la cia falló en irán
[Greg Miller] Operación de la CIA falló en Irán cuando sus espías fueron desenmascarados.
Washington, Estados Unidos. Decenas de informantes de la CIA fueron ejecutados o encarcelados a fines de los años ochenta y principios de los noventa después de que sus comunicaciones secretas fueras descubiertas por el gobierno, de acuerdo a antiguos funcionarios de la CIA que comentaron el episodio después de que algunos aspectos de él se revelaran durante una reciente audiencia parlamentaria.
Al menos unos 50 ciudadanos iraníes que estaban en la plantilla de la CIA fueron "desenmascarados" en la fallida operación, dijeron los antiguos funcionarios, que describieron los acontecimientos como un serio revés al espionaje de ese régimen que sigue siendo uno de los blancos más difíciles de la inteligencia norteamericana.
Las revelaciones subrayan los problemas que enfrentan la CIA y sus informantes en momentos en que Estados Unidos está bajo presión para obtener mejores datos de inteligencia sobre Irán y especialmente sus actividades nucleares. El gobierno de Bush ha señalado que impedir que Irán fabrique una bomba atómica será una de las prioridades del segundo mandato del presidente.
Como Iraq antes de la invasión norteamericana en 2003, Irán es considerado como un territorio "negado" para la inteligencia estadounidense, lo que quiere decir que la CIA no tiene un estación oficial en el país y para sus actividades de reclutamiento depende esencialmente de fuentes fuera de los límites de la república islámica.
Los detalles del revés fueron detallados por primera vez el 2 de febrero por el antiguo asesor del Pentágono Richard N. Perle en un testimonio ante el Comité de Inteligencia del Senado. Durante una comparecencia sobre las amenazas a la seguridad, Perle se mostró crítico de las capacidades de inteligencia norteamericanas y citó la represión de las fuentes norteamericanas en Irán como un ejemplo de los fracasos que han rodeado al espionaje norteamericano en Oriente Medio.
Perle se refirió al "terribles revés que sufrimos en Irán hace unos años cuando en una exhibición de una gestión increíblemente descuidada presionamos a los agentes que operaban en Irán a que se reportaran con mayor frecuencia, sin proveerles de mejores comunicaciones".
Cuando las fuentes de la CIA aumentaron sus reportes, "las autoridades del espionaje iraquí observaron rápidamente el creciente tráfico y, según entiendo, prácticamente la red entera en Irán fue eliminada".
Ex funcionarios de la CIA familiarizados con el asunto confirmaron porciones del informe de Perle y proporcionaron detalles adicionales. Pero dijeron que el incidente ocurrió a fines de los ochenta o principios de los noventa, y no "hace unos años", como sugirió Perle, y que no estaba claro que los agentes hayan sido descubiertos debido a presiones de la agencia para que entregaran sus informes más frecuentemente.
La CIA se negó a dar comentarios, pero un funcionario de la inteligencia norteamericana rechazó las críticas de Perle sobre los logros de la agencia en Oriente Medio como mal informadas y anticuadas.
"Los métodos de la inteligencia evolucionan constantemente", dijo el funcionario, que habló a condición de conservar el anonimato. "Tratar de usar cosas del pasado para hacer afirmaciones sobre el presente es en este caso una mala idea".
En una entrevista telefónica, Perle reconoció que él tenía "un pobre sentido del tiempo" sobre los acontecimientos descritos y que no estaba seguro de algunos detalles.
"No recuerdo los detalles, o el mecanismo mediante el que se comunicaban los agentes iraníes", dijo Perle. "Lo que me dijeron fue que toda nuestra red fue destruida" y que al menos 40 de los informantes habían sido ejecutados.
De acuerdo a un antiguo funcionario de la CIA que sirvió en Oriente Medio en esa época, los informantes iraníes formaban parte de una red de espías que era manejada por agentes de la CIA asignados a la estación de la agencia en Frankfurt, Alemania.
Los espías iraníes se comunicaban con la agencia "a través de una escritura en clave", dijo el antiguo funcionario, refiriéndose a mensajes escritos con tinta invisible en el reverso de cartas que se enviaban fuera del país. Los espías recibían mensajes de la misma manera de un agente de la CIA en Frankfurt.
