familias envían chalecos antibala a iraq
[Neela Banerjee y John Kifner] Muchos soldados estadounidenses en Iraq no cuentan con los aparejos de protección necesarios y algunas familias los envían por su cuenta.
Cuando en febrero la Compañía de Transportes Nº1544 de la Guardia Nacional de Illinois se estaba preparando para partir hacia Iraq, los familiares de los soldados se ofrecieron a comprar con su dinero láminas de acero para proveer de blindaje a los camiones de la unidad y protegerlos así de las bombas improvisadas. El Ejército no lo aceptó, diciendo que tendrían mejores protecciones en Iraq, dijeron familiares de los soldados.
Siete meses después, muchos de los camiones de la compañía todavía no tienen blindaje, dijeron soldados y familiares, a pesar de estar encargada de algunas de las más peligrosas misiones en Iraq y de poseer la tasa más alta de heridos y muertos de todas las unidades de Illinois desplegadas allí.
"Es un problema muy extendido", dijo Paul Rieckhoff, un antiguo comandante de un batallón de infantería de la Guardia Nacional de Florida en Iraq, que dirige ahora una organización llamada Operación Verdad, un grupo de apoyo para soldados y veteranos de guerra.
Aunque soldados de toda jerarquía se han quejado por el equipamiento en Iraq, los soldados a tiempo parcial de la Guardia Nacional y de la Reserva dicen que están en inferioridad de condiciones porque sólo tienen equipos anticuados o insuficientes. Han sido enviados a terreno con radios defectuosos, camiones poco confiables y, lo más alarmante de todo, una escasez de vehículos blindados sólidamente en un país convulsionado periódicamente por atentados con bombas improvisadas, dijeron soldados, familiares y expertos no militares.
Después de muchas quejas al incrementarse este año la violencia en Iraq, los militares reconocieron que ha habido escasez, en parte debido a la rapidez de los despliegues. Pero el Ejército asegura que este año se ha movilizado rápidamente para obtener mejores equipos para Iraq.
"La guerra es una fiesta del tipo vente-como-estás", dijo ayer en una entrevista el teniente general C.V. Christianson, jefe del estado mayor para logística adjunto del Ejército. "El modo en que se equipó la unidad cuando se ordenó, es como cuando te apareces a la puerta de tu casa.
"Sólo después vimos que esto se transformaría en una estadía más larga. Los que llegaron después contaron con aparejos de protección más completa, con equipos de protección personal más modernos", dijo. Sin embargo, el general Christianson reconoció que se necesitaba haber algo más para proteger especialmente los vehículos y que se necesitaban cambios más profundos para que el Ejército y la Reserva estuvieran mejor equipados en el futuro.
No todas las unidades de la Guardia Nacional se quejan sobre su equipo. Los soldados de la Compañía C del Primer Batallón de la Guardia Nacional del Ejército de Arkansas, Regimiento de Infantería Nº153, han operado en una de las zonas de más peligro de Bagdad desde que llegaran en abril.
El capitán Thomas J. Foley, 29, el comandante de la compañía, y sus soldados, se fanfarroneaban en entrevistas recientes de que sus aparejos, desde vehículos de combate Bradley hasta vehículos blindados para transporte de personal, eran de la misma calidad o incluso mejores que los que muchas unidades tienen ahora en Iraq.
Las mejoras sirven de poco consuelo para muchas familias de soldados. Se han hecho progresos, pero han sido lentos e inconsistentes, dijeron soldados, familiares y otros observadores militares. Cuando el 13 de octubre dieciocho reservistas en Iraq se negaron a transportar combustible, mencionaron el mal estado de sus camiones y la falta de escoltas armados en un área particularmente peligrosa.
Las Familias Compran Equipos
Antes de que el Regimiento de Blindados Nº103 de la Guardia Nacional de Pensilvania saliera para Iraq a fines de febrero, algunos familiares compraron a los soldados nuevos chalecos antibala para remplazar los chalecos de la época de la guerra de Vietnam que les habían proporcionado. La madre del sargento Sherwood Baker, un miembro del regimiento que fue matado en abril, compró un artefacto de posicionamiento global después de enterarse de que el Ejército dijera que su camión contaría con uno, pero no lo entregaron.
