GABINETE QUIERE BARRIOS SÓLO PARA RICOS - marieke monden
El gabinete aprueba un plan para quitar la protección oficial a un gran porcentaje de las viviendas. En Ámsterdam habrá barrios donde sólo podrán vivir los ricos. La gente de bajos ingresos será desalojada.
Ámsterdam, Holanda. Hace semanas que el asunto, a una anciana que vive en el barrio De Pijp, le quita el sueño. Tiene miedo con la anunciada liberalización de los precios del alquiler no pueda ya pagar su casa. Militantes del partido laborista (PvdA) salieron a la calle en Ámsterdam el sábado, para protestar contra los planes del ministro del VVD, Dekker.
En una esquina de la plaza del Maas paseaban San Nicolás y su Criado Moro. Un enorme triciclo de reparto con el logo del Partido de los Trabajadores PvdA se encuentra aparcada al otro lado de la plaza. Unos treinta militantes se apretujan unos a otros mientras el concejal Egbert de Vries explica el objetivo de la protesta.
No se pudo coordinar mejor la marcha de protesta por el barrio Oud Zuid y Zuideramstel. El viernes el gabinete aprobó una propuesta de Dekker de liberalizar poco a poco los precios del alquiler de viviendas. Con esta propuesta el alquiler de casas con un valor WOZ de más de 130.000 euros subirá fuertemente.
En Ámsterdam la cantidad de casas del sector libre subirá de un cinco a cerca de un 30 por ciento. Sólo las personas con bajos ingresos y subsidio de alquiler serán protegidas permanentemente de las fuertes alzas del alquiler.
"En Zuideramstel el 60 por ciento de las casas pertenecerá al sector libre. Eso significa el fin de los alquileres protegidos. Y con ello, nuestro fin", explica Jeroen Koster del grupos de arrendatarios de Zuideramstel a los políticos y voluntarios.
Preocupado, un asistente pregunta si es seguro que el plan del ministro seguirá adelante. Koster asiente. "Espera", grita el diputado Staf Depla. "Si es así, mejor nos vamos a casa. Tenemos que convencer al CDA para que cambie de planes. Vamos a protestar, a enviar faxes, a escribir cartas". Todo el mundo asiente. Del triciclo de reparto se sacan formularios con una encuesta. "No es que haya muchas preguntas, pero así nos mantenemos en contacto", dice el redactor.
Mientras la lluvia se transforma en granizo, los voluntarios y políticos se confunden con el público que hace las compras. Parecen estar ya al tanto de las noticias de La Haya. Muchos tienen miedo de que su alquiler suba fuertemente. "Me afectará a mí también", dice un padre con sus dos hijos de la mano. No tiene miedo de que deba dejar su casa. "No, yo puedo pagar un alquiler más alto, pero no tengo ganas. Además, creo que es incorrecto para las personas que tienen menos dinero".
Otros vecinos sí temen verse obligados a salir de sus casas. Sobre todo personas sin subsidio de alquiler tienen miedo de transformarse en víctimas del nuevo plan. Y no sin razón, dice Koster. El grupo de arrendatarios de Zuideramstel recibe quince llamadas a la semana con preguntas sobre los planes del gabinete. Muchos viejos están preocupados.
Cuando los militantes llegan al Pijp, las chaquetas rojas están empapadas. No todos quieren seguir fuera en este tiempo de perros. Sin embargo, la mayoría de la gente quiere mostrar su indignación. "El gabinete tiene que dejar de machacar a la gente sin medios", apunta un voluntario en su formulario.
Los inquilinos amsterdameses opinen que el concejal del PvdA Duco Stadig está de su lado, según quedó claro en un debate en Huize Lydia. Se preocupa seriamente de si queden en Ámsterdam viviendas que la gente pueda pagar. Algunos barrios bonitos sólo podrán ser pagados por gente rica, teme. Quiere hacer acuerdos con las corporaciones de vivienda para que se mantengan las viviendas de alquiler protegido en algunos barrios solicitados, como el centro.