No está claro que despertó las sospechas del gobierno iraní, "pero todas las cartas iban dirigidas hacia un puñado de direcciones en Alemania", dijo el ex funcionario de la CIA, que habló a condición de conservar el anonimato.
"Una vez que cogieron a un agente y recuperaron las cartas que le habían llegado y descubrieron a quién enviaba sus cartas, identificaron rápidamente a los otros que correspondían a ese perfil", dijo el antiguo funcionario.
Cincuenta espías fueron desenmascarados. Había entre ellos miembros de las fuerzas armadas militares de Irán que estaban entregando informaciones sobre una gama de actividades, dijo el antiguo funcionario.
Irán constituía una importante prioridad de la inteligencia norteamericana de esa época. Durante los años ochenta, Estados Unidos apoyaba a Iraq en su guerra contra Irán. El régimen en Teherán, la capital, ya había empezado para entonces su programa nuclear clandestino, de acuerdo al Organismo Internacional de Energía Atómica, el grupo de vigilancia nuclear de Naciones Unidas.
La operación en Frankfurt de la CIA en Irán fue desmantelada a mediados de los años ochenta y algunos agentes fueron reubicados en Los Angeles, donde la CIA quiere hacer uso de la enorme comunidad iraní del sur de California cultivando fuentes que viajen al país o tengan familiares allá.
Aunque los espías en Irán estaban usando una antigua forma de comunicaciones secretas, también los avanzados sistemas tecnológicos han demostrado ser vulnerables. Durante la guerra de 2003 contra Iraq, la CIA recibía informes regulares de 87 informantes a los que había equipado con celulares, de acuerdo a un informe sobre la operación en el reciente libreo del periodista Bob Woodward, Plan de Ataque'.
Llamadas desde fuentes cercanas al presidente iraquí Saddam Hussein proporcionaron la inteligencia que condujo al primer ataque de la guerra, cuando Estados Unidos lanzó un ataque de misiles contra el recinto de Dora Farm en Bagdad debido a los informes de que Hussein y sus hijos pasarían la noche allí. Semanas más tarde quedó claro que Hussein y sus hijos habían sobrevivido el ataque, y el gobierno iraquí prohibió el uso de celulares.
Perle, que fue vice-ministro de Defensa durante el gobierno de Reagan y fue uno de los asesores del Pentágono que apoyó la invasión de Iraq, es un antiguo crítico de la CIA. Dijo que mencionó la operación iraní para destacar cómo la agencia había luchado en la región.
"Creo que estamos muy mal en Irán", dijo Perle durante su testimonio.
También se quejó de que los jefes de la CIA no han sido hechos responsables y observó que el funcionario que había estado a cargo de la descubierta operación iraní fue más tarde ascendido.
Perle se negó a dar el nombre del individuo, pero otras fuentes dicen que se trata de Stephen Richter, que fue nombrado jefe de la división del Próximo Oriente de la agencia en 1994. Desde entonces se ha retirado y no pudo ser localizado para que diera sus comentarios.
Varios veteranos funcionarios de la CIA que sirvieron durante George J. Tenet, que renunció como director de la agencia el año pasado, dijeron que no tenían conocimiento de la materia. Una razón puede ser el tiempo que ha pasado desde el fracaso de la inteligencia en Irán.
En un informe recientemente desclasificado, la CIA dice que cree que Irán está intentando "enérgicamente" desarrollar armas químicas, biológicas y nucleares y que su programa de desarrollo nuclear civil es una fachada de un proyecto para construir una bomba atómica. Irán ha negado repetidas veces la acusación.
Esos informes fueron recibidos con escepticismo en el extranjero y en Estados Unidos, en gran parte debido a que las estimaciones de preguerra de la CIA sobre el arsenal iraquí de armas prohibidas fueron probadamente erróneas.
El desenmascaramiento de los informantes de la CIA evocó el de los agentes norteamericanos en Iraq hace diez años. En Iraq, cientos de informantes y simpatizantes de Estados Unidos fueron ejecutados por Hussein, muchos de ellos después de un intento de golpe respaldado por la CIA a mediados de los años noventa.
El Comité de Inteligencia del Senado reveló recientemente que estaba lanzando una revisión "preventiva" de los informes sobre Irán para evitar una repetición de los errores de la inteligencia en Iraq.