Y antes de que el marido de Karma Kumlin partiera en febrero con su unidad de la Guardia Nacional de Minnesota, los soldados gastaron cerca de 200 dólares cada uno en comprar radios que dijeron que eran más confiables -aunque menos seguras- que las del Ejército. Sólo recientemente, dijo Kumlin, le había dado a su marido un escudo de metal para la torreta que opera normalmente, después de meses de estar pidiéndolo.
"Hay una increíble falta de planificación", dijo Kumlin, que tiene 31 años y es estudiante. "Mi marido hace parte de la segunda ola que fue a Iraq".
Los críticos dicen que las disparidades y escasez delatan que el Pentágono asumió incorrectamente que las tropas norteamericanas retornarían pronto a casa después de la guerra. Como resultado, dicen, se hizo poco para equipar y adiestrar a los miles de soldados de la Guardia Nacional y de la Reserva, que fueron llamados a prestar servicio en Iraq y ahora conforman un 40 por ciento de las tropas norteamericanas destacadas allá.
"Me sorprende realmente que los estrategas se basaran sólo en el mejor de los casos", dijo Jonathon Turley, un historiador militar de la Escuela de Leyes de la Universidad de George Washington que escribió el año pasado sobre la ausencia de equipos de protección personal. Fue inundado de mensajes por correo electrónico enviados por soldados que se quejaban de esa escasez, un 90 por ciento de ellos de la Guardia Nacional y de la Reserva.
Los oficiales rechazan totalmente las aseveraciones de que los reservistas y las tropas de la Guardia Nacional gozaran de adiestramiento y equipos inferiores a los del Ejército regular. "Las dotaciones y equipamiento de la Guardia Nacional hoy es indistinguible de los de soldados en servicio activo", dijo el teniente general H. Steven Blum. "Nunca antes en la historia han ido los soldados al campo de batalla tan bien equipados como en Iraq".
Con una estructura similar al Ejército, la Guardia Nacional funciona como una milicia local que es normalmente llamada a intervenir en casos de desastres naturales y disturbios civiles. La Reserva, en contraste, está compuesta en gran parte por elementos de apoyo que son llamados a intervenir en asuntos civiles, policía militar y aprovisionamiento. Ambos grupos se ejercitan un fin de semana al mes y dos semanas en los veranos. El resto de los militares no los considera bien adiestrados ni equipados ni tan bien comandados como el Ejército regular, y muchos de sus soldados de tiempo parcial son también más viejos.
Depender De La Reserva
Tras una reorganización de las fuerzas armadas después de la guerra de Vietnam, las funciones de soporte fueron traspasadas del Ejército a la Reserva. Los historiadores dicen que la idea era proteger al Ejército de ser enviado a otra guerra impopular, ya que para llamar a los reservistas debía contarse con un amplio apoyo.
En su biografía el general Creighton Abrams, Thunderbolt' (Simon & Schuster, 1992), Lewis Sorley escribió que el general Abrams introdujo en la re-estructuración "una tal dependencia de la reserva, que las fuerzas armadas no podrían funcionar sin ella, y por tanto no podrían ser desplegadas sin llamar a fila a la Reserva".
La dependencia de la Reserva y de la Guardia Nacional también aumentó con la reducción de las fuerzas armadas activas de casi 2.1 millones de soldados a fines de la guerra del Golfo Pérsico, a unos 1.4 millones hoy.
Pero durante años, bajo lo que fue llamado el sistema de dotaciones escalonadas', los nuevos equipos se destinan directamente a los que más lo necesitan -el Ejército activo-, mientras la Reserva y la Guardia reciben equipos de segunda mano.
"Además de los déficits de personal, la mayoría de las unidades de la Guardia del Ejército no son provistas de todos los equipos que necesitan para sus funciones en tiempos de guerra", dijo Janet A. St. Laurent, de la Oficina de Contabilidad General en su declaración ante el Congreso en abril. St. Laurent observó que muchas unidades de la Guardia tenían radios tan viejos que no podían comunicarse con los más nuevos, y camiones tan antiguos que el Ejército no tenía repuestos para ellos.
Oficiales del Ejército admiten que el antiguo método de adiestrar y equipar a la Guardia y a la Reserva no les preparaba para las nuevas realidades en Iraq. Se han hecho algunos progresos en proporcionarles equipos de protección personal modernos y algunos otros parejos, dicen familiares y soldados.