En las últimas semanas, Stadig trató de convencer al ministro de abandonar esos planes, pero sin éxito. El consejo del ayuntamiento buscará el apoyo de otros diputados en las próximas semanas.
22 de noviembre de 2004
24 de noviembre de 2004
©het parool
©traducción mQh
En una esquina de la plaza del Maas paseaban San Nicolás y su Criado Moro. Un enorme triciclo de reparto con el logo del Partido de los Trabajadores PvdA se encuentra aparcada al otro lado de la plaza. Unos treinta militantes se apretujan unos a otros mientras el concejal Egbert de Vries explica el objetivo de la protesta.
No se pudo coordinar mejor la marcha de protesta por el barrio Oud Zuid y Zuideramstel. El viernes el gabinete aprobó una propuesta de Dekker de liberalizar poco a poco los precios del alquiler de viviendas. Con esta propuesta el alquiler de casas con un valor WOZ de más de 130.000 euros subirá fuertemente.
En Ámsterdam la cantidad de casas del sector libre subirá de un cinco a cerca de un 30 por ciento. Sólo las personas con bajos ingresos y subsidio de alquiler serán protegidas permanentemente de las fuertes alzas del alquiler.
"En Zuideramstel el 60 por ciento de las casas pertenecerá al sector libre. Eso significa el fin de los alquileres protegidos. Y con ello, nuestro fin", explica Jeroen Koster del grupos de arrendatarios de Zuideramstel a los políticos y voluntarios.
Preocupado, un asistente pregunta si es seguro que el plan del ministro seguirá adelante. Koster asiente. "Espera", grita el diputado Staf Depla. "Si es así, mejor nos vamos a casa. Tenemos que convencer al CDA para que cambie de planes. Vamos a protestar, a enviar faxes, a escribir cartas". Todo el mundo asiente. Del triciclo de reparto se sacan formularios con una encuesta. "No es que haya muchas preguntas, pero así nos mantenemos en contacto", dice el redactor.
Mientras la lluvia se transforma en granizo, los voluntarios y políticos se confunden con el público que hace las compras. Parecen estar ya al tanto de las noticias de La Haya. Muchos tienen miedo de que su alquiler suba fuertemente. "Me afectará a mí también", dice un padre con sus dos hijos de la mano. No tiene miedo de que deba dejar su casa. "No, yo puedo pagar un alquiler más alto, pero no tengo ganas. Además, creo que es incorrecto para las personas que tienen menos dinero".
Otros vecinos sí temen verse obligados a salir de sus casas. Sobre todo personas sin subsidio de alquiler tienen miedo de transformarse en víctimas del nuevo plan. Y no sin razón, dice Koster. El grupo de arrendatarios de Zuideramstel recibe quince llamadas a la semana con preguntas sobre los planes del gabinete. Muchos viejos están preocupados.
Cuando los militantes llegan al Pijp, las chaquetas rojas están empapadas. No todos quieren seguir fuera en este tiempo de perros. Sin embargo, la mayoría de la gente quiere mostrar su indignación. "El gabinete tiene que dejar de machacar a la gente sin medios", apunta un voluntario en su formulario.
Los inquilinos amsterdameses opinen que el concejal del PvdA Duco Stadig está de su lado, según quedó claro en un debate en Huize Lydia. Se preocupa seriamente de si queden en Ámsterdam viviendas que la gente pueda pagar. Algunos barrios bonitos sólo podrán ser pagados por gente rica, teme. Quiere hacer acuerdos con las corporaciones de vivienda para que se mantengan las viviendas de alquiler protegido en algunos barrios solicitados, como el centro.
En las últimas semanas, Stadig trató de convencer al ministro de abandonar esos planes, pero sin éxito. El consejo del ayuntamiento buscará el apoyo de otros diputados en las próximas semanas.
22 de noviembre de 2004
24 de noviembre de 2004
©het parool
©traducción mQh
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