Las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica han expuesto un programa iraní durante largo tiempo oculto para producir materiales para una fisión nuclear que podría ser usado en la fabricación de armas nucleares. Pero funcionarios del OIEA creen que Teherán ha congelado el proyecto. Irán sostiene que sus actividades nucleares deben producir energía, no armas.
12 de febrero de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Al menos unos 50 ciudadanos iraníes que estaban en la plantilla de la CIA fueron "desenmascarados" en la fallida operación, dijeron los antiguos funcionarios, que describieron los acontecimientos como un serio revés al espionaje de ese régimen que sigue siendo uno de los blancos más difíciles de la inteligencia norteamericana.
Las revelaciones subrayan los problemas que enfrentan la CIA y sus informantes en momentos en que Estados Unidos está bajo presión para obtener mejores datos de inteligencia sobre Irán y especialmente sus actividades nucleares. El gobierno de Bush ha señalado que impedir que Irán fabrique una bomba atómica será una de las prioridades del segundo mandato del presidente.
Como Iraq antes de la invasión norteamericana en 2003, Irán es considerado como un territorio "negado" para la inteligencia estadounidense, lo que quiere decir que la CIA no tiene un estación oficial en el país y para sus actividades de reclutamiento depende esencialmente de fuentes fuera de los límites de la república islámica.
Los detalles del revés fueron detallados por primera vez el 2 de febrero por el antiguo asesor del Pentágono Richard N. Perle en un testimonio ante el Comité de Inteligencia del Senado. Durante una comparecencia sobre las amenazas a la seguridad, Perle se mostró crítico de las capacidades de inteligencia norteamericanas y citó la represión de las fuentes norteamericanas en Irán como un ejemplo de los fracasos que han rodeado al espionaje norteamericano en Oriente Medio.
Perle se refirió al "terribles revés que sufrimos en Irán hace unos años cuando en una exhibición de una gestión increíblemente descuidada presionamos a los agentes que operaban en Irán a que se reportaran con mayor frecuencia, sin proveerles de mejores comunicaciones".
Cuando las fuentes de la CIA aumentaron sus reportes, "las autoridades del espionaje iraquí observaron rápidamente el creciente tráfico y, según entiendo, prácticamente la red entera en Irán fue eliminada".
Ex funcionarios de la CIA familiarizados con el asunto confirmaron porciones del informe de Perle y proporcionaron detalles adicionales. Pero dijeron que el incidente ocurrió a fines de los ochenta o principios de los noventa, y no "hace unos años", como sugirió Perle, y que no estaba claro que los agentes hayan sido descubiertos debido a presiones de la agencia para que entregaran sus informes más frecuentemente.
La CIA se negó a dar comentarios, pero un funcionario de la inteligencia norteamericana rechazó las críticas de Perle sobre los logros de la agencia en Oriente Medio como mal informadas y anticuadas.
"Los métodos de la inteligencia evolucionan constantemente", dijo el funcionario, que habló a condición de conservar el anonimato. "Tratar de usar cosas del pasado para hacer afirmaciones sobre el presente es en este caso una mala idea".
En una entrevista telefónica, Perle reconoció que él tenía "un pobre sentido del tiempo" sobre los acontecimientos descritos y que no estaba seguro de algunos detalles.
"No recuerdo los detalles, o el mecanismo mediante el que se comunicaban los agentes iraníes", dijo Perle. "Lo que me dijeron fue que toda nuestra red fue destruida" y que al menos 40 de los informantes habían sido ejecutados.
De acuerdo a un antiguo funcionario de la CIA que sirvió en Oriente Medio en esa época, los informantes iraníes formaban parte de una red de espías que era manejada por agentes de la CIA asignados a la estación de la agencia en Frankfurt, Alemania.
Los espías iraníes se comunicaban con la agencia "a través de una escritura en clave", dijo el antiguo funcionario, refiriéndose a mensajes escritos con tinta invisible en el reverso de cartas que se enviaban fuera del país. Los espías recibían mensajes de la misma manera de un agente de la CIA en Frankfurt.
No está claro que despertó las sospechas del gobierno iraní, "pero todas las cartas iban dirigidas hacia un puñado de direcciones en Alemania", dijo el ex funcionario de la CIA, que habló a condición de conservar el anonimato.