El Ejército dice que para abril de 2005 en Iraq todos sus todoterrenos contarán con blindaje, a pesar del hecho de que sólo una fábrica en Estados Unidos instala el blindaje en los vehículos. Además, la Guardia está desarrollando un plan para mejorar el adiestramiento y el nivel de preparación de sus soldados, según el cual las unidades podrán ser desplegadas cada seis años.
Pero el problema más evidente para los soldados y familiares sigue siendo la vulnerabilidad de los camiones. En una guerra convencional había un frente fijo y no era necesario que los camiones fueran blindados. Pero en Iraq, no hay frentes claros, y los lentos convoyes de camiones son un blanco ideal para los ataques desde los flancos.
El general E. Chambers, el comandante del Comando de Apoyo del Cuerpo Nº13, al que están asignados los soldados que se negaron a cumplir la misión, dijo en una rueda de prensa en Bagdad: "En opinión de Jim Chambers, el trabajo más peligroso en Iraq es conducir un camión. La pregunta no es si van a ser atacados, sino cuando".
De las 11 unidades de la Guardia Nacional de Illinois ahora en Iraq, ninguna ha sufrido tantas bajas como la Compañía de Transporte Nº1544. De los aproximadamente 170 hombres y mujeres de la unidad, 5 han muerto y 32 han sido heridos desde que la unidad llegara a Iraq en marzo y comenzara a ocuparse del transporte de provisiones y correo y de prestar escoltas armadas a los convoyes civiles.
Tres de los soldados murieron durante ataques de mortero contra su base al sur de Bagdad. Los otros dos murieron cuando bombas improvisadas explotaron junto a su camión sin blindaje. Los familiares de los soldados dijeron que habían confiado en que el Ejército equiparía mejor sus camiones que ellos mismos, después de que los militares les hubieran dicho que las láminas de metal propuestas por las familias se harían añicos si eran impactadas.
Pero de hecho la mayoría de los camiones de la unidad no tienen más que las láminas de acero que las familias se ofrecieron a instalar en primer lugar, dijo la teniente coronel Alicia Tate-Nadeau, portavoz de la Guardia de Illinois.
Tres Significados Del Blindaje
El Ejército considera que los vehículos de la Compañía 1544 son blindados, una palabra que tiene una amplia y vaga significación en el conflicto de Iraq. Hay tres categorías de vehículos blindados, dijo la coronel Tate-Nadeau. Los ´completamente blindados' vienen así de fábrica y proporcionan la mejor protección para los soldados. Luego vienen los vehículos equipados con cajas de blindaje', o piezas prefabricadas montadas en el chasis. La última opción es "cualquier cosa que hagan los soldados mismos, desde grandes láminas de metal en sus camiones hasta sacos de arena en el piso de las cabinas del vehículo", dijo la coronel Tate-Nadeau.
"Si somos uno de los países más ricos del mundo, no veo por qué nuestro soldados son enviados al campo de batalla como si fueran nuevos ricos", dijo la madre de uno de los soldados de la unidad, que, como muchos padres, pidió no ser identificada por temor a que sus declaraciones tenga repercusiones sobre sus hijos.
De acuerdo a cifras compiladas por el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara Baja y previamente divulgadas por el Seattle Times, hay planes para producir láminas blindadas para al menos 2.806 camiones de tara mediana, pero para el 17 de septiembre sólo se habían producido y enviado a Iraq sólo 385 cajas de láminas. Se programa también la fabricación de cajas de láminas blindadas para al menos 1.600 camiones de tara pesada, pero hacia mediados de septiembre sólo 446 de estas habían sido enviadas a Iraq. El Ejército también está buscando modos para blindar las cabinas de los camiones, y ha encargado 700 todoterrenos blindados con plataformas especiales para armas para proteger los convoyes.
El especialista Benjamin Isenberg, 27, de la Guardia Nacional de Oregon, murió el 13 de septiembre cuando conducía su todoterreno sin blindaje al pasar por encima de una bomba improvisada, la principal arma de los insurgentes, dijo su abuela, Beverly Isenberg de McArthur, California. El incidente ocurrió cerca de Taji, la ciudad al norte de Bagdad donde los 18 reservistas se negaron a hacer un segundo viaje con combustible que dijeron que habían rechazado por estar contaminado.
