de Egipto organizarán manifestaciones y peticiones para desbaratar la continuación de Hosni Mubarak en el poder.
La Hermandad Musulmana, que ha sido excluida de tomar parte en la vida política pero que es considerada la organización de oposición más influyente del país, se ha unido a los llamados de reforma.
"Estamos dispuestos a ayudar a poner en movimiento las reformas", dijo Mohammed Mahdi Akef, el líder del grupo. "En esta dictadura no habrá cambios a menos que el régimen los quiera".
Incluso los partidos legales con escaños en el Parlamento están perdiendo la paciencia con el dominio de Mubarak y del Partido Democrático Nacional. "No habrá reformas ahora, pero eso no significa que dejemos de intentarlo", dijo Rifat Said, que encabeza el izquierdista partido Tagammu. "Pero no tenemos armas, así que tendremos que avanzar lentamente".
24 de septiembre de 2004
©washingtonpost
©traducción mQh
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