"Una vez que cogieron a un agente y recuperaron las cartas que le habían llegado y descubrieron a quién enviaba sus cartas, identificaron rápidamente a los otros que correspondían a ese perfil", dijo el antiguo funcionario.
Cincuenta espías fueron desenmascarados. Había entre ellos miembros de las fuerzas armadas militares de Irán que estaban entregando informaciones sobre una gama de actividades, dijo el antiguo funcionario.
Irán constituía una importante prioridad de la inteligencia norteamericana de esa época. Durante los años ochenta, Estados Unidos apoyaba a Iraq en su guerra contra Irán. El régimen en Teherán, la capital, ya había empezado para entonces su programa nuclear clandestino, de acuerdo al Organismo Internacional de Energía Atómica, el grupo de vigilancia nuclear de Naciones Unidas.
La operación en Frankfurt de la CIA en Irán fue desmantelada a mediados de los años ochenta y algunos agentes fueron reubicados en Los Angeles, donde la CIA quiere hacer uso de la enorme comunidad iraní del sur de California cultivando fuentes que viajen al país o tengan familiares allá.
Aunque los espías en Irán estaban usando una antigua forma de comunicaciones secretas, también los avanzados sistemas tecnológicos han demostrado ser vulnerables. Durante la guerra de 2003 contra Iraq, la CIA recibía informes regulares de 87 informantes a los que había equipado con celulares, de acuerdo a un informe sobre la operación en el reciente libreo del periodista Bob Woodward, Plan de Ataque'.
Llamadas desde fuentes cercanas al presidente iraquí Saddam Hussein proporcionaron la inteligencia que condujo al primer ataque de la guerra, cuando Estados Unidos lanzó un ataque de misiles contra el recinto de Dora Farm en Bagdad debido a los informes de que Hussein y sus hijos pasarían la noche allí. Semanas más tarde quedó claro que Hussein y sus hijos habían sobrevivido el ataque, y el gobierno iraquí prohibió el uso de celulares.
Perle, que fue vice-ministro de Defensa durante el gobierno de Reagan y fue uno de los asesores del Pentágono que apoyó la invasión de Iraq, es un antiguo crítico de la CIA. Dijo que mencionó la operación iraní para destacar cómo la agencia había luchado en la región.
"Creo que estamos muy mal en Irán", dijo Perle durante su testimonio.
También se quejó de que los jefes de la CIA no han sido hechos responsables y observó que el funcionario que había estado a cargo de la descubierta operación iraní fue más tarde ascendido.
Perle se negó a dar el nombre del individuo, pero otras fuentes dicen que se trata de Stephen Richter, que fue nombrado jefe de la división del Próximo Oriente de la agencia en 1994. Desde entonces se ha retirado y no pudo ser localizado para que diera sus comentarios.
Varios veteranos funcionarios de la CIA que sirvieron durante George J. Tenet, que renunció como director de la agencia el año pasado, dijeron que no tenían conocimiento de la materia. Una razón puede ser el tiempo que ha pasado desde el fracaso de la inteligencia en Irán.
En un informe recientemente desclasificado, la CIA dice que cree que Irán está intentando "enérgicamente" desarrollar armas químicas, biológicas y nucleares y que su programa de desarrollo nuclear civil es una fachada de un proyecto para construir una bomba atómica. Irán ha negado repetidas veces la acusación.
Esos informes fueron recibidos con escepticismo en el extranjero y en Estados Unidos, en gran parte debido a que las estimaciones de preguerra de la CIA sobre el arsenal iraquí de armas prohibidas fueron probadamente erróneas.
El desenmascaramiento de los informantes de la CIA evocó el de los agentes norteamericanos en Iraq hace diez años. En Iraq, cientos de informantes y simpatizantes de Estados Unidos fueron ejecutados por Hussein, muchos de ellos después de un intento de golpe respaldado por la CIA a mediados de los años noventa.
El Comité de Inteligencia del Senado reveló recientemente que estaba lanzando una revisión "preventiva" de los informes sobre Irán para evitar una repetición de los errores de la inteligencia en Iraq.
Las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica han expuesto un programa iraní durante largo tiempo oculto para producir materiales para una fisión nuclear que podría ser usado en la fabricación de armas nucleares. Pero funcionarios del OIEA creen que Teherán ha congelado el proyecto. Irán sostiene que sus actividades nucleares deben producir energía, no armas.
12 de febrero de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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