"Uno de los soldados de su unidad dijo que ellos hacen las mismas rutas y a las mismas horas cada día", dijo Isenberg, cuyo marido es un oficial del Ejército jubilado y que tiene dos hijos en las fuerzas armadas y otro nieto en los Comandos Suicidas que fue herido en Iraq. "En un todoterreno no blindado son un blanco seguro".
Carolyn Marshall contribuyó a este artículo.
31 de octubre de 2004
©new york times
©traducción mQh"
Siete meses después, muchos de los camiones de la compañía todavía no tienen blindaje, dijeron soldados y familiares, a pesar de estar encargada de algunas de las más peligrosas misiones en Iraq y de poseer la tasa más alta de heridos y muertos de todas las unidades de Illinois desplegadas allí.
"Es un problema muy extendido", dijo Paul Rieckhoff, un antiguo comandante de un batallón de infantería de la Guardia Nacional de Florida en Iraq, que dirige ahora una organización llamada Operación Verdad, un grupo de apoyo para soldados y veteranos de guerra.
Aunque soldados de toda jerarquía se han quejado por el equipamiento en Iraq, los soldados a tiempo parcial de la Guardia Nacional y de la Reserva dicen que están en inferioridad de condiciones porque sólo tienen equipos anticuados o insuficientes. Han sido enviados a terreno con radios defectuosos, camiones poco confiables y, lo más alarmante de todo, una escasez de vehículos blindados sólidamente en un país convulsionado periódicamente por atentados con bombas improvisadas, dijeron soldados, familiares y expertos no militares.
Después de muchas quejas al incrementarse este año la violencia en Iraq, los militares reconocieron que ha habido escasez, en parte debido a la rapidez de los despliegues. Pero el Ejército asegura que este año se ha movilizado rápidamente para obtener mejores equipos para Iraq.
"La guerra es una fiesta del tipo vente-como-estás", dijo ayer en una entrevista el teniente general C.V. Christianson, jefe del estado mayor para logística adjunto del Ejército. "El modo en que se equipó la unidad cuando se ordenó, es como cuando te apareces a la puerta de tu casa.
"Sólo después vimos que esto se transformaría en una estadía más larga. Los que llegaron después contaron con aparejos de protección más completa, con equipos de protección personal más modernos", dijo. Sin embargo, el general Christianson reconoció que se necesitaba haber algo más para proteger especialmente los vehículos y que se necesitaban cambios más profundos para que el Ejército y la Reserva estuvieran mejor equipados en el futuro.
No todas las unidades de la Guardia Nacional se quejan sobre su equipo. Los soldados de la Compañía C del Primer Batallón de la Guardia Nacional del Ejército de Arkansas, Regimiento de Infantería Nº153, han operado en una de las zonas de más peligro de Bagdad desde que llegaran en abril.
El capitán Thomas J. Foley, 29, el comandante de la compañía, y sus soldados, se fanfarroneaban en entrevistas recientes de que sus aparejos, desde vehículos de combate Bradley hasta vehículos blindados para transporte de personal, eran de la misma calidad o incluso mejores que los que muchas unidades tienen ahora en Iraq.
Las mejoras sirven de poco consuelo para muchas familias de soldados. Se han hecho progresos, pero han sido lentos e inconsistentes, dijeron soldados, familiares y otros observadores militares. Cuando el 13 de octubre dieciocho reservistas en Iraq se negaron a transportar combustible, mencionaron el mal estado de sus camiones y la falta de escoltas armados en un área particularmente peligrosa.
Las Familias Compran Equipos
Antes de que el Regimiento de Blindados Nº103 de la Guardia Nacional de Pensilvania saliera para Iraq a fines de febrero, algunos familiares compraron a los soldados nuevos chalecos antibala para remplazar los chalecos de la época de la guerra de Vietnam que les habían proporcionado. La madre del sargento Sherwood Baker, un miembro del regimiento que fue matado en abril, compró un artefacto de posicionamiento global después de enterarse de que el Ejército dijera que su camión contaría con uno, pero no lo entregaron.
Y antes de que el marido de Karma Kumlin partiera en febrero con su unidad de la Guardia Nacional de Minnesota, los soldados gastaron cerca de 200 dólares cada uno en comprar radios que dijeron que eran más confiables -aunque menos seguras- que las del Ejército. Sólo recientemente, dijo Kumlin, le había dado a su marido un escudo de metal para la torreta que opera normalmente, después de meses de estar pidiéndolo.
"Hay una increíble falta de planificación", dijo Kumlin, que tiene 31 años y es estudiante. "Mi marido hace parte de la segunda ola que fue a Iraq".
Los críticos dicen que las disparidades y escasez delatan que el Pentágono asumió incorrectamente que las tropas norteamericanas retornarían pronto a casa después de la guerra. Como resultado, dicen, se hizo poco para equipar y adiestrar a los miles de soldados de la Guardia Nacional y de la Reserva, que fueron llamados a prestar servicio en Iraq y ahora conforman un 40 por ciento de las tropas norteamericanas destacadas allá.
"Me sorprende realmente que los estrategas se basaran sólo en el mejor de los casos", dijo Jonathon Turley, un historiador militar de la Escuela de Leyes de la Universidad de George Washington que escribió el año pasado sobre la ausencia de equipos de protección personal. Fue inundado de mensajes por correo electrónico enviados por soldados que se quejaban de esa escasez, un 90 por ciento de ellos de la Guardia Nacional y de la Reserva.
Los oficiales rechazan totalmente las aseveraciones de que los reservistas y las tropas de la Guardia Nacional gozaran de adiestramiento y equipos inferiores a los del Ejército regular. "Las dotaciones y equipamiento de la Guardia Nacional hoy es indistinguible de los de soldados en servicio activo", dijo el teniente general H. Steven Blum. "Nunca antes en la historia han ido los soldados al campo de batalla tan bien equipados como en Iraq".
Con una estructura similar al Ejército, la Guardia Nacional funciona como una milicia local que es normalmente llamada a intervenir en casos de desastres naturales y disturbios civiles. La Reserva, en contraste, está compuesta en gran parte por elementos de apoyo que son llamados a intervenir en asuntos civiles, policía militar y aprovisionamiento. Ambos grupos se ejercitan un fin de semana al mes y dos semanas en los veranos. El resto de los militares no los considera bien adiestrados ni equipados ni tan bien comandados como el Ejército regular, y muchos de sus soldados de tiempo parcial son también más viejos.
Depender De La Reserva
Tras una reorganización de las fuerzas armadas después de la guerra de Vietnam, las funciones de soporte fueron traspasadas del Ejército a la Reserva. Los historiadores dicen que la idea era proteger al Ejército de ser enviado a otra guerra impopular, ya que para llamar a los reservistas debía contarse con un amplio apoyo.
En su biografía el general Creighton Abrams, Thunderbolt' (Simon & Schuster, 1992), Lewis Sorley escribió que el general Abrams introdujo en la re-estructuración "una tal dependencia de la reserva, que las fuerzas armadas no podrían funcionar sin ella, y por tanto no podrían ser desplegadas sin llamar a fila a la Reserva".
La dependencia de la Reserva y de la Guardia Nacional también aumentó con la reducción de las fuerzas armadas activas de casi 2.1 millones de soldados a fines de la guerra del Golfo Pérsico, a unos 1.4 millones hoy.
Pero durante años, bajo lo que fue llamado el sistema de dotaciones escalonadas', los nuevos equipos se destinan directamente a los que más lo necesitan -el Ejército activo-, mientras la Reserva y la Guardia reciben equipos de segunda mano.
"Además de los déficits de personal, la mayoría de las unidades de la Guardia del Ejército no son provistas de todos los equipos que necesitan para sus funciones en tiempos de guerra", dijo Janet A. St. Laurent, de la Oficina de Contabilidad General en su declaración ante el Congreso en abril. St. Laurent observó que muchas unidades de la Guardia tenían radios tan viejos que no podían comunicarse con los más nuevos, y camiones tan antiguos que el Ejército no tenía repuestos para ellos.
Oficiales del Ejército admiten que el antiguo método de adiestrar y equipar a la Guardia y a la Reserva no les preparaba para las nuevas realidades en Iraq. Se han hecho algunos progresos en proporcionarles equipos de protección personal modernos y algunos otros parejos, dicen familiares y soldados.
El Ejército dice que para abril de 2005 en Iraq todos sus todoterrenos contarán con blindaje, a pesar del hecho de que sólo una fábrica en Estados Unidos instala el blindaje en los vehículos. Además, la Guardia está desarrollando un plan para mejorar el adiestramiento y el nivel de preparación de sus soldados, según el cual las unidades podrán ser desplegadas cada seis años.
Pero el problema más evidente para los soldados y familiares sigue siendo la vulnerabilidad de los camiones. En una guerra convencional había un frente fijo y no era necesario que los camiones fueran blindados. Pero en Iraq, no hay frentes claros, y los lentos convoyes de camiones son un blanco ideal para los ataques desde los flancos.
El general E. Chambers, el comandante del Comando de Apoyo del Cuerpo Nº13, al que están asignados los soldados que se negaron a cumplir la misión, dijo en una rueda de prensa en Bagdad: "En opinión de Jim Chambers, el trabajo más peligroso en Iraq es conducir un camión. La pregunta no es si van a ser atacados, sino cuando".
De las 11 unidades de la Guardia Nacional de Illinois ahora en Iraq, ninguna ha sufrido tantas bajas como la Compañía de Transporte Nº1544. De los aproximadamente 170 hombres y mujeres de la unidad, 5 han muerto y 32 han sido heridos desde que la unidad llegara a Iraq en marzo y comenzara a ocuparse del transporte de provisiones y correo y de prestar escoltas armadas a los convoyes civiles.
Tres de los soldados murieron durante ataques de mortero contra su base al sur de Bagdad. Los otros dos murieron cuando bombas improvisadas explotaron junto a su camión sin blindaje. Los familiares de los soldados dijeron que habían confiado en que el Ejército equiparía mejor sus camiones que ellos mismos, después de que los militares les hubieran dicho que las láminas de metal propuestas por las familias se harían añicos si eran impactadas.
Pero de hecho la mayoría de los camiones de la unidad no tienen más que las láminas de acero que las familias se ofrecieron a instalar en primer lugar, dijo la teniente coronel Alicia Tate-Nadeau, portavoz de la Guardia de Illinois.
Tres Significados Del Blindaje
El Ejército considera que los vehículos de la Compañía 1544 son blindados, una palabra que tiene una amplia y vaga significación en el conflicto de Iraq. Hay tres categorías de vehículos blindados, dijo la coronel Tate-Nadeau. Los ´completamente blindados' vienen así de fábrica y proporcionan la mejor protección para los soldados. Luego vienen los vehículos equipados con cajas de blindaje', o piezas prefabricadas montadas en el chasis. La última opción es "cualquier cosa que hagan los soldados mismos, desde grandes láminas de metal en sus camiones hasta sacos de arena en el piso de las cabinas del vehículo", dijo la coronel Tate-Nadeau.
"Si somos uno de los países más ricos del mundo, no veo por qué nuestro soldados son enviados al campo de batalla como si fueran nuevos ricos", dijo la madre de uno de los soldados de la unidad, que, como muchos padres, pidió no ser identificada por temor a que sus declaraciones tenga repercusiones sobre sus hijos.
De acuerdo a cifras compiladas por el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara Baja y previamente divulgadas por el Seattle Times, hay planes para producir láminas blindadas para al menos 2.806 camiones de tara mediana, pero para el 17 de septiembre sólo se habían producido y enviado a Iraq sólo 385 cajas de láminas. Se programa también la fabricación de cajas de láminas blindadas para al menos 1.600 camiones de tara pesada, pero hacia mediados de septiembre sólo 446 de estas habían sido enviadas a Iraq. El Ejército también está buscando modos para blindar las cabinas de los camiones, y ha encargado 700 todoterrenos blindados con plataformas especiales para armas para proteger los convoyes.
El especialista Benjamin Isenberg, 27, de la Guardia Nacional de Oregon, murió el 13 de septiembre cuando conducía su todoterreno sin blindaje al pasar por encima de una bomba improvisada, la principal arma de los insurgentes, dijo su abuela, Beverly Isenberg de McArthur, California. El incidente ocurrió cerca de Taji, la ciudad al norte de Bagdad donde los 18 reservistas se negaron a hacer un segundo viaje con combustible que dijeron que habían rechazado por estar contaminado.
"Uno de los soldados de su unidad dijo que ellos hacen las mismas rutas y a las mismas horas cada día", dijo Isenberg, cuyo marido es un oficial del Ejército jubilado y que tiene dos hijos en las fuerzas armadas y otro nieto en los Comandos Suicidas que fue herido en Iraq. "En un todoterreno no blindado son un blanco seguro".
Carolyn Marshall contribuyó a este artículo.
31 de octubre de 2004
©new york times
©traducción mQh